520

1. El chico del bus

Era extraño, sorprendente; en realidad, Sehun no sabía muy bien como describirlo. Lo único que podía decir era que cada vez que él tomaba el autobús 520, veía a esa persona sentada en la parte posterior del bus, mirando fijamente por la venta. Lo había dejado pasar como una mera coincidencia, pero ya habían pasado dos meses. Dos meses de estar en el mismo bus con este extraño, y esto lo estaba haciendo pensar. Él ya estaba seguro de que no podía ser una coincidencia, ya que no tomaba el autobús en el mismo horario, el autobús iba al vecindario de su amigo Jongin y solo tomaba el autobús cuando tenía tiempo para visitarlo.

Era extraño.

Justo como hoy. Le había prometido a Jongin ir a su casa, ya que su amigo iba a tener una competencia de baile muy pronto y Sehun quería ayudarlo. El momento después de haber entrado al bus y escaneado su tarjeta de transporte, sus ojos se encontraron con la figura sentada al fondo del autobús. Su cabello teñido de color dorado oscuro era corto y recto. No usaba nada especial, por lo que Sehun podía ver, solo algo de ropa casual. Solo era otro día en el autobús con este extraño.

Pero esta vez, Sehun iba a actuar de forma diferente.

A pesar de que había muchos otros asientos vacíos, recorrió todo el camino hasta la parte de atrás. Esta vez, no quería dejar pasar el asunto por más tiempo. Era una persona callada y tímida, pero esto estaba empezando a sentirse casi espeluznante. En el momento en que Sehun se sentó en el asiento vacío junto a él, el chico apartó los ojos de la ventana. Era la primera vez para Sehun, ya que, en cada ocasión, esta persona tenía los ojos pegados a la ventana.

Y en el momento en que vio el rostro de esta persona, quedo hipnotizado.

Siempre había estado en contra de describir a un hombre como bonito, o hermoso, pero por esta ocasión, al verlo sintió este fuerte deseo de hacer una excepción. Sus ojos eran como los de un inocente ciervo, atrapándolo en el momento en que el chico lo miró a los ojos.

— Ese asiento está ocupado.

Su voz, Sehun pensó, era extremadamente agradable de escuchar. Sonaba tranquilizador y estaba en calma. Momentos después, los ojos de Sehun parpadearon en sorpresa al procesar lo que el chico acababa de decir, finalmente teniendo de nuevo control sobre sí mismo.

— ¿Eh?

— El asiento en el que estás sentado, —repitió mientras lo señalaba—, está ocupado.

Sehun fue sorprendido por sus palabras. No sólo le resultaba inusual lo que el chico acababa de decir, sino que también le sorprendió la forma en que esta persona había dicho esas palabras. Ahora que se tomaba el tiempo para pensar en ello con más cuidado, se dio cuenta de lo mucho que le debía disgustar que alguien ocupara este asiento.

— ¿Ocupado? ¿Por quién?

El chico frunció ligeramente el ceño.

— No tienes que saberlo.

Dijo antes de darle la espalda a Sehun, de nuevo con los ojos fijos a lo que fuera estaba fuera de la ventana.

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— Oye, Jongin, ¿puedo preguntarte algo?

Sehun preguntó mientras sus ojos seguían los rápidos pasos de baile que su amigo realizaba a la perfección. Ni siquiera sabía por qué dijo que vendría a ayudar a Jongin, cuando obviamente no necesitaba ninguna ayuda.

— Sí, por supuesto.

— Bueno, durante los últimos dos meses, cada vez que tomo el autobús a tu casa, siempre veo a este chico en el mismo autobús. Es algo aterrador, sabes.