Capítulo 24

3.5K 212 8
                                    

Tres semanas después.

-Volveré por la noche.

-¿Estarás con el Profesor Lynch?.

Asiento, omitiendo decir algo más.

-Cuídate mucho- depósita un beso en mi frente.

Tomo el pequeño bolso y salgo de casa para subirme finalmente al auto de Ross.

Besa de mis labios, sin decir una palabra y parte.

El silencio inundaba en todo el camino, lo único que se escuchaba es la música antigua de fondo.

Apoyo mi cabeza en la ventana cerrada.

¿Por qué el necesariamente?.

¿Ningún estudiante?.

"No te preocupes".

Suspiro, tantas dudas...

¿Qué podría suceder?.

Siento que, el que Ross y yo estemos "juntos" sea algo más que prohibido.

Pero no se la razón del porque.

Se estaciona fuera de su casa, con la luz de la terraza principal encendida.

-Adelante señorita.

Abre la puerta de su enorme pero acogedora casa, con su distinguido y esquisito aroma igual al de él.

Una pequeña sonrisa se asoma por mi rostro.

Ver todo tan ordenado y limpio, me hace sentir como en casa, con comodidad.

-____, ¿Puedo hablar contigo?.

Su voz es más sería que antes, y su mirada igual, asiento de todas formas sin saber el por que de ese tono.

Palmea a su lado en el sofá, indicando que me siente al lado de él, hago caso, sin quitar la mirada de sus ojos.

-Ya no puedo seguir diciendo tan solo lo que siento por encima hacia ti, creo que ya pensar demasiado en ti es algo que no puedo quitar de mi cabeza...Me vuelves loco cada día que pasa, eres la persona más hermosa que e visto en mi vida, tanto por dentro como por fuera, y no puedo seguir guardándolo contigo, eres increíble, asombrosa, jamás podré conocerte completamente, por el hecho de que siempre hay algo nuevo que tenga que saber de ti...Decirte "te quiero" no el suficiente comparado con lo que en verdad siento... Estoy enamorado de ti ____, me tienes loco.

Trago saliva, juego con mis dedos nerviosa, las palabras no salen de mi boca.

-Yo...

Tartamudeo.

-Probablemente no sientas lo mismo por mi, por el simple hecho de que no soy perfecto, ni menos se como estar con una mujer como tú, tan perfecta, no se que hacer para impresionarte y....

Interrumpo su discurso, juntando sus labios con los míos.

Hay muchas maneras en las que nos hemos besado, pero esta creo que es la más única.

Tengo mis ojos con algunas lágrimas atrapadas.

-Estoy completamente enamorada de ti, eres la perfección de mis ojos, y lo único que espera escuchar de tu boca era eso, lo cual significa todo para mi.

-Entonces, tengo las sanches de pedirte que ¿Fueras mi novia?.

Asiento, juntando sus labios nuevamente con los míos, callendo recostados en el sofá con el encima mío.

Su cálida mano paso debajo de mi remera, mi piel se eriza.

Arqueo mi espalda cuando sus besos se desplazan hasta mi cuello, y succionando.

"Te quedaras con marcas".

Cierro mis ojos disfrutando de la sensación de sus toques con sus labios.

Pero se separa de mi, mirándome directamente.

No otra vez.

-A la mierda todos y todo, ya no soporto contenerme- Oculto mi felicidad, escondiendo una enorme sonrisa.

Retira rápidamente mi remera, dejándome sólo en sujetador, mis mejillas están rojas, por primera vez, jamás antes me sucedió.

Pero no podía ser solo yo quien estuviera con una prenda fuera.

Por lo tanto, saco su camisa del cuerpo, dejando su torso al descubierto.

Siento que a pesar de estar solo comenzando, mis braguitas ya están algo húmedas.

Muerdo mi labio inferior, controlando mi cuerpo lo más que puedo.

En un movimiento rápido, él me libera de mis vaqueros, quedando sólo en ropa interior.

Al fin puedo decirme oficialmente que, Ross Lynch es mi novio, el mismísimo Profesor Lynch, ¿Quien lo diría?.

Sinceramente puedo decir que es mi sueño hecho realidad, con el hombre de mis sueños, ante mi.

Todos los problemas de antes, ya no son nuestros, no me importan en absoluto, y eso me encanta.

Mis senos quedan al aire libre en un momento desapercibido.

-Mierda- murmura.

Gimo cuando siento el miembro de Ross pegado a mi sexo, y su boca comienza a succionar de mi pezón.

Aprieto mis labios, evitando gemir demasiadas veces, pero con este hombre es imposible.

-Te amo nena- Gimotea, provocando una pequeña puntada en mi corazón.

Me ama.

Quita su pantalón, quedando tan solo en boxers, siento mis bragas mojadas aún más.

¡Joder quiero sentirlo!.

-¿Estas segura?.

Murmura con la voz ronca pegada a mi oreja.

Asiento, diciendo en un sonido apenas audible un "si".

Muerde del lóbulo de mi oreja, antes de quitar lo último que nos quedaba a cada uno.

Abro mis ojos a tope.

Al ver su miembro erecto y enorme, delante de mis ojos.

-Eso lo provocas tú.

Una sonrisa tímida se escapa de mi boca.

-Oh- Gimo fuerte al sentir su pene dentro de mi, de manera un poco delicada, pero al mismo tiempo brusca.

-Oh, si- Jadea.

Gruñe.

Sus embestidas aumentan de velocidad a medida que avanza el tiempo.

Y el dolor en mi sexo, de sentir un miembro de ese tamaño, disminuyen.

Lo único que puedo escuchar son los constantes gemidos de parte de los dos en el salón de su casa.

Sinceramente no quiero que este momento terminé por ningún motivo...

Una de sus manos presiona mi seno derecho, depósita un beso en mi boca.

Como tratando de decir que al fin y al cabo, todo estará bien.

Profesor Lynch | Ross LynchWhere stories live. Discover now