Capítulo 40

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Abrimos la última puerta que estaba al final del pasillo, y allí nos volvimos a encontrar con el laberinto. Corrimos. Ya se estaba haciendo de noche. Atravesamos el bosque lo más rápido que pudimos y más adelante vimos una fogata, ahí estaban todos los inmunes, y para mi sorpresa Sartén estaba con ellos.

—¡Thomas! —exclamó sonriente—. Me alegra verte he estado aquí, ayudando a los inmunes, CRUEL me trajo.

Le sonreí y reuní a todos los inmunes, les dije que sabía cómo salir y dirigirnos hacia el paraíso, hacia nuestra nueva vida. Todos exclamaban contentos y me siguieron. El fuego estaba entrando al laberinto, las bestias chillaban. Por suerte, logramos salir a tiempo.

El suelo y las paredes de las instalaciones retumbaban a nuestro alrededor. Les grité a todos que siguiéramos más rápido. Logramos llegar a la Trans-Plana, justo antes de que todo pudiese derrumbarse, pero antes de que pudiéramos irnos, varios guardias aparecieron impidiendo que pasáramos, Janson estaba en medio. Sonreía.

Alessia y Teresa me miraban asustadas.

—¿Creíste que sería tan fácil, Thomas? —dijo Janson mientras sonreía con malicia.

Apreté mis labios con fuerza. Levanté mi arma y mis amigos hicieron lo mismo.

—A pelear —dije y comenzamos a luchar.

Vi como los inmunes forcejeaban con los guardias, había disparos, pero yo solo tenía en mira a La Rata. Él se acercó a mi a toda velocidad mientras gritaba, intenté golpearlo con el arma, pero me la arrebató antes de que pudiese hacer nada.

Mis amigos habían logrado vencer a los guardias, solo quedaba La Rata que aún sostenía mi arma contra mi frente. Pero mientras miraba a sus compañeros asustado y algo nervioso, aproveché para empujarlo y Alessia gritó mi nombre y me pasó un pedazo de fierro caído. Janson se levantó y lo golpeé en la cabeza. El arma cayó y yo la alejé de él, por último la tomé.

Levantó sus manos en forma de rendición.

—No me matarás Thomas, eres demasiado bueno para hacer eso, ¿verdad? —dijo mientras sonreía nerviosamente.

Escupí sangre a su lado y lo apunté con el arma.

—Tú mataste a mis amigos —dije y le disparé.

Luego de eso comencé a sentir que todo se derrumbaba a mi alrededor.

—¡Corran! —les grité a todos.

Los inmunes comenzaron a correr hacia la Trans- Plana. Solo quedábamos Teresa, Alessia, Austin y yo.

—¡Alto! —gritó alguien.

Todos nos giramos para ver de quién se trataba. Era Dan, el amigo de Alexia.

—Dan, ven con nosotros —gritó Alessia.

Él soltó una carcajada y todos nos miramos.

—Thomas, Thomas, Thomas, el ingenuo Thomas —dijo y comenzó a jugar con un cuchillo que había sacado de su bolsillo—. Son todos unos ingenuos, yo lo tenía todo planeado —comentó con gracia.

Fruncí el ceño.

—¿A qué te refieres? —pregunté.

Él sonrió.

—Yo siempre trabajé con CRUEL, les pasé información sobre todo lo que hacía el Brazo Derecho. Pero a Alexia y Alessia les tenía especial cariño, por eso, cuando la trajeron. —Miró hacia Alessia, que estaba horrorizada—. Yo cuidé que no le hicieran una vivisección, logré convencerlos de que ella no era lo que buscaban, sino a ti, Thomas. Siempre te he odiado. Incluso me robaste a la chica que amaba.

No podía creer lo que oía. El suelo retumbaba.

—¿De qué rayos hablas? —pregunté en un tono alto.

No puede ser, nos ha engañado a todos.

—Nosotros crecimos juntos Thomas, al igual que con Teresa. —La miró y le sonrió—. Claro que te acuerdas de mí. —Miré a Teresa y ella bajó la vista—. Pero tú siempre fuiste el favorito de todos, me robaste todo lo que debería haber sido mío, pero fuiste tonto, muy tonto y desafiaste a CRUEL, entonces te enviaron al Laberinto que tú mismo habías creado. Y lo peor fue, cuando te enamoraste de Teresa. —Sus ojos estaban rojos de ira—. No puedo dejar que sigas viviendo, Thomas.

Sonrió y me lanzó el cuchillo con el que había estado jugando. Me dio en el hombro y me caí al suelo.

—¡Thomas! —gritó Alessia y se arrodilló junto a mí.

Teresa estaba presa del pánico, miraba como de mi hombro comenzaba a brotar la sangre.

Austin se puso delante mío.

Me saqué el cuchillo y grité de dolor. Alessia lloraba.

—¿Qué haces Austin? —le dije cuando me levanté con ayuda de Alessia.

Él me miró y sonrió de lado, le hizo una especie de reverencia a Alessia, ella lo miraba asustada.

—No... —susurró ella a mi lado.

Austin volvió a mirar a Dan, este miraba la escena con furia y sacó otros dos cuchillos de sus bolsillos.

—Váyanse de aquí. Pelearé con él —dijo Austin sin mirarnos mientras tomaba el cuchillo que Dan me había lanzado.

Alessia se negó y quiso empujar a Austin hacia la Trans-Plana. Él la empujó hacia mí. La miró durante un fragmento de segundo.

—Te amo, Alessia —dijo y corrió hacia Dan con un grito.

Alessia gritó. La empujé y la obligué a ir primero. Vi cómo Dan y Austin luchaban a muerte. Me di vuelta con dolor y comencé a ir hacia la Trans-Plana.

Justo cuando estaba por llegar vi en el techo como una parte comenzaba a desprenderse. No pude reaccionar.

—¡Thomas! —gritó Teresa que iba detrás mío.

Justo cuando el techo comenzaba a caer, Teresa me empujó y me salvó. Pero el fragmento de techo cayó sobre ella.

—¡Teresa! —grité y comencé a llorar.

Intenté ver a lo lejos a Austin y a Dan, pero solo podía ver el polvo de rondaba en el aire por la caída del techo.

Corrí hacia la Trans-Plana.

Todos estaban sanos y salvos. Corrimos y había pasto, mucho. Subimos hasta una colina y a lo lejos había un bosque y un océano. El paraíso.

Alessia corrió hacia mí y la abracé.

—¿En dónde está Austin? —preguntó mientras miraba hacia todos lados.

Las lágrimas seguían cayendo de mis ojos. Negué con la cabeza y ambos lloramos.

Tampoco sabíamos nada de lo que había pasado con Alexia ni con Newt, solo teníamos claro una cosa:

Esta era nuestra nueva oportunidad, un nuevo comienzo y la salvación de la raza humana.

Fin.



El Laberinto  {The Maze Runner FanFic}  #1 (Los Inmunes)Where stories live. Discover now