Despertar (parte I)

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(Agosto 2020)

Lauren POV

Pelear con Camila, por insignificante que sea siempre me hace sentir vulnerable, hemos estado juntas por casi dos años y medio y realmente me atrevo a decir que ha sido lo mejor de mi vida. Esta noche hemos discutido porque Hailee me ha invitado a una fiesta, yo he aceptado ir, iba a invitarla, pero ella se enteró antes, lo que hizo que una bomba explotara.

De cualquier manera, en las ultimas semanas, ella se ha mantenido distante y no sé la razón, las cosas han cambiado y eso me duele, pero quiero atribuirlo al estrés de su trabajo.

Pese a nuestra discusión he venido, el lugar esta muy prendido, hay muchas personas bebiendo y drogándose, Hailee acerca un vaso a mí y yo lo bebo velozmente, hago lo mismo con cinco vasos más, la música tomó control de mi cuerpo, Hailee se acercaba cada vez más, pero yo me alejaba, había perdido la cuenta de lo que había tomado, la chica de cabello rojo se acercó y tomó mi rostro con sus manos, cerrando la distancia entre nuestros labios, al principio traté de zafarme de su agarre, pero terminé por darle entrada a mi boca, me percate que una pastilla se encontraba en su lengua, la cual tome con la mía e ingerí, me aleje de ella un poco desconcertada por lo sucedido. El rostro de Camila había venido a mi mente, me sentía completamente rota, ¿cómo es que he sido capaz de hacerle esto a mi novia?

H: tranquila, sólo ha sido para darle emoción a la ingesta de drogas -se burló - aquí no ha pasado nada Lolo -acarició mi rostro y yo asentí, el alcohol no me estaba dejando pensar bien

Mi cabeza daba vueltas y mi corazón latía a la velocidad de la música, seguí bebiendo de los vasos que Hailee me daba, de vez en cuando ella tocaba mi cuerpo y no niego que en ocasiones lo disfrutaba.

H: te ves fatal ¿por qué no vamos a descansar ya? - me limité a asentir, al entrar al coche caí en un estado adormilado, aunque seguía despierta

L: Hailee, el camino a casa no es por aquí -dije arrastrando las palabras

H: cállate Jauregui, no iremos casa

L: ¿a dónde me llevarás?  -pregunte despreocupada completamente

H: tienes una cita con el destino, perra

No sé porqué me causo tanta gracia, me reí sin poder detenerme y me recosté sobre el asiento del auto. Llegamos a el departamento de Adam, estaba realmente confundida, al ingresar al lugar me lleve una sorpresa muy grande, el padre de Camila estaba conversando con Adam en la mesa.

Alejandro: Lauren ¿cómo te va? -saludó con entusiasmo

L: muy bien señor gracias -traté de fingir mi voz, pero sé que no funcionó porque su expresión fue un poco de desagrado

Adam: ahora que estamos todos aquí, creo que merecen saber la razón -volví a asentir y Alejandro hizo lo mismo- usted Alejandro va a morir en cuestión de minutos -me quedé helada tras esas palabras- y tú Lauren, tú vas a matarle -mi mirada se fijó en Adam quien sonreía ampliamente - este hombre Lauren, es el asesino de tu padre, él es el culpable

Alejandro: no, yo ¿qué? - abrió sus ojos y me miró negando rotundamente con la cabeza

Adam: aquí tienes un arma Lauren, por fin puedes llevar acabo tu venganza -me sentía en un estado de trance

L: no Adam, eso se acabo, no tiene caso -antes de que terminara de hablar un disparo se escuchó en toda la habitación, Alejandro se desplomo ante mis ojos, voltee y era Hailee quien mantenía la pistola fija, corrí hasta ella y arrebate el arma, Adam y su hija salieron corriendo del lugar, mientras yo me quede inmóvil con el arma en las manos, traté de tapar la herida de Ale, pero mis intentos eran en vano.

A: cuí... cuídala Lauren -Asentí con miedo, no sé cuántos minutos pasaron

***: Policía federal, baje el arma

***: solicito una ambulancia al edificio Levine

***: señorita Jauregui, queda usted detenida, tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga puede y será usado en su contra

***: no hay nadie más en el lugar, todo despejado

***: necesito algo de ayuda con el juez, está perdiendo mucha sangre, sus signos son débiles

Mi estado era evidente, me dormí camino a los amparos, cuando desperté me hallaba en el frío piso de una celda, una jaqueca horrible era mi única compañía y no recordaba absolutamente  nada de la noche anterior.

Después de unas horas un par de policías llegaron custodiando a mi abogado, quien me explico que se me acusaba del asesinato del juez Alejandro Cabello, al escuchar eso mi corazón se detuvo, mi cabeza era total negación y sólo podía pensar en Camila.

Mis manos fueron esposadas y me llevaron a la tribuna, había muchos rostros conocidos, pero mis ojos simplemente se centraron en los café chocolate, quien sería la que atestiguaría en mi contra.

Iba escoltada por dos policías, en una de las mesas de en frente ya se encontraba Edward, mi abogado, quien me saludo con una diminuta sonrisa. Camila ni siquiera me miró, mientras yo no podía despegar la vista de ella.

Old Money (Camren)Where stories live. Discover now