GRINGOTTS.

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—Hermione, ¿dónde estamos?—preguntó Ron.
—En el callejón Diagon, ¿No es obvio?—respondió la castaña.
—Esto no se parece nada al callejón que solía visitar de niño. —dijo el pelirrojo.
Estaban escondidos debajo de unas escaleras.
Hermione salió del escondite y pudo divisar la entrada a Gringotts.
—Madame Lestrange—dijo un hombre de tez oscura que pasaba por ahí.
—Buenos días—respondió Hermione intentando imitar la voz de Bella.
El hombre se quedó extrañado y se fue caminando.
— ¿Buenos días? ¡¿Buenos días?! ¡Eres Madame Lestrange! No una colegiala ingenua. —dijo irritado Griphook.
—Tranquilo—dijo Ron acercándose al duende.
—No. Si ella nos delata, tendremos que usar la espada para cortarnos el cuello ¿Comprenden?—respondió el duende.
—Tiene razón, fui una tonta—dijo Hermione.
—Está bien. Hagámoslo. —dijo Harry levantando a Griphook en su espalda y poniéndose la capa de invisibilidad encima. Guardo la varita de Draco en su bolsillo y empezó a caminar en dirección a Gringotts seguido por Ron y Hermione.
El collar de la serpiente empezó a brillar y la voz de Malfoy salió en un susurro de la pequeña serpiente:
"Lo saben; Harry el banco sabe que alguien intentarán entrar... Ten cuidado... Por favor"
Harry giro la cabeza y vio a Griphook quien al parecer no escucho la voz.
— ¿Escucho eso?—preguntó Harry.
— ¿El qué?—respondió el duende algo confundido.
—Nada...—siguió caminando, esta vez detrás de Hermione y Ron.
La chica entró al banco seguida por ambos chicos.
Caminó por el gran pasillo hasta llegar a un gran taburete de madera donde se encontraba un duende.
—Ajam—carraspeo Hermione —Quiero entrar a mi bóveda—dijo imitando a la perfección la irritable voz de Bellatrix.
—Su varita—respondió el duende con voz monótona.
—Dudo que eso sea necesario—respondió en tono indignado.
El duende alzó la mirada.
— ¡Madame Lestrange!—dijo el duende en tono de sorpresa. Hermione levantó una ceja.
—Pedí entrar a mi bóveda—repitió.
—Me temo que debo pedir su varita
— ¿Por qué?—dijo Hermione en voz alta
—Debe entender, en estos tiempos...
— ¡No! Definitivamente no lo entiendo.
Harry alzó la varita bajo la capa, apuntó al duende y susurró por primera vez en su vida:
— ¡Imperio!
Una extraña sensación recorrió su brazo: una especie de tibio cosquilleo que al parecer le salía del cerebro y viajaba por los tendones y las venas del brazo, conectándolo con la varita mágica.
—Muy bien Señora Lestrange, sígame—dijo el duende bajando de su taburete.
Hermione siguió al duende hasta una de las muchas puertas por las que se salían del vestíbulo.
Al cerrarse la puerta detrás de Harry se quitó la capa y bajó a Griphook de sus hombros.
Hermione lo miró con terror y después al duende.
—Le he hecho la maldición Imperio. —explicó el muchacho a Ron y Hermione.
Subieron a un carrito y Griphook los guio hasta la bóveda de los Lestrange.
— ¡Griphook! ¿Qué es eso?—se alarmó Harry al ver una cascada—¡¡Griphook!!
El duende trato de frenar para evitar pasar por aquella cascada pero fue en vano.
Inmediatamente el carrito hizo sonar una alarma y tiro a todos los que venían en él.
— ¡Arresto Momentum!—gritó Hermione apuntando al suelo que se aproximaba cada vez más a ellos.
Todos quedaron suspendidos a una pulgada del suelo y después cayeron al suelo pero esta vez de una altura mínima.
—Bien hecho Hermione—apoyo Harry— ¡Oh no! Ya eres tú de nuevo
—La cascada del ladrón...—empezó a decir el duende—...lava todos los encantamientos.
—¡¡Pero qué demonios están haciendo ustedes aquí abajo!!—gritó el duende al que habían encantado.
— ¡Imperio!—gritó rápidamente Ron apuntándolo con la varita.
El duende aspiro el aroma de la maldición y miro al trío.
—Muy bien síganme—dijo.
Hermione miró a Ron y le dedico una sonrisa. Los tres siguieron al duende por unos pasillos hechos de piedra hasta que llegaron a unos arcos blancos donde se encontraba un dragón.
— ¡Vaya! Es un...—dijo Ron
—Ron, perdóname per ahora no es importante saber qué clase de dragón es, sino que tenemos que saber cómo atravesar por ahí. —Comentó Harry
—Con esto—anunció Griphook arrojándole una doble campana.
— ¿Qué es esto?—cuestionó Hermione
—El dragón fue entrenado para que sienta dolor al escuchar esto...—agitó la campana y un sonido estrepitoso empezó a salir de ella. El dragón se retorció y trató de tapar sus oídos.
— ¡Son unos bárbaros!—chilló Hermione.
Llegaron a una puerta muy alta, el duende posó su mano contra la puerta y esta fue abriendo sus diversos candados.
Harry entró a la bóveda y detrás se asomaron Ron y Hermione. Había muchas cosas de oro, plata y otras joyas.
— ¿Sientes algo Harry?—preguntó Hermione
—No... No siento... ¡Aguarda!
— ¡¿Qué sientes?!—preguntó Ron algo agitado.
—Escucho algo... Shhhh.
Harry escuchaba siseos provenientes de algún rincón de aquella bóveda. De pronto y como si hubiese sabido desde siempre donde estaba, divisó una copa en lo más alto de una montaña de tesoros.
— ¡Es eso!—gritó Harry apuntando con su varita la copa— ¡Aquella copa!
