❝ Pasé mis brazos por sus hombros hasta juntar mis manos detrás de su cuello, acercándome más a él. Sus manos se pasaron por mi cintura y quedaron posadas ahí. Levanté mi cabeza y lo miré a los ojos ―. Me vuelves loca ― las palabras salieron de mi b...
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Desperté por un movimiento brusco. Hice un gran esfuerzo por abrir los ojos, parpadeando para dejar de ver todo borroso. Pasé mi mano derecha por mis ojos, ya que dolían.
Dirigí mi mirada hacia alrededor y no pude evitar sentirme confundida. No estaba en mi habitación, me encontraba en, no sabía exactamente que era, pero el techo era de madera, pero la madera se veía antigua. Las paredes igual, de madera, antigua y en mal estado. Estaba acostada sobre una cama de una plaza. Ni siquiera sabía cómo había llegado ahí. Me encontraba sola en la habitación, y además de la cama, había un escritorio de metal, repleto de papeles y a su izquierda, un armario de madera.
Tomé las sábanas que me tapaban y las moví a un costado para poder pararme, cosa que hice. Sentí frío en los pies, bajé la mirada y me encontré con que no llevaba nada, estaba descalza. El piso era también de madera, podría fácilmente clavarme una astilla. Miré mi brazo izquierdo y en el hombro tenía algo así como un tatuaje de una cruz. Continúe la mirada por mi hombro hasta llegar a mi pecho y me di cuenta de que solo me encontraba de ropa interior.
Con cuidado de no arrastrar el pie, caminé hacia el armario para ponerme algo en sima. Al abrirlo, me sorprendió ver que había una gran cantidad de ropa, que sin ningún problema me entraría. Había todo tipo de estilos, había ropa de gala, formal, había ropa para eventos cotidianos, había trajes de baño, había ropa para dormir y más.
Me decidí por un simple vestido suelto hasta los muslos, color gris oscuro, una chaqueta blanca, unas converse negras y me coloqué unos headphones blancos. Desgraciadamente, en la habitación dónde estaba, no había espejo, por lo que tuve que dirigirme a la puerta para salir a buscar un baño. Luego de abrir la puerta de madera, como todo lo que había en esta casa, me encontré con un gran pasillo. Caminé a través de él, perdida en busca del baño cuando vi que lo que estaba la final del pasillo no era el baño, sino que una especie de sala, donde había una mesa de madera, que sorpresa, con cuatro sillas alrededor de ella, a unos centímetros un sofá, no se preocupen, no era de madera. Frente a sofá había una mesita con una televisión de tamaño mediano.
Confundida miré a mi alrededor y vi que en una silla, se encontraba sentada Bella, comiendo unos cereales en un recipiente con leche, mientras leía el diario local.
― ¡Oh! Buen día, Lena. ¿Has dormido bien?― en respuesta yo asentí lentamente, pero con el ceño fruncido ―. Oye te ves pálida. Bueno, como sea. Llevo horas mirando el periódico, y hay cosas que no encajan. Si encontraron la mitad de un cadáver en el bosque, ¿por qué no han contratado ya a un detective para que investigue? Aquí dice que la policía se encargará de todo, pero no veo que les esté saliendo muy bien.
Cuando ella dijo 'la mitad de un cadáver' giré mi cabeza hacia ella sobre saltada, abriendo los ojos como platos. ― ¿Encontraron la mitad de un cadáver?
― ¿Cómo es posible que tenga de decirte todo dos veces? Ayer te dije que Stiles llamó para saber si queríamos ir con ellos pero le respondí que no ya que Tina y yo nos íbamos a quedar a dormir en tu casa porque teníamos nuestra noche de chicas. Obviamente le pedí que cuando él y Scott volvieran, me cuenten todo con lujo de detalles ― a ese punto se podía ver mi cara de sorpresa y cada palabra que ella decía, hacían que mis ganas de gritar aumentaran. Obviamente que cuando desperté, por mi cabeza cruzó la idea de que había una posibilidad de que estuviera secuestrada, pero la descarté inmediatamente, ya que el lugar se me hacía sumamente familiar ―. Pero Stiles me contó que ni bien comenzaron su búsqueda del cadáver, su papá lo encontró y llevó a casa, pero que Scott se había quedado solo en el bosque.
― ¿Stiles Stilinski? ¿Scott McCall? ― pregunté tratando de no desmayarme en mi lugar. Bella me miró con cara de pocos amigos.
Me giré rápidamente hacia atrás cuando oí una voz diciendo: ― ¿Ya están listas?
Era Tina, que llevaba puesta una camisa color blanco, una falda color negro liso y unos tacones color rojo. Su cabello castaño estaba suelto por su espala y estaba maquillada.
Isabella asintió mientras se levantaba y salía de la habitación. Cuando volvió, me sonrió y entregó mi bolso, pero no sabía para qué. La miré confundida ―. Para la escuela, tontita.
Abrí la boca sorprendida, ¿escuela? Era sábado. Tina se puso a mi lado y me tomó del brazo. Hizo lo mismo con Bella y me arrastró fuera de la casa.
Cuando estábamos bajando por el porche de madera, miré hacia atrás, y vi que la casa tenía un aspecto de haber sido quemada, hace mucho tiempo, como cinco o más años. Miré hacia la derecha, y vi una casa, exactamente igual a la mía, pero se notaba que ahí no vivía nadie, o al menos eso parecía. Espera, ¿esa no es la casa de los Hale? La casa de al lado también estaba quemada. Miré a mi alrededor y vi que nos encontrábamos en un bosque.
― ¡Vamos Lena! ― me apuró Christina sonriendo desde un auto, ¿cuando se metieron ahí? ― ¡Lena apúrate! ¡Llegaremos tarde el primer día!
Cuando logré reaccionar, ya estaba caminado hacia el auto negro que manejaba Bella.
