29: Atrapada.

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29: Atrapada.

Kelly.

Era la tercera vez que llamaba a Rain en menos de una hora y no respondía. Sabía que me estaba evitando, pero no sabía cúal era su problema 

No pude dormir en toda la noche con la imagen de Nick y la cabeza gacha persiguiendo mi oscuridad como un estúpido fantasma. Cada rincón de mi cerebro me gritó que hice lo correcto. Jamás podría funcionar. Sin embargo, tenía esta inquietud, una que no me dejaba respirar bien, que me erizaba el cuerpo cada vez que pensaba en Nick yéndose como lo hizo. Y el recuerdo era constante.

El iPhone me hizo saltar del susto. Corrí a responder la llamada segura de que era Rain; necesitaba saber si Nick se había ido, aunque no supiera qué hacer con la información. 

Arrojé dagas con los ojos a la pantalla del teléfono. Era Giovanni.

—Hola. —Suspiré en derrota al responder la llamada.

—Hola, principessa. ¿Cómo estás? —Él era todo alegría y me molestó que estuviera feliz. Debería sentirme igual de feliz. Se supone que hice lo mejor—. ¿Estás ahí? —preguntó cuando me quedé en silencio.

—Sí, aquí estoy. ¿Qué haces? 

Había un ruido en el fondo: conversaciones indistintas y música.

—En la fiesta de Colby. Ha organizado una barbacoa. ¿Paso por ti? Están todos los chicos.

Lo que menos quería era estar rodeada de universitarios. Tuve una noche horrible. No pude dormir y cuando por fin superé el insomnio, los sueños me acompañaron. Soñé con mamá mirándome con tristeza y señalando una puerta abierta. Cada vez que trataba de llegar a ella, simplemente negaba, señalando hacia la puerta con insistencia. 

—No tengo ganas de ir. Tal vez en otra ocasión.

—Iré por ti en media hora.

—Giovanni, te dije que...

—No, señorita. No estarás en tu casa, deprimida y sola un domingo. Pasaré a buscarte y no hay discusión o peros que valga, ¿entendido? —Me ordenó enérgicamente.

—Está bien. —Lo escuché sonreír antes de colgar la llamada. 

¿Te has sentido como si estuvieras en un día especial, pero no recuerdas por qué? Durante toda la mañana me acechó la sensación de que estaba olvidando algo, que era un día importante, pero por más que intentaba recordar el cansancio junto con el bloqueo mental hacían de las suyas.

Volví a marcarle a Rainbow; tal vez quisiera ir conmigo a la fiesta de Colby. Todavía el embarazo se podía ocultar con una blusa bonita y holgada. 

Después de cuatro intentos más me rendí. Entré al baño para arreglarme.

No esperaba un ambiente agradable, pero tampoco sentirme como un pez fuera del agua. 

Los chicos con los que estaba siempre en la universidad se encontraban en la fiesta. Algunas caras conocidas y otras que nunca había visto. Se supone que debía socializar; si quería ser una CEO debería interactuar, sin embargo, no estaba de humor. No me nacía hablar sobre qué hicieron para Acción de Gracias, si planeaban viajar para Navidad, incluso ir a esquiar para Año Nuevo. 

Las pláticas eran vacías, con sonrisas falsas y miradas especulativas. Las chicas modelaban el último abrigo de la temporada de algún diseñador famoso. Compitiendo por quién llevaba las mejores botas, quién bajó más de peso y lucía prácticamente esquelética. Supuestas amigas que esperaban que alguna del círculo diera la vuelta para criticar su vestuario, el maquillaje, incluso su bolso. Bajé la mirada hacia mi ropa inspeccionando lo que tenía puesto: Aprovechando que el invierno no había pegado con fuerza estaba usando un vestido sin tirantes, ajustado hasta la cintura, dando un efecto de campana de la cintura para abajo en tono marrón claro. Chamarra y botas de cuero color negro. A mi parecer estaba bien, pero seguro que ellas no dirían lo mismo.

Tatuado en míWo Geschichten leben. Entdecke jetzt