Tengamos Una Vida Juntos [Ross Lynch & Tú]

Capítulo #6

Y aquí estoy yo, conduciendo a mi trabajo. Ross llegó temprano por Romeo, se lo encargué mucho. Ross me dijo que tal vez vaya en el transcurso del día al café.

Llegué al cafe, estacioné y entré, como siempre, habían pocas personas. Edward me veía y lo noté un poco serio.

-Buenos días. -dije.

-Buenos días. -contestaron algunos.

Llegue a mi puesto y salude a Edward.

-Hola, Edward.

-¿Ya me dirás por que tanta urgencia en no venir ayer? ¿O lo tengo que averiguar en los medios? -por lo visto ya había visto lo de Ross.

-Me reencontré con él, el lunes y... -después de una larga platica entre cortada, ya que teníamos que atender a los clientes, él entendió todo.- Y hay algo más que debes saber.

-¿Qué cosa? -pregunto.

-Me iré con Romeo a vivir a California con Ross. -dije.

-¡¡¿QUÉ?!! -dijo él.- No, no puedes. ¿Y tus padres? No puedes dejar a tu familia. No me puedes dejar a mi, ¿Qué haré sin mi mejor amiga? -se alteró.

-Tranquilo, ya hablé con mis padres y Lucas, y están de acuerdo. -dije.- Nosotros podemos hablar por Skype, WhatsApp, Facebook, hay muchos medios.

-No será igual. -sonó triste.

-También vendré seguido a visitarlos. -agregué.

-¿Segura? -preguntó.

Asentí.

-¿Cuándo se irán?

-La siguiente semana, pero solo vendre hasta mañana, ya que tengo que ver los papeles de la escuela de Romeo.

-Bien.

-Tú tranquilo. -asintió.- Bien, ahora a seguir con el trabajo.

Continúe el día trabajando, llego rápido mi descanso, tengo 1 hora, eran las 12:30 PM así que regresaría a la 01:30 PM.

Dejé mi delantal y tomé mi bolso, salí y crucé la calle, entré al hotel y subí a la habitación de Ross. Bajé de el elevador y caminé por el pasillo.

Llegué a su puerta y toqué 3 veces, desde adentro se escuchó un Ya voy, no tardó mucho cuando la figura de Ross apareció tras abrirse la puerta.

Se veía sexy con su cabello despeinado.

-Hola, nena. -me saludó Ross, me regaló un beso.- Pasa.

Entré y pude ver a Romeo jugando en la alfombra. Me vió y corrió feliz hacía mi.

Lo tomé en mis brazos y le di un beso en la mejilla.

-Hola, mi amor, ¿Qué tal te la estás pasando? -le pregunté a Romeo.

-Bien. -respondió.

-Que bueno, anda ve a jugar. -asintió y lo bajé.

Corrió de nuevo a la alfombra y siguió jugando.

-Oye, Ross. -lo llamé.

-Dime, cariño. -me dijo.

-¿Y esos juguetes con los que esta Romeo? Yo no se los compré. -dije.

-No, no lo hiciste. Lo hice yo en la mañana. -respondió él.

-Ah ok.

Rodeo mi cintura con sus brazos y poso su barbilla en mi hombro. Amo cuando hace eso.