Hermione dio un paso al frente pero tiro un pequeño plato de oró y este al tocar el piso se duplicó y esas piezas se volvían a duplicar.
— ¿Pero qué...?—dijo Ron al tropezarse con una pequeña copa de oro y percatarse que quemaba su capa y hacia lo mismo que el plato.
—Son las maldiciones geminio y flagrante, todo lo que toquen los quemara y se multiplicará.
Harry comenzó a caminar en dirección a la montaña donde se encontraba la copa, pero no lograba pasar, pues, cada que daba un paso un objeto se multiplicaba y se interponía en su camino.
— ¡Agggg! ¡Hermione! ¡Pásame la espada!—gritó Harry desesperado, tenía los objetos hasta la cintura y lo estaban quemando, la montaña iba creciendo cada vez más.
Hermione en un rápido movimiento saco la espada de su bolso y la arrojó a Harry.
El muchacho de lentes, tenía los objetos hasta el cuello, casi podía sentir cada quemadura que los objetos iban dejando en su piel. En unos cuantos segundos quedó completamente cubierto de aquellos tesoros. La piel del muchacho ardía como los mil demonios y estaba roja.
—Harry.... Harry... Hazlo... Tienes que hacerlo ahora... El banco aviso que alguien logró entrar a la bóveda... Mi tía está enfadada...y Quien tú sabes también...
Harry reconoció esa voz enseguida, era Draco, su rubio; se aferró al collar de la serpiente y en un solo intento logró atrapar el Horrocrux.
Salió a la superficie dando un enorme salto y todos los objetos comenzaron a multiplicarse de nuevo. Harry arrojó la copa en dirección a Hermione pero Griphook la atrapó primero.
—Tenemos un trato Griphook—dijo Harry al ver que el duende no cedía.
—La espada por la copa—anunció el duende.
Harry arrojó la espada y el duende a su vez la copa a Hermione.
—Dije que los metería a la bóveda pero nunca dije nada sobre sacarlos—el duende corrió a la salida con todo y espada seguido por el duende que estaba bajo el hechizo imperio.
— ¡Griphook!—gritó Harry con todas sus fuerzas y salió de entre tantas cosas.
— ¡Salgamos de aquí!—chilló Ron
— ¡Claro Ron! ¡¿Cómo no se nos había ocurrido antes?!—bramó Harry corriendo a la salida.
— ¡Ladrones! ¡Ladrones!—gritaba Griphook mientras agitaba una campana para atravesar por donde estaba el dragón.
El trío salió de la bóveda y se dirigió a donde estaba el dragón pero un hechizo les pasó muy cerca.
— ¡¿Algún plan?!—gritó Hermione a los chicos.
— ¡¿Qué?! ¡Tú eres la de los planes!—gritó Ron mientras un hechizo le rozaba el hombro.
— ¡Se me ocurre algo pero es de locos!—Hermione subió unas pequeñas escaleras y se escondió tras un muro.
— ¡Bombarda!—gritó y las protecciones del balcón estallaron. Los chicos llegaron a un lado de Hermione.
— ¿Qué vas a hacer?—preguntó Ron con voz preocupada.
Hermione le hizo caso omiso y caminó hasta quedar a unos cuantos centímetros de aquel balcón y corrió hacía el.
— ¡Hermione!—gritaron desesperados ambos chicos.
— ¿Qué esperan, una invitación?—gritó la chica desde la espalda del Dragón.
Unos cuantos hechizos y maldiciones pasaron rozando los hombros de Harry e imitando a Hermione se lanzó hacia el dragón seguido por Ron.
La chica lanzó un hechizo a la cadena del dragón y posteriormente un pequeño hechizo a la cola del mismo para hacerlo enojar y que trepara los muros.
Tal como lo quería Hermione el dragón comenzó a escalar los temibles muros siguiendo una luz que destellaba en lo más alto de aquella "cueva". Harry se aferró bien a la espalda del dragón, se cubrió la cara al ver que con sus garras el dragón iba desprendiendo pequeños pedazos de piedra.
Cuando llegaron a la luz el dragón rompió el piso del banco y unos cuantos candelabros, salió a la superficie y se quedó quieto un momento para después emprender el vuelo.
— ¡Va en dirección a las montañas!—gritó Ron después de un tiempo de andar volando sin saber a dónde.
— ¡Tenemos que bajar!—anunció Harry quien estaba entumido hasta los huesos.
— ¿Cuándo?—preguntó Hermione
— ¡Ahora!
El trío se arrojó a una laguna que estaba debajo del gran dragón, Harry sin imaginar que la caída sería tan brusca: golpeó el agua violentamente y se sumergió como una piedra en un gélido mundo líquido, verdoso y lleno de algas. De pronto el agua y las algas se extinguieron de súbito, y el dolor hendió la cabeza de Harry como un golpe de espada. Recibió una horda de imágenes: Gringotts siendo atacado por mortifagos y en seguida la sala común de Ravenclaw, el castillo, un destello azul y muchas voces.
— ¡¿Harry!?—gritó Hermione al ver que el chico no salía del agua.
— ¡Harry!—gritó Ron preocupado
El chico de gafas pataleó hacia la superficie y emergió jadeando, respiro hondo.
—Lo sabe. —Su propia voz le sonó grave y extraña. —Lo sabe, y piensa ir a comprobar dónde están los otros Horrocruxes. El último está en Hogwarts y tiene algo que ver con Ravenclaw—los tres llegaron a una pequeña isla.
— ¿Quéeeee?—Ron lo miraba con la boca abierta y Hermione rápidamente saco una muda de ropa para los chicos.
—Pero ¿qué has visto?—preguntó Hermione— ¿Cómo lo sabes?

