Capítulo 26

12K 931 20
                                    


Los ojos me pesaban demasiado y no tenía muchos ánimos de levantarme.

-Clea, amor. Vamos a desayunar – la inconfundible voz de Brentt. Comencé a reír ante su descaro, apenas anoche había pasado todo y ahora me decía "amor".

-Está bien pero primero quiero bañarme.

-Te espero abajo – deja un beso en mi frente y lo escucho salir de la habitación.

Tomé la ropa necesaria y entré al baño. Después de una relajante ducha, me vestí y bajé las escaleras.

En el comedor ya estaba Brentt esperándome con una enorme sonrisa y una mesa llena de comida. Con solo ver esa comida, mi estómago la pedía a gritos. Y verlo a él, provocaba extrañas sensaciones, haciéndome acordar que dentro de poco tendríamos que completar el lazo.

Tragué en seco y camine hasta la silla para luego sentarme.

-Buen día, estas hermosa Clea – le contesto con una leve sonrisa y los dos comenzamos a devorar el desayuno.

Debo de decir que se sentía demasiado incomodo cuando la servidumbre de la casa nos felicitaba. Y más cuando preguntaban si dentro de poco íbamos a tener una boda.

Mentalmente mi respuesta era ¡por supuesto que no! Pero sabía que no podía decirles nada.

-¿Vamos? – dice Brentt colocándose a mi lado, mientras pasaba su brazo por mi cintura. Me quedo un poco mirándolo – Te dije que iba a recompensar todo, por eso quiero comenzar desde hoy.

Asentí no muy convencida y tomé su mano, sintiendo esa exquisita sensación.

Llegamos a la oficina que ya estaba remodelada, ahora era más grande... espaciosa y mi lado de la oficina tenía sus toques femeninos. Después tendré que agradecerle a Amber y a Gael.

-Buenos días Alphas – saluda Gael.

-Buenos días – respondemos nosotros.

Por suerte la mañana se veía tranquila. Ya que solamente teníamos que firmar papeles y recibir la visita de un nuevo Alpha.

Las horas transcurrían y ya habíamos terminado con todos los papeles. Y quedaba poco para el almuerzo, donde lo íbamos a compartir con el nuevo Alpha.

Dejamos la oficina y dejamos a cargo a Gael y al beta de Brentt a cargo. Sin dudas ser dos al poder, era mucho más fácil. Al igual que tener a dos betas tan eficientes.

Caminamos de nuevo a la casa principal, por ahora no me iba a acostumbrar a decirle casa y veo muy lejos acostumbrarme a eso.

Pasamos a la sala y nos tiramos con Brentt, un acto demasiado infantil pero todavía éramos jóvenes. Que tuviéramos el cargo que tengamos en la manada, no significaba que tuviéramos que madurar ¿No?

Por suerte apareció Lucy a traernos un vaso de alguna bebida refrescante. No me había dado cuenta de cuán sedienta estaba.

Gael nos avisó que ya estaba acá nuestra visita, nos arreglamos un poco y caminamos para poder recibirlo.

-Buenos días Alpha Nick – apenas era un chico joven igual que nosotros.

-Buenos días Alphas – pasamos al comedor y pasamos el resto del almuerzo charlando de manera animada, ya que teníamos la misma edad, no hacían falta las formalidades. Así que las dejamos a un lado.

Hablamos sobre nuestras manadas, y tengo fe en él. Ya que es el Alpha de la manada vecina.

La comida terminó y nos despedimos. Estaba totalmente exhausta.

-¿Y si dormimos un rato? – propone Brentt.

-¡Por favor! Necesito dormir un poco – paso por al lado de él y subo las escaleras, y camino hasta llegar a mi habitación pero noté que me estaba siguiendo -¿Se te ofrece algo?

Niega sigilosamente mientras sonríe – Nada, solo quería despedirme – deja un rápido beso en mis labios y desaparece.

Entro a la habitación negando y sonriendo. Si alguien me viera, apuesto a que estaría pensando que soy una idiota, o una colegiala comenzando a enamorarse.

Me saco toda la ropa que ahora sentía incomoda y la tiro por ahí, porque ni me he fijado dónde la he tirado. Me meto a la fresquita cama y sin darme cuenta me quedo dormida.

(...)

-Arriba Clea – otra vez esa voz. Sentía cómo me acariciaba la cara. Gustosa lo recibo y me acomodo mejor. Pero algo no encajaba.

-¿Dormiste acá Brentt? – le digo despertándome del todo.

-Puede... - entre cierro los ojos y le miro acusadoramente. Se había metido mientras yo dormía. Por eso ahora estaba abrazándolo, lo hice mientras dormía.

-Necesito cambiarme Brentt, quiero privacidad – hace un pequeño puchero pero asiente, se tira encima de mí dando un sinfín de besos y sale a toda velocidad de la habitación.

¿Quién era ese chico? Todavía no podía creer que era el mismo que unas cuantas veces me había tratado mal y también mirado. Ya no queda nada de quién era, ya ni siquiera mira a una mujer que pase por su lado.

Me estaba dando cuenta que había cambiado. Que era otra persona.

Estaba haciendo demasiado calor, así que opte por algo de verano.

La primavera se estaba yendo y el verano venía con todo.

-Gael, en 5 te quiero en mi oficina.

-Te estaré esperando Clea.

Tomé un poco de licuado y me dirigí a la oficina. Donde ya estaba Brentt y Gael.

-Gael, hablemos por conexión – Brentt mira todo dudoso, pero sigue haciendo lo que estaba haciendo en la computadora.

-Quiero que te averigües sobre piletas, este verano vamos a necesitar una.

-¿Estás hablando en serio Clea?

-Por supuesto Gael – asiente y sale de la oficina.

-Y... ¿Qué hablaron? – pregunta Brentt despegando la vista de unos papeles.

-De... cosas – dirijo mi vista a los papeles que tenía delante de mí y comienzo a leerlos.

Tenía mucho por leer... pero dentro de poco las tardes iban a ser un poco mejor.




La profecía de la lobaWhere stories live. Discover now