Dos: Callejón Diagon

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||1516 Palabras||

¦Dedicado a: Las personas que me están dando apoyo¦

|2018|

Levantarse aquella mañana fue una de las sensaciones mas placenteras que pudo invadir a la rubia de ojos plata, ir corriendo a la habitación de su Mamá mientras gritaba por todo el pasillo que se levantara para encontrarse con una Hermione ya levantada y lista para salir mirándola con una sonrisa en el rostro.

— ¡Por fin tendré mi varita! —  Chillo emocionada caminando por la habitación. —  Papá me dijo que el día que Scor compro su varita estuvo muy feliz. —  Exclamo frunciendo el ceño gesto que era muy común en la castaña. — ¡Y mañana iré a Hogwarts!, ¡¿No es perfecto?!, eh leído mucho sobre Hogwarts después de la guerra, —  Sonríe con entusiasmo,sus ojos plata brillando de alegría. Era tan parecida a Hermione a su edad, aun que no faltaba sus momentos de Draco.— Según lo que eh leído es un lugar bastante grande,—  Camino por la habitación.—  ¿En que casa quedare?, según papá estaré como el en Slytherin, porque todos los Malfoy estaremos ahí...— Murmuro sentándose al borde de la cama de su madre, quien la miraba atenta.—  Pero también podría estar en Gryffindor como tu. —  Exhalo. —  Me gusta Hufflepuff también, su historia también es fascinante, Ravenclaw no es mi preferida, pero no la descarto. —  Murmura y se deja car de espaldas en la cama.

—  Te darás cuenta mañana cariño, ahora, ¿Porque no vas a arreglarte?, Hugo y Rose están por estar listos.

— Es cierto, Gracias mamá. — Acto seguido corrió hasta su habitación.

Su cabello rubio cayendo en pequeñas ondas sobre sus hombros, sus ojos plata analizando todo a su alrededor, camina por la habitación mientras toma su lista de útiles para su primer año en el castillo, llego a la planta baja de la casa luego de bajar las escaleras de dos en dos, frente a la chimenea se encontraban Rose y Hugo quienes les sonrieron al llegar, Hermione llego minutos después con los polvos Flu.

— ¿Ya saben que hay que hacer,no? — Murmuro mirando a sus hijos.

— Gritar el lugar al tiempo que soltamos los polvos Flu, intentar no inhalar el polvo que este da. — Murmura la Rubia antes de tomar un puñado. — Yo primero. — Sonrió, antes de entrar a la chimenea. — ¡Callejon diagon! — Exclamo soltando los polvos Flu contra el suelo, un tirón en su vientre la mareo antes de sentir como caía al suelo, había llegado. 

Cuando Scorpius entro a Hogwarts recuerda que vino con su padre y el a comprar sus cosas,recuerda que fue uno de los tantos días donde se armo una pelea en la cual su nombre siempre era mencionado, también, compró su libro ahora favorito y aún que fue Muggle, le encantaba.

— ¿A dónde vamos a ir primero?. — La voz de Hugo la sacó de su cavilaciones antes de mirarlo.

— Olivanders — Murmuró Hermione mientras tomaba la iniciativa de caminar en dirección a la tienda, al entrar la mirada inquicitora de la rubia analizó todo el lugar, sonrió antes de encontrarse con la persona tras el mostrador.

— ¿En que puedo ayudarte?. — Exclama mirandola.

— Vengo por mi varita. — le sonrie a la persona quien asiente.

— Sígueme.

Aquel lugar, donde se encontraban miles y miles de varitas donde cualquier podría ser la suya, era tan excitante la sensación de saber que por fin la obtendria. En su mano derecha fue depositada una varita color carbón, la examinó un momento antes de mirar a la persona frente a ella.

— 21 centímetros, Cabello de licantropo... — No lo escucho demasiado antes de hacer un leve movimiento con la varita, un estallido sonó tras el estante al cual estaba apuntando. — Esa no es... Esta bien, sígueme. — Se encaminó a travez de las cajas. — 24 centímetros, escamas de Drago noruego.. — Alzó una ceja, era una varita de color marrón con algunos detalles grises, mordió el interior de su mejilla antes de intentar algún hechizo.

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