La mañana dio inicio tome un desayuno en la pequeña casa y después salí encontrándome con James.
-Buenos días Clea – beso mi mejilla y tomó mi mano. Caminamos hasta llegar al campo de entrenamiento y esperamos que todos llegaran.
-Está muy celoso Clea, su lobo está a punto de apoderarse de él. Aléjate de James.
-No me voy a alejar.
-Si no te alejas ahora, se van a pelear.
Resignada mire a Brentt y era verdad, estaba a punto de estallar. Le dije a James que en un rato lo veía y así fue como me aleje.
El entrenamiento comenzó y todos teníamos que correr. Pasamos horas corriendo y yo era la única que seguía haciéndolo. Una vez que me dieron una señal para que parase, lo hice.
Después a la media tarde teníamos que volver al campo de entrenamiento pero había quedado un rato antes para hablar con James.
-Perdón por demorarme un poco, me obligaron a ordenar todo el desastre que había hecho en la cabaña – se sienta a mi lado besándome la frente.
-Está bien ¿vamos a caminar?
-Claro.
Me tomo la mano y comenzamos a caminar. Aunque Arthur haya dicho que somos pareja, aun no lo somos. Podría decir que me gusta, pero todavía es algo rápido para comenzar a sentir algo.
Pero lo que sí puedo decir es que me siento bien pasando tiempo con él, me siento protegida.
Ahora estábamos caminando un poco y charlando de cosas triviales como para "conocernos un poco más".
En este momento todos estábamos comenzando a tirar al blanco. No hacía falta que nadie me dijera como hacerlo, era como si ya lo supiera. Y en ningún momento fallé.
Me sentía superior y me encantaba ganarle a James.
-Estás haciendo trampa – veo a James y está haciendo pucheros.
-Pareces un niño envidioso.
-Niño puede ser pero ¿envidioso? – finge ofenderse colocándose una mano en el corazón.
La noche llego y ahora nos teníamos que reunir todos, ya que se festejaba algo en la manada. Yo no tenía ni idea pero tampoco me importaba y menos cuando había pasado todo el día con James y ahora todavía seguíamos juntos.
El único momento donde nos separamos fue cuando nos fuimos a bañar y arreglarnos un poco para la elegante cena. Además de que venían otras manadas.
Todo el campo de entrenamiento estaba lleno de mesas, y muchos más lobos de los que podíamos imaginar.
-Hay muchos... lobos – dice James arrugando su nariz. No pude evitar reírme.
-Sé que te cuesta estar con nosotros, a vos y todos los cazadores pero aprecio mucho que lo hagan – me acerqué a él y besé su mejilla.
-Haría todo por ti, que de eso no te quede dudas – entrelazamos nuestras manos y caminamos donde estaban todos.
Tomamos asientos mientras charlábamos con algunos cambia-forma mientras cenábamos. Pasamos toda la velada entre risas. Éramos una enorme familia, me sentía protegida porque todos se acercaban a mí jurando su lealtad ante mí.
La primera vez que alguien se acercó a mí se hincó de rodillas mientras tomaba mis manos.
Me asuste y retire mis manos hasta que Arthur apareció riéndose y diciéndome lo que estaba haciendo el hombre.
Le sonreí tímidamente diciéndole lo que James me susurraba en el oído y se despidió feliz el señor. Después de la tercera persona ya me había acostumbrado a la situación.
De un momento a otro sentí un asqueroso olor dulce que me repugnaba.
-James vampiros... - me miro y se colocó delante de mi protegiéndome.
Todos se dieron cuenta y se acercaron a nosotros. Y sin darnos cuenta ya teníamos a casi cincuenta vampiros delante de nosotros.
-¿Qué están haciendo acá? – gruñe Arthur.
-Arthur por favor ¿así es como recibes a tus visitas? – habla un vampiro alto de tez muy pálida, cabello marrón al igual que sus ojos.
Esta era la primera vez que olía y veía a uno.
-Vuelvo a repetirte Adam ¿qué haces aquí? – podía darme cuenta que no tenían posibilidades de atacar si querían seguir con vida.
-Vine para ver con mis propios ojos si lo que me dijeron era verdad... Quiero ver a la chica, solo verla.
-No hay ninguna chica, no sé de qué hablas.
-Eres muy mal actor, nunca te dediques a eso... - se burla el tal Adam.
-Por favor Adam, déjate de bromas. Te conviene irte ahora.
-No puedo irme ahora, no cuándo estoy sintiendo el aroma más exquisito que he olido en toda mi jodida vida – caminó lentamente a nosotros mirando a todas las mujeres que habían cerca suyo.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Te estoy diciendo que estoy por encontrar a mi compañera – siguió caminando y cada vez se acercaba a donde estaba – Tú – dice señalándome.
-Ni te atrevas a acercarte – amenaza James.
-No te atrevas a amenazarme, no le haré nada – pasó por al lado de James y quedo frente a mí – Te he buscado por años y te digo que no me importa que seas una licántropa, estoy dispuesto a todo para que estés a mi lado.
-Ella nunca va a ser tuya – grita Brentt de quien ni siquiera me había dado cuenta de su presencia. Pero el vampiro lo ignoro.
-Ya sé que eres la loba, pero vas a ser mía y no voy a permitir que nadie te haga daño. Te voy a proteger. Ahora Arthur nosotros tres tenemos que hablar – el vampiro nos señala a Arthur y a mí refiriéndose a nosotros tres.
-Vamos – y Arthur comienza a caminar seguido del vampiro.
-¿Qué hago? – pregunto a las dos personas que tengo en frente mío.
-Vamos, yo te acompaño – James agarra mi mano y se da vuelta para caminar pero siento un tirón.
-No ¡Yo voy con ella! No tienes ningún derecho, en cambio yo sí.
Ya me estaba cansando de toda esta escena y les grite a ambos.
-Basta, no quiero ir con nadie. Voy a ir sola – di media vuelta y camine hasta llegar a la oficina de Arthur, encontrándome con ellos dos.
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La profecía de la loba
WerewolfLa noche de octubre estaba muy fría. En una pequeña casa de madera se encuentra la bruja madre y el Alpha de la manada Luna Oscura. La bruja le cuenta al Alpha sobre la profecía de la muchacha que será loba, aquella que cambie la perspectiva de todo...