Once: Desastre

135 11 3
                                    

|| 1824 Palabras ||

Caminar por los pasillos vacíos,jugar con su cabello mientras en su mente pasan muchos pensamientos, el lago era un lugar el cual era poco concurrido por el hecho de que una de las más historias del castillo ocurría allí, un pulpo, el pulpo del lago de Hogwarts,para mucho era solo una leyenda,para otros no,solo pocos lo habían visto, para la menor, era una historia bastante buena, en el tiempo que llevaba en el castillo nunca había visto el animal, seguramente si lo veía algo dentro de ella le daría felicidad,amaba todas las historias y aventuras.

Mira los arboles que rodean el lago y sonríe, la naturaleza era hermosa,realmente hermosa, toma asiento contra un árbol,agarra su varita y comienza a moverla creando leves luces.

— ¿Cass?,¿Que haces aquí? — Dylan,Dylan se encontraba en la entrada del bosque con un libro en su mano izquierda. ¿Que leía?. — Esta haciendo demasiado frió como para estar aquí. — Se acerca.

—Eso me pregunto yo. — Murmura. — Si hace un poco de frió, pero no tanto realmente,¿Porque estas aquí?. — Pregunta.

El castaño se acerca hasta el árbol y toma asiento junto a la menor quien se acerca y recuesta su cabeza en el hombro de este,exhala el aire contenido. Le gustaba pasar tiempo con el castaño, le relajaba, luego de lo pasado el día de su cumpleaños, su amistad se había fortalecido en gran manera, le ayudaba a no pensar en lo que había dicho el mayor de los Potter.

— Te gusta mucho estar aquí,¿No?.— Murmura el chico.

— Bastante, es un lugar muy poco concurrido.

— Lo sé, por eso te busque aquí. — Pasa un brazo por sus hombros y la abraza.

— Me conoces, me gusta a veces tener mis momentos alejada de todos. — Menciona. — Pero que estés aquí me gusta.

— ¿Sabes que te ves bastante tierna con las mejillas rosadas?. — Se burla.

— No soy la única que esta en esas. —  Ríe.

— Tu narisita esta rojita. — Murmura y toca con la punta de su dedo la nariz de la más pequeña, esta arruga la nariz. — Eres tan tierna, pero a la vez tan malhumorada. — Ríe. — A veces no se si saldré vivo.

— ¿Porque?.

— Porque por un lado estas tu, que se que eres capaz de matarme. Pero no lo harás porque me quieres. — Sonríe y está niega riendo. — Por el otro está Scorpius y Hugo, tus hermanos me dan miedo a veces, más Scorpius, ya van dos veces donde me advierte que sigues siendo una bebé, que no me acerque más haya de lo que él lo haría. — Explica.

— ¿Scorpius te dijo eso?.

— También Hugo, pero Scorpius me amenazó así que si. — Ríe.

— No lo puedo creer. — Se carcajea. — Te dejaste amenazar por esos dos.

— ¡Claro!, ¿No ves que tus padres también pueden matarme?, no necesito a Draco Malfoy detrás de mi. — Murmura riendo. — Deberíamos volver al castillo.

— Ve tu, te alcanzo al rato. — Exclama mirando el lago. — Estaré bien.

— ¿Segura?.

— Siempre lo estoy.

Sonríe mientras agarra una hoja del suelo, la mira con entusiasmo, amaba lo que la naturaleza creaba, era especial, estaba de nuevo sola, no le molestaba, a veces, necesitaba esos momentos con ella misma, le hacían recordar que no todo era un desastre. A lo lejos, en el bosque se escuchan unos pasos cortos pero grandes, grandes zancadas que crujen al pisar ramas caídas de los árboles, las pisadas se dirigían al algo, justo donde la rubia se encontraba. ¿Quién sería ahora?. Sabía de antemano que Dylan no era, el chico no solía olvidarse de nada y estaba muy decidido a volver al castillo, por lo tanto, esas pisadas no eran suyas. ¿Debía correr?.

|| Forbidden ||Where stories live. Discover now