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¡Último capítulo! ¡Al final está la nota de la autora! ¡Lee lo si quieres saber más sobre el significado oculto de esta historia!

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Sehun no era una persona sabia en el sentido de que supiera tanto sobre la vida que ya nada más le preocupaba. Sehun no era ese tipo de persona en lo absoluto, porque aún tenía mucho más por aprender. Tantas veces había oído que nada era imposible y que el conocimiento siempre sería alcanzado con determinación. Pero, eso no era lo que Sehun creía. Ser sabio, a los ojos de Sehun, era ser capaz de reconocer que nunca sería capaz de obtener todas las respuestas que él quería. Ser sabio no era simplemente saber, sino también comprender y aceptar el hecho de que nunca serías la persona sabia que pensaste que los humanos podrían llegar a ser.

Sin embargo, Sehun tenía su propia visión de la vida. Él tenía su propia perspectiva sobre cómo vivir una vida. La vida no era nada más que un lío de coincidencias y compromisos, y para encontrarle sentido, tenías que aceptar que a veces las cosas ocurren porque tienen que ocurrir. A veces las cosas resultaban bien, a veces las cosas resultaban mal. A veces Sehun volaría, a veces él caería. Era un ciclo, un ciclo interminable desde el primer aliento que tomó cuando nació hasta el último aliento que dejaría ir cuando el cierre los ojos por última vez.

Y el tener miedo, estar asustado por estar dando vueltas y más vueltas, iniciando desde el principio tantas veces, esa no era la solución para nada. De hecho, no había nada que temer más que a tu propia falta de voluntad y perseverancia. Sehun creía que uno nunca debería de ver y desafiar los problemas como algo negativo, sino como algo que debería ser aceptado. ¿Por qué? Porque cada dificultad era una oportunidad de ser alguien mejor, por lo que en lugar de verlos como algo malo, ellos deberían ser vistos como algo positivo.

Por supuesto, caerse duele, que tus cosas te sean arrebatadas duele, perder algo duele, pero fue sólo porque te dolió que te diste cuenta de lo que era realmente importante para ti. Fue la caída, la misma caída, la que hizo que te dieras cuenta de lo mucho que querías volar. Podría sonar extraño, podría sonar ridículo, pero ¿Cuántas personas no han caído? ¿Cuántas personas alcanzaron lo más alto del cielo sin caer una y otra y otra vez, saliendo herido una y otra y otra vez, sólo para ponerse de pie con una fuerte determinación una y otra y otra vez?

Acusar a la vida de no ser nada más que un gran chiste es sólo una manera de cederle toda la responsabilidad de tu propia vida. Culpar al mundo por ser tan injusto es simplemente un mecanismo de defensa infantil para proteger tu propia ingenuidad. La verdad es que el mundo rara vez es flores y azúcar. De vez en cuando te caes. Y cuando te caes, aprendes. Y cuando aprendes, empiezas a apreciar más las cosas. Y esa es la razón por la cual la misma espiral descendente de desesperación podría ser una espiral ascendente de esperanza. Y el tiempo dedicado a pensar negativamente también podría gastarse en pensar positivamente.

Eso en realidad depende todo de ti, de nadie más que de ti.

Hubo una vez un Sehun quien estaba aterrorizado de quedarse solo, que en algún momento maldijo al mundo por hacer su vida tan difícil. Había habido un Sehun así también. Hubo un Sehun que quería tanto renunciar, pero siempre había personas que le mostrarían lo hermoso que el mundo podía ser. Sehun quería hacer lo mismo. Sí, de alguna manera posible, él pudiera mostrar a las personas lo que necesitaban, la luz que ellos desesperadamente buscaban, así que sólo podía desear que ellos pudieran ver la luz en su propia luz. Nunca supo si lo había logrado o no, pero siempre que él hubiera hecho todo lo posible para hacer del mundo un lugar mejor para aquellos que más necesitaban consuelo, entonces era feliz. La felicidad llegaba haciendo feliz a quienes lo rodeaban.

Así que, cuando vio a Kyungsoo y Jongin de pie frente a él, un Jongin muy vacilante quien no estaba seguro de si quería sentarse o no y a un Kyungsoo con una pequeña sonrisa quien estaba agradecido de finalmente haber sido capaz de conocer al único e inigualable Oh Sehun, supo que este era el comienzo de un nuevo capítulo. Se había caído, de forma cruel y sin ninguna piedad, pero las heridas sanaban. Había llegado el momento de ponerse de pie nuevamente, limpiar la sangre procedente de la esquina de los labios y mirar hacia el cielo otra vez. Lo que él y Jongin tenían era algo que deseaba pudiera haber perdurado, y él estaría mintiendo si dijera que no pasó algún tiempo preguntándose como las cosas podrían haber resultado si él hubiera sido más valiente, pero él no quería pasar el resto de su vida contemplando el pasado.

520Where stories live. Discover now