Capitulo 43

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Capitulo 43

A estas alturas de la noche eran poco los locales que se encontraban abiertos. Caminé unas cuantas calles más hasta que llegué a un pequeño local donde venden comida china. Me senté en una de las mesas y solté y ligero suspiro. Las lágrimas empezaron a salir de nuevo. Escondí mi cabeza entre mis brazos mientras soltaba ligeros sollozos. 

Era lo mejor para él.

Era lo mejor para mí.

Era lo mejor para los dos.

No es algo de sorpresa saber que siempