5. Playa.

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Louis recordaba un verano, hace unos muchos años, que habían ido todos a la playa. La señora Signoret había llevado un canasto de picnic lleno de comida y Louis recordaba haber estado feliz porque había muchos sándwich con pollo. La playa no estaba muy llena de gente, como normalmente lo estaba, porque era entre semana, y, a pesar de ser verano, aun había gente que debía ir a sus trabajos.

Él también recordaba a Charlotte estando allí, con un par de coletas y un traje de baño rosado. No recordaba haber hecho mucho con ella, puesto que era en esa época en la que Charlotte rehuía de él, pero recordaba haber hecho un montón de castillos de arena y haber jugado fútbol con Mark.

Las idas a la costa durante el verano eran algo constante, pero fueron bajando en frecuencia cuando ambos iban descubriendo las otras cosas de la vida. Charlotte tenía muchos amigos en la escuela y salía con ellos, y Louis prefería quedarse en la tranquilidad de su casa mientras tocaba piano.

Pero allí estaban ambos, solos, después de unos ocho años, sentados bajo una sombrilla en la arena y mirando como otras personas disfrutaban del mar y del clima. Louis se sentía levemente incomodo, pero no era por el clima o la gente, sino porque no sabía de qué hablar con Charlie. Bien, probablemente hace una semana no le hubiese importado mucho, pero ahora, después de haberse dado cuenta de que Charlotte no era tan mala como él creía que era, intentaba no tratarla mal o ignorarla.

No era como si quisiese que fuesen amigos o algo, pero Louis tenía moral y conciencia y sabía que tratar mal a alguien no era bueno.

Pero aun así, no sabía que conversar con ella. Según él, no tenían nada en común, además de compartir un par de recuerdos de infancia y que la señora Signoret le preparaba la comida. Podrían hablar de comida, mas Louis era solo experto en papas, y tal en preparar ciertos platos que le gustaban. El piano, por otro lado, estaba eliminado completamente de la lista ya que Charlotte probablemente solo sabía de las teclas negras y blancas y que el instrumento se llamaba piano.

Louis estaba a punto de darse por vencido, cuando Charlotte se volteo y lo miró unos segundos. Louis casi se atraganta, puesto que estaba un poco distraído y el movimiento lo había sorprendido, pero se recupero rápidamente y, un poco dudoso e incomodo, le sonrió levemente.

—¿Qué te ha pasado?—le preguntó Charlie, riendo suavemente.

—Uh, nada. Me sorprendió tu movimiento...—contestó Louis fríamente.

Charlie sonrió con burla. —Bueno, debes haber estado pensando en cosas sucias si te sorprendí.

Louis frunció el ceño y quiso decirle que si, solo para ver si podía perturbarla un poco, pero luego decidió ignorarla por el momento. Bueno, solo hasta que sintió el aroma del pollo. Entonces solo se dio vuelta y buscó en la canasta hasta dar con los sándwich. Él oyó a Charlotte reír por su urgencia, pero no se molestó en mirarla mal o fruncirle el ceño; si él viese a alguien apresurarse a sacar comida de algún lado también reiría.

—Sé que te gustan esos sándwiches, Louis, no es necesario que te apresures a sacarlos todos— sonrió Charlie, haciendo que Louis se detuviera y la mirara atentamente.

Luego frunció el ceño. —¿Cómo lo sabes?—preguntó.

—Siempre le pedías a mamá—respondió ella con vaguedad.

Louis se sorprendió bastante y la miró unos segundos antes de darle un mordisco al sándwich. Le parecía ciertamente algo imposible, puesto que no iban mucho a la playa cuando ella estaba y la señora Signoret a veces olvidaba esas cosas, pero aparentemente su hija no lo hacía. Eso añadía otra cosa a la lista de extrañas actitudes que Louis iba descubriendo en ella.

Quizás él le agradaba a ella cuando eran más pequeños, pensó Louis, y luego giró su rostro para mirarla atentamente. Bueno, él sabía que le gustaba que tocara el piano, pero además de eso ella nunca estaba pululando a su alrededor para saber ciertas cosas.

—¿Qué?—preguntó Charlie, al darse cuenta de que Louis la estaba mirando.

Louis no contestó, sino que la miró a los ojos fijamente. Quería ver qué era lo que escondía detrás de esa fachada de niña atenta y agradable, pero era casi imposible.

—¿Lou?—susurró Charlie, un poco dudosa, y Louis se dejó llevar por el suave sonido de su voz, pensando en que ella de verdad era bonita.

Y entonces comenzó a verla de manera un poco más distinta. No como su enemiga de infancia o la niña loca que lo espiaba cuando tocaba el piano, sino como una chica menuda y delgada y bastante guapa también.

Cuando los pensamientos de Louis comenzaron a tornarse un poco extraños y retorcidos (vamos, estamos hablando de la chica a la que él odiaba) una voz chillona y femenina pronuncio su nombre, sonando como complacida y feliz.

Louis rápidamente dejo de mirar a Charlotte y volteo su rostro para ver quién era la persona que lo llamaba, y se dio cuenta de que era una de las hijas de una amiga de Johannah. Hizo una mueca de desagrado y no intento ocultarla.

—¿Quien es ella?—susurró Charlie, como para saber quién era y no equivocarse de nombre.

—Zara—susurró Louis de vuelta—. Es un grano en el trasero.

Si hubiese estado mirando a Charlie, se hubiese dado cuenta de su expresión sorprendida, puesto que él nunca hacia ese tipo de bromas, menos con ella. Mas Louis estaba mirando a la alta rubia que se acercaba a ellos, y pensando en cómo diablos se iba a deshacer de ella, puesto que era obvio que iba a querer quedarse con él durante la tarde.

—¡Oh, Louis, hace mucho que no te veía!— exclamó la chica, tan pronto como estuvo cerca de ellos y dejándose caer en la arena. —¿Como esta tía Johannah?

Louis hizo otra mueca. —Está trabajando— contestó con frialdad.

—¡Te he extrañado tanto!—dijo ella, ignorando su mueca—. Podrías haberme dicho que vendrías. Sería tan genial que...—La chica, Zara, calló al ver a Charlie y parpadeo un par de veces, quizás para ver si de verdad estaba allí. —Uh, hola ¿Quién eres?

Charlotte hizo una mueca similar a la de Louis.

—Es Charlotte, una amiga—Louis sabía que no debía usar a Charlie para quitarse a la chica de encima, pero ella tampoco dijo nada.

—Uh... ¿yo...estoy interrumpiendo algo?

Louis miró a Charlie, pero ella no le devolvió la mirada, aunque en cambio dijo: —La verdad es que si.

Y luego de disculparse un par de veces, y decirle a Louis que esperaba verlo pronto, la chica desapareció por donde mismo había llegado.

Charlotte y Louis siguieron donde estaban, guardado silencio, mientras la veían alejarse.

—Me debes una— murmuró Charlie, mientras se levantaba y luego sacudía la arena de sus piernas. —Vamos al agua, me estoy derritiendo.

Y Louis, muy a su pesar, asintió.

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SALÍ DE VACACIONES CELEBREN CONMIGO WIIIII

(eso significa que podre publicar un poco mas seguido)(pero no tanto porque quiero publicar otras historias antes de que vuelva a clases a finales de febrero)(no permitan que, si hay manifestaciones estudiantiles en su país, se vayan a paro (no ir a clases o yo que sé) por mas de un mes, sino estarán como yo)(es horrible, lo juro) 

Piano Forte; l.t auNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