Bienvenido

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El día en el que Harry Potter volvió a casa, el viento era frío y los árboles comenzaban a perder sus hojas, el invierno estaba cerca.

— ¡Bienvenido a casa!— gritaron todos al ver a Harry entrar por la puerta.

La casa estaba diferente, más brillante, más cálida. En las paredes había fotos. Había una de los padres de Harry y otra de la madre de Draco, otra de ambos con el uniforme de Quidditch, esa se la tomaron a finales de quinto año en los vestidores, una en donde estaban él y Draco cargando a Teddy y una muy grande donde estaba toda la familia el día del cumpleaños de Harry.

— ¡Esto es maravilloso! — grito y abrazo a Ron, después a Hermione y a Molly y al final a su "suegra" Narcissa.

—Creo que esto te pertenece. — dijo la señora Malfoy y le tendió un collar.

Harry miro el collar y sonrió amplio, miro a Narcissa y susurro un "gracias".

— ¡Muy bien! ¡Todos a comer!— gritó la señora Weasley y se aproximaron al comedor.

— ¿Cómo te sientes amor?— preguntó Draco al ver a Harry con la mirada perdida.

—Tengo hambre— susurró Harry con una sonrisa. — ¡Huele delicioso!

Todos rieron y se sentaron al comedor. Molly Weasley y Narcissa Malfoy habían cocinado un gran banquete que costaba de lomo de cerdo en adobo, pasta Alfredo y ensalada de manzana. Harry amaba la ensalada de manzana.

Draco miraba a Harry comer, miraba la pequeña arruga que se formaba en la comisura de sus labios al sonreír, y como se levantaba los lentes cuando comenzaban a resbalar por el tabique de su nariz.

— ¿Te gusta lo que ves Malfoy?— preguntó Harry con la boca llena.

— ¡Potter! ¡No hables con la boca llena!—Harry abrió la boca. —James, ya tienes 23 años, compórtate como tal. — reclamo Malfoy con media sonrisa. Harry sonrió.

La cena transcurrió tan amena como siempre, todos ponían a Harry al tanto de todo lo que había pasado en el año en el que estuvo en coma, de los logros, de los tropiezos, de los días difíciles y de todo.

Al dar las once de la noche todos se despidieron de Harry y Draco, incluyendo a Teddy que quería ir a la casa de la señora Weasley, pues Victorie iba a llegar al siguiente día.

—Nos vemos, Harry. — dijo Hermione.

— Nos vemos, Herms. — se despidió Harry y le dio un beso a la pequeña Rose. — Es igual a ti, amigo. — dijo Harry dirigiéndose a Ron.

— Por eso es tan hermosa...— dijo Ron y sonrió de lado.

— Gracias por esta noche. — dijo Harry.

— Ni lo digas... Todo fue planeado por Draco. — dijo Hermione y subió a su auto.

Al fin estaban solos.

— ¿Ahora qué?— preguntó Harry mirando a Draco.

— Vayamos a dormir... fue un largo día. — respondió el rubio y se quitó los zapatos.

— Espera... — dijo Harry.

— ¿Qué pasa? — dijo Draco mirando a Harry.

— Es solo que... —Harry tomó las mejillas de Draco. — Necesito hacer algo antes de dormir... — acarició los labios del rubio con su pulgar y lo miro a los ojos. — Te necesito a ti. — y con esas palabras Harry beso a Draco, lento y suave. El rubio tomo a Harry por la cintura y lo atrajo más a él, haciendo el beso más profundo.

— Harry... — susurro Draco al sentir las manos del pelinegro bajar por su espalda.

— Te necesito... — susurro Harry y apretó el trasero de Draco. El rubio dio un respingo y pasó sus manos por el abdomen de Harry.

OBLIVIATE - |DRARRY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora