Capitulo 33

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Cuando nos sentamos de nuevo, todo seguía igual excepto...


                     
– ¿Qué hacían en el baño? –nos preguntó Agus con una sonrisa maliciosa en su rostro.


                     
–Matate –le gruñó Peter mientras se sentaba y me tiraba a su regazo, me acomode y el gimió, mierda.


                     
–Perdón –le susurré al oído, y el río, me abrazo y deje mi cabeza escondida en su cuello.


                     
– ¿Ha sí que estaban practicando sexo en el baño? Recuérdenme no ir a ese baño –dijo de nuevo Agus, yo me sonroje.


                     
–Una palabra más envidioso, y te cortare las bolas –dijo Peter, Agus se quedó callado todo el viaje, mientras Peter seguía diciéndome palabras no aptas para menores de edad al oído.


                     
–Lali veni –me dijo la china, la mire y luego mire a Peter el cual me hizo un puchero.


                     
–No, no te vayas –me dijo, me agarro más fuerte y sin querer o lo hizo a propósito no sé, rozo su sexo con el mío.


                     
–Peter déjala, ahora es mía –le gruño la china, yo reí y me levante dándole el último beso.


                     
– ¿Qué? –le pregunte mientras me sentaba en el lugar de Nico.


                     
–Tenemos una crisis.


                     
–Stefano se enojó con... –me explico Cande la cual estaba al lado de Stefano apoyada en el asiento mirándonos.


                     
–Oh –dije y mire a Stefano el cual miraba hacia abajo triste– ¿Quieres chocolate cariño?


                     
–Sip –me dijo ahora sonriendo.


                     
–Hey, me pondré celoso –gritó Peter desde su asiento, asiéndonos reír– Pensé que al único que le dabas chocolate era a mí –dijo haciéndose el dolido– pero veo que también se lo das a otro, que decepción.


                     
–Deja de lloriquear, ahora el chocolate es mío –le dijo Stefano sacándole la lengua a Peter.


                     
–Hey –lo golpeé en el hombro– deja a mi novio o no tendrás chocolate.


                     
–Esa es mi chica –gritó de nuevo Peter haciéndole burla a Stefano.


                     
–Llegamos –dijo una profesora, todos nos paramos para bajar del bus– Bajen en orden.


                     
Con la china bajamos y miramos alrededor, en la izquierda había unas cabañas, a la derecha un enorme lago, ah y también un millón de árboles gigantes rodeándonos, y muchos bichos. Odio a los bichitos. Ah y unos chicos, todos con la misma camiseta.


                     
–Es hermoso –dijo la china mirando alrededor al tiempo que yo decía– Son hermosos.


                     
La china siguió mi mirada y río.


A pesar de todoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora