Profesor Lynch | Ross Lynch

Capítulo 15

R:

Mis manos comienzan a sudar; ahí esta.

¿Qué hace aquí?

Está muy hermosa, ¿Qué es lo que digo?

¿Debería ...

No, no puedo, ¿Qué es lo que diría?

No puedo acercarme, de seguro Ryland la invito.

Pero aún no comprendo ¿Por que lloraba?

No recuerdo hacer algo malo, solo dije que... ¡Oh no!

Mierda, ¿Enserio ella lo tomo de verdad?

Pero, es que por mas que lo intente, seguirá siendo mi estudiante.

"Eres un completo idiota"

Reprocha mi conciencia.

Por más que intente decir que el beso no me gustó, es imposible.

No hay muchos defectos de esto, pero el que hay, es bastante grande.

Es mi estudiante.

"¿Estas diciendo que ... estás conciderando estar con ella?"

No, eso no, solo digo que simplemente ella no se debería ilusionar con algo así.

¿Debería acercarme?...

Niego con mi cabeza.

¿O si?

No me doy cuenta cuando mis pies están caminando hacia ella.

Meto las manos en mis bolsillos.

Me relamo lo labios, suspiro.

Me pongo frente ella y Ryland, sonrió.

-Hola.

Responden con una sonrisa.

Se que debo hablar con ella...

Y que esto será el momento más incómodo de mi vida.

Pero debía hacerlo, tengo que dejar las cosas en claro con ella.

Observó su mirada.

No puedo desifrar nada.

-____ ¿Podemos hablar?.

Mira a Ryland que asiente.

Mamino hasta detrás de un florero, nadie podría escucharnos.

Siento sus pasos detrás de mi, relamo mis labios.

Cuando estamos ahí, miro su rostro, esta seria.

-Lo siento mucho- Agacho mi cabeza.

Que estúpido soy, no se como decirle que me perdone.

Se que ella fue quien inicio el beso, pero fui yo quien lo siguió, debí detenerla.

-Se que soy un idiota, y yo no quería hacerte llorar, pero, los dos sabemos que eso que sucedió, esta fuera de los límites, no es correcto, tanto tu como yo tenemos la culpa, por que debí detenerte, no quiero que nuestra relación de estudiante y profesor se elimine, no confundas las cosas, siento mucho todo, pero esta muy mal.

Asiente, su mirada demuestra tristeza, ¿En que está pensando?

Mi cuerpo está sediento por saber lo que pasa por su mente cuando sus ojos demuestran sentimientos o están en estado nulo.

-Dime algo, por favor.

Suplico.

-No tengo nada que decir, es mejor hablar ahora a confundirme más de lo que estoy.