El Laberinto {The Maze Runner FanFic} #1 (Los Inmunes)

Capitulo 23

Ya han pasado varios días y Alessia aun no quería contarme el motivo por el cual lloraba la otra vez.

Estoy preocupado, pero creo que fue por culpa de Austin.

— ¿Thomas?

— ¿Si? —me giré para verla.

— ¿En qué pensabas? —me miró a los ojos con sus brillantes ojos verdes.

—En nada Aly —sonreí de lado—. ¿Te parece si vamos a practicar tiro ya?

—Claro —sonrió.

- - -

ALEXIA

—¡Newt! ¡Deja en paz a esa pobre ardilla! —le grité mientras corría detrás de él.

—No descansaré hasta atraparla ¡se comió mi sándwich! —gritó mientras intentaba atraparla con una red.

— ¿Qué rayos piensas hacerle a la pobre? —le pregunté intentando no imaginarme lo peor.

—A la gente de la cocina creo que les gustará que alguien colabore con una linda ardillita ¿no? —Sonrió malicioso.

— ¡Eres un caníbal, Newt! —le grité y me fui corriendo.

Después de eso me fui a mi carpa y me quedé dormida.

- - -

—Alexia... —me susurraron al oído.

Quizá estoy soñando.

—Linda pelirroja... —volvieron a susurrarme.

Si, sigo dormida.

Entonces soplaron mi oído y me desperté sobresaltada.

Miré al culpable, Newt.

— ¡¿Qué quieres ahora?! —le grité y él pegó un salto.

— ¡Tranquila! —Dijo y alzó las manos—. Te traje un regalo...

Me tapé los ojos con las manos y negué con la cabeza.

—Por favor, dime que no es la ardilla muerta... —dije y sentí un peso en mi regazo.

—No. Es una ardilla viva —dijo y saqué mis manos de la cara.

Me encontré con la linda ardilla, terminando de comerse al sándwich de Newt.

— ¡Pero qué hermosura! —Exclamé y sonreí hacia Newt—. Creí que le harías algo malo.

—Solo estaba bromeando... —dijo entre risas y se sentó a mi lado—. Pero cierta pelirroja... se toma las cosas muy en serio —comentó y le pegué en el abrazo.

— ¡Auch! —se quejó—. Eres fuerte pelirroja.

Me reí.

—Quizás... tu debas hacer más ejercicio —comenté divertida.

Él se acercó a mí.

— ¿Tú me vas a entrenar? —dijo casi susurrando y sonrió mostrando sus perfectos dientes.

< ¿Perfectos dientes?>

Te aclaro que ambas pensamos lo mismo.

No respondí y se acercó aún más dejando un pequeño espacio entre nosotros. Podía sentir su respiración agitada, por haber corrido a la ardilla.

—Porque si es así... acepto —dijo y se acercó más a mí.

Nuestras narices ahora rozan.

Creo que mi rostro en estos momentos, está pálido.