Capitulo 47

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— ¿Te puedes calmar? —me pregunta Nico por cuarta vez.


—No, JODER...no puedo —me paso la mano por el cabello, esta todo desordenado —No sé que hacer.


Perdí todo... absolutamente todo.


—No puedo más —mi voz suena rota, lágrimas nublar mi vista.


—Tienes que ser fuerte, por Lali.


Me siento en el suelo y apoyo mi cabeza en la pared. Cierro los ojos mientras las lágrimas caen por mis mejillas.


—Yo...simplemente no puedo.


¿Que puedo hacer? me estoy cayendo y Lali no esta aquí para sostenerme. Lo sé, soy un jodido egoísta.


— ¿Que pasa si Lali recupera la memoria?


—No lo sé.


Y era la verdad... no tenía ni la menor idea.


Abrí mis ojos y me paré del suelo limpiandome las lágrimas.


—Iré a ver a ese hijo de puta —le dije a Nico, salí de la habitación.


Busque con la mirada a Pablo, no estaba en ninguna parte, ese cabarón me las pagaría todas.


Fui por el gimnasio, pase las jodidas gradas, la cafetería, los baños. Nada.


Seguí buscando por los pasillos, y nada. Finalmente decidí ir a su habitación.


Abrí la puerta y me encontré con el imbécil estaba teniendo sexo con Juliana.


—Necesito hablar contigo —le dije, Juliana lanzó un grito de sorpresa, Pablo salió de encima de ella, yo recogí el vestido y se lo tire a Juliana.


—Amigo...estaba ocupado.


—No soy tú jodido amigo — le respondí en un gruñidos. Juliana me sonrió, y aparte la mirada.


Se metió al baño, mientras Pablo se ponía su ropa. Juliana sale del baño y se va.


—Ahora tú y yo tenemos que hablar —le dije. Pablo abrió la boca para responderme.


—Quiero que me digas por que mierda me odias tanto, quiero saber la jodida verdad. Y sí no quieres cooperar te mataré.


— ¿Crees que te tengo miedo? —rió.


—Deberías tenerlo —me acerco hacia él, y sonrió maliciosamente.


—No...me asustas —me dice, pero ahora esta nervioso.


— ¿Quieres probarme? ¿Quieres saber lo que soy capaz de hacer? ¿Qué tan lejos puedo llegar? No lo dudes —le guiñe un ojo —Si no me dices lo que quiero saber, te mataré.


—Mariano nunca te perdonará si lo haces —responde, yo me paralizó.


— ¿Mariano? ¿Como conoces tú a Mariano?

A pesar de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora