|CAPÍTULO ONCE|

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«Mabel»

La conversación que habíamos tenido anoche con Bill me había dejado anonadada. No podía creer que Dylan tuviera un trato con ese demonio. Detrás de esa carita de niña buena ocultaba un sucio y vil secreto.

Pase el cepillo por mi cabello peinándolo.

Lo que más me intrigaba era saber cuál era el trato.

La pobre no debe estar enterada de todas las cosas que pueden hacer ese triángulo, ahora humano, malvado.

¡Por su culpa le borraron la memoria a mi tío!

Fueron los peores treinta minutos de mi vida.

No soy estúpida Bill desea vengarse de nosotros por destruir su plan maestro...

Aunque aun no entiendo como él ha podido volver. Se suponía que después de borrarlo de la memoria del tío Stan él no volvería a aparecer.

Creo que nos equivocamos.

Es más fuerte de lo que creí.

Deje mi cepillo a un lado y baje corriendo las escaleras.

Dipper estaba sentado en el mueble viendo televisión. Corrí y me senté a su lado.

—Buenos días, Mabel —sonrió.

—Dipper... tenemos que salvar a Dylan.

Él tomó el control y apagó la televisión.

—¿Salvarla?

Asentí.

—No podemos dejarla sola, después de todo, es nuestra amiga Dipper.

Mi hermano mordió su labio mirando al suelo.

—¿Y por qué?

Fruncí el ceño.

—Ummm... no lo sé, porque... ¡¿Tal vez tiene un trato con un demonio!?

Él rio.

—¿De qué te ríes?

—Te ves linda enojada —besó mi mejilla.

Sonreí como estúpida.

—B-Bueno... en fin, debemos tratar de deshacer aquel trato.

—¿Cómo piensas hacer eso? Si ni siquiera sabes cuál es su trato.

—Por eso te lo pregunto a tú, eres el chico listo.

Dipper puso la mano en su mentón, seguramente estaba pensando.

—Creo que deberíamos ir a su casa. A advertirle, después de todo no hay nadie que lo haya hecho.

—Tienes razón —me paré de asiento.

—¿A dónde vas?

—A la casa de Dylan —dije obvia.

—P-Pero tenemos que prepararnos para saber que decirle.

Tome su mano y lo guie a la puerta.

—Eso lo haremos en el camino. Vámonos.

«Dylan»

Me removí en la cama tratando de reconciliar el sueño pero me fue imposible.

La luz que entraba por la ventana caía directamente a mi cara. Talle mis ojos y me estire para luego abrirlos completamente.

Vi a todas partes. No reconocí el lugar así que me senté de inmediato.

Forbidden PassionWhere stories live. Discover now