05 || You don't know me at all

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.    𝘺𝘰𝘶 𝘥𝘰𝘯'𝘵 𝘬𝘯𝘰𝘸 𝘮𝘦 𝘢𝘵 𝘢𝘭𝘭    .

    𝘺𝘰𝘶 𝘥𝘰𝘯'𝘵 𝘬𝘯𝘰𝘸 𝘮𝘦 𝘢𝘵 𝘢𝘭𝘭   

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Ese día, no me molesté en volver a clases, sino que me quedé sentada en el césped del campo de lacrosse cuando las pruebas ya habían terminado. Luego de unas horas, el timbre sonó, dando por terminado el período escolar. Me levanté lentamente, con un cigarrillo entre mis dedos y comencé a caminar hacia la salida.

No entendía lo que estaba ocurriendo a mi alrededor, realmente la cabeza me daba vueltas.

Entre la multitud, pude divisar a mis amigas y a Lydia. No se porque siempre digo 'mis amigas y Lydia', digo ¿será Lydia mi amiga? Volviendo al tema, ellas estaban mirando entre las personas, aparentemente buscando a alguien, preocupadas. Cuando caí con que, probablemente estaban buscándome, me metí rápidamente en una clase que estaba vacía, pues no tenía ganas de hablarles y contestar sus preguntas, ni yo sabía la respuesta.

Una tos falsa llamó mi atención, y ahí me di cuenta de que no me encontraba sola en la clase. Frente a mí se encontraba un chico muy alto y muy guapo de cabello rubio oscuro que era levemente rizado. Su piel era pálida y sus ojos azules grandes y profundos. Era Isaac Lahey.

De repente mi cabeza dejó de girar.

Mis ojos se abrieron como platos al reconocerlo, y sentí como el latido de mi corazón aumentaba. Por Dios, era hermoso, aun que el parecía no saberlo.

― ¿Qué haces aquí, Lena? ― preguntó mirando mis ojos fijamente.

Actúa normal, Lena. No lo espantes. Le sonreí intentando que dejara a un lado su nerviosismo ―. ¿Sabes mi nombre?

El frunció el ceño y dio un paso hacia mí―. Claro que si, toda la escuela lo sabe.

Me di una 'face-palm' mental y sonreí con arrogancia fingida, como supuse que harían Lydia y Tina. Era hora de actuar bien, y encajar en este mundo tan extraño pero familiar al mismo tiempo ―. ¿Isaac, cierto? ― el asintió. Yo seguía con el cigarrillo en la mano, por lo que lo lacé al suelo y lo pisé. Levanté la mirada ―. ¿Qué te trae por aquí?

El pareció dudar antes de contestar ―. Nada, solo estaba recogiendo mis cosas antes de que llegaras ―. Hizo una pausa y con duda en su voz, continuó ―:  ¿Y a ti?

Hice un gesto de arrogancia con la mano―. Oh, ya sabes...― comencé sonriendo―. Escapar de la realidad.

Me miró confundido y yo me senté sobre un pupitre que se encontraba cerca de él, quien me preguntó: ― ¿En qué sentido?

Dirigí mi cabeza hacia abajo y la volví a subir, sin esa arrogancia fingida, pero con una sonrisa triste ―. Realmente no lo entenderías, así que, ¿para qué decirte? ― hablé bajando mis barreras por un segundo. Luego, me di cuenta de que no debería verme débil en este mundo, pues no sabía qué estaba ocurriendo, si era un sueño, si estaba loca. No sabía ada, y me estaba matando.

Si quería sobre vivir al mundo, tendría que realzar mis barreras y ver quien es lo suficientemente insistente como para bajarlas y ver en mi. Intenté sonreír, pero más bien me salió una mueca ―. ¿Irás a la fiesta del viernes?

Me sonrió y dijo: ― No puedo ir, tengo que trabajar.

Lo miré como diciendo ' ¿enserio? ' alzando las cejas y luego sonriendo ―. ¿Dónde trabajas, Isaac?

Me miró inseguro y se puso nervioso. Miró directamente a mis ojos con esos azules tan profundos, y para mí, perfectos. ― En el cementerio.

Sorprendida bajé la mirada y fruncí el ceño ―. ¿No te da miedo? ¿El cementerio no queda cerca del bosque? ¿Qué pasaría si algo te ataca? ― pregunté desesperada abriendo mis ojos como platos. Se encogió de hombro despreocupado y se sentó a un lado mío, pues los pupitres eran para dos personas. Tengo muchas ganas de abrazarlo, se que no tiene nada que ver con lo que ocurre, pero eso no me quita las ganas ―. ¿Te molestaría si te hago compañía esa noche?

Él me miró frunciendo el ceño y negó, extrañado ―. No me molestaría, pero... Una chica como tú... Quiero decir... De seguro que la pasarías mejor en una fiesta con los más populares de la escuela.

― ¿Una chica como yo? ― giré mi cabeza hacia donde se encontraba él ―. Isaac, te diré algo justamentq porque no nos conocemos muy bien y necesito decirselo a alguien ―. Pausé mi voz por un segundo pensando muy bien mis palabras ―. No me conoces en absoluto, nadie aquí lo hace. Estuve todo el día escondiéndome de mis amigas porque... ― Ni siquiera sabía por qué. Estaba asustada y quería estar sola. Todo se sentía tan real que una parte de mí temía el hecho de que sea real y... eso significaría que tendría que ocultar esto por siempre y algo en mí siempre me dirá "no perteneces a aquí" ―. No importa, el punto es que ultimamente me siento muy diferente, así que no te guíes por lo que creías que era, o lo que muestro allá afuera ― hablé señalando a la puerta.

Hubo uno minutos de silencio incómodo, y yo me dediqué a admirar su belleza mientras él miraba al suelo ―. Entonces, ¿te veo el viernes en la noche en el cementerio?

El asintió sonriendo y elevando su mirada hacia mis ojos ―. Tienes unos ojos muy lindos.

Luego de haber dicho eso, Isaac se golpeó mentalmente por haber sido tan obvio, o eso asumo yo, mientras que yo lo miraba con ternura ―. Tus ojos son más lindos, Issac.

Sonreí cuando ví que se sonrojaba ―. Nos vemos.

Luego de eso, caminé fuera del salón hacia los pasillos vacíos y me retiré de la escuela.


My World  |  Isaac Lahey  |  #1Where stories live. Discover now