—He visto como se enteraba de lo de la copa. Me he metido en su mente. Está muy enojado, pero también asustado; no entiende como lo supimos y ahora quiere comprobar si los demás Horrocruxes están a salvo— Harry se cambió de ropa al igual que Ron. — Tenemos que ir a Hogwarts, tenemos que destruir el Horrocrux.

— ¡Espera! ¡Espera un momento! — Se saltó Hermione mientras se cubría con una toalla — No podemos ir allí sin más, no hemos hecho ningún plan, tenemos...

—Tenemos que darnos prisa— dijo Harry con firmeza.

—Pero ¿Cómo vamos a entrar a Hogwarts?

—Iremos a Hogsmeade y ya pensaremos algo cuando veamos qué tipo de protección hay en el colegio.

—Pero...

— ¡Hermione! Si "Quien tu sabes" descubre que el guardapelo no está donde debe de estar se enojara mucho y puede dañar a cualquiera... incluso a...

—Draco Malfoy— interrumpió Ron.

—Exactamente— respondió Harry en tono preocupado.

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                                                                          ¡Amores míos!
He vuelto y con más tiempo que nunca, bueno algo así porque salgo de vacaciones la última semana de Noviembre.
¿Qué les parece la historia? Quiero saber qué piensan.
Este capítulo está dedicado a:
•  kmGonzalez6
Renyhenderson
@XxDreamerHannahxX  @hey-you-right-there  @RominaVeram @xXestrellamuertaXx @BoroOseguera @tatiana71 @casamdra @SugarFree72 @Love_Means_Love @sandrativa @GC_Fischbach @MonseAquino9



Besos y abrazos, nos leemos pronto.

*NOX*

OBLIVIATE - |DRARRY|Where stories live. Discover now