|CAPÍTULO NUEVE|BONUS BILLAN|

2.7K 132 145
                                    

«Dylan»

Me mire al espejo por última vez. Unos shorts blancos y una blusa negra. No estaba mal... pero tampoco estaba perfecta.

Vire los ojos y me eche perfume. No me quedaba de otra, jamás seria perfecta...

Suspire y me gire para salir de mi cuarto. Pero me sobresalte al verlo nuevamente parado en el mismo lugar justo cuando lo conocí.

—¿Te has arreglado para mí? —dijo mientras se echaba en el aire y apoyaba sus manos en su mentón.

—No... Es que voy a salir.

—¿A dónde? —pregunto frío.

Me gire hacia mi tocador y agarre el brillo labial para colocarlo en mis labios.

—No tengo porque darte explicaciones.

—Ayer te dije que vendría por tú. No saldrás a ningún lado. Ahora vámonos —dijo extendiendo su mano.

—Pero en verdad quiero ir al centro comercial —fruncí el ceño.

—Y yo en verdad quiero salir contigo —despeinó su cabello.

"Diva" pensé.

—Como sea, no te voy a preguntar, salgamos.

—P-pero...

Él viro los ojos y tomo mi mano. Después de eso chasqueo los dedos y todo se volvió negro. Lo único que hice en ese momento fue cerrar fuertemente los ojos y aferrarme al cuerpo de este estúpido demonio.

—Hey, ya puedes abrir los ojos... y soltarme

Abrí el ojo izquierdo y después el derecho.

Me sonrojé al escucharlo decir eso, ya que me miraba burlón.

—Lo siento —reí nerviosa —Es solo que... ya sabes.

—Yo lo sé todo —viré los ojos y él rio.

—Bien señor "Lo es todo" ¿Por qué me trajiste aquí?

Él sonrió.

—Creo que era tiempo de nuestra primera cita.

Parpadee varias veces tratando de asimilar lo que Bill acaba de decir...

"Creo que era tiempo de nuestra primera cita"

"Primera cita"

¿¡Una cita!?

—Aja —dijo.

¿¡Hablaba en serio!?

—Muy en serio, dulzura.

—¡Deja de leer mi mente! —chille cruzándome de brazos.

—Bueno... ¿Qué dices, señorita? ¿Quisiera tener una cita conmigo?—dijo quitándose el sombrero de una manera elegante.

Sonreí e iba a responder pero me interrumpió.

—Si dices que no igual te obligare.

Vire los ojos.

—No iba a decir que no.

—Pues te obligare.

—¿Qué?

—¿Qué? Espera, espera... tú ¿aceptaste?—asentí—. ¿No vas a correr? —negué—. ¿No vas a suplicarme que por favor te deje ir? —volví a negar.

—Sí quiero tener una cita contigo, Bill.

Me acerque a él con una sonrisa algo tímida. Note un leve sonrojo en sus mejillas lo que lo hacía ver adorable. Luego miro hacia otro lado.

Forbidden PassionWhere stories live. Discover now