11. Adiós. Hola.

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N/A: En primer lugar, gracias a aquellas personas que apoyan está historia! No puedo agradecerles lo suficiente por eso :')

Espero que disfruten de esta historia!
¡Enjoyyy!

Tiny Wings

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Enamorarse es tan fácil como memorizar las líneas de tu canción favorita. Enamorarse siempre es tan fácil, porque se siente tan celestialmente bien y el amar causa ceguera. Las personas se sienten atraídas por las cosas bonitas con tanta facilidad y se enamoran de las cosas bellas como si hubieran nacido para ello.

Así que, en realidad, el hecho de que Sehun se enamorara de Luhan era tan predecible. Era como si desde el primer encuentro, Sehun debería haber sido capaz de predecir el enamorarse de los gentiles ojos, las brillantes sonrisas y las cálidas palabras de Luhan. Debería haber sabido que Luhan sería capaz de alcanzar su corazón y tocarlo juguetonamente, haciéndole anhelar al otro más de lo que debería.

No obstante, también hubo momentos en el que la comprensión le aterraba más de lo que le encantaba, porque Sehun había sido lastimado por esos sentimientos muchas veces ya. Siempre era tan fácil enamorarse, confiarle a alguien todo de ti, sólo para ser abandonado y dejado atrás al final. Era la crueldad en su más elegante forma. Pero entonces Sehun recordaría la presencia de Luhan, y cómo le hacía olvidar todas sus dudas, toda su desconfianza, y se sentiría en conflicto entre enamorarse o no. No es que el enamorarse fuera una opción, pero siempre le gustaba fingir que lo era. Y Sehun se dio cuenta de que era imposible para él el detenerse por las posibles consecuencias, probablemente desgarradoras, porque simplemente así era como funcionaba.

Y el mundo no era ciego. El mundo no ignoraba la felicidad. No, la felicidad siempre era tan fácil de ver y tan difícil de esconder. Así que en realidad no pasó mucho tiempo antes de que Jongin lo tuviera acorralado, mirándolo casi acusadoramente, porque Jongin seguía esperando una respuesta y Sehun estaba jugando con su pobre corazón.

— Sehun, –inició Jongin con el ceño fruncido–, ¿podemos hablar?

Y fue entonces que todo se desplomo sobre Sehun, que aún estaba evitando sus problemas, aun evitando enfrentarse a la realidad. Sólo cuando Jongin lo miró directamente a los ojos, Sehun se dio cuenta de que seguía huyendo. Estaba huyendo cuando en realidad no debía, porque Jongin no se lo merecía, Jongin no había hecho nada malo, pero tampoco Sehun. No había hecho nada malo, nada de lo que él debería estar avergonzado. El mundo no tenía ni idea de lo mucho que duele cuando todos los demás siguen adelante, mientras que tú te quedas atrás. El mundo simplemente no tenía idea de lo injusto que se siente ser quien tenía que poner un fin a las cosas, para que todos los demás pudieran escapar.

Todos los demás, menos él.

— Si realmente te molesta tanto, entonces... –Un destello de dolor cruzó los ojos de Jongin–. Entonces sólo olvida lo que dije y pregunté, ¿de acuerdo?

Olvidar no haría bien a nadie, no haría ningún bien en absoluto a esta situación. Como si uno pudiera olvidar lo que fue grabado a fuego en la mente de uno. Todo se reducía a fingir, y Sehun sabía que fingir no traía nada. Fingir sólo protegía al pobre niño egoísta que vivía en un rincón de su mente, pero aparte de eso, no traía nada. Y estaba claro que le lastimaba muchísimo a Jongin, para siquiera considerar esa opción, para siquiera considerar la idea de fingir que nada pasó, porque ¿cómo podría eso siquiera llegar a pasar cuando era tan evidente en cada pequeño movimiento y palabra hablada entre ellos dos?

— J-Jongin... –Sehun habló vacilante–, yo...

— Prometimos que seríamos los mejores amigos por siempre, Sehun. No quiero que la promesa se rompa. –Jongin mordía su labio con fuerza–, pero puedo ver que me abandonas.

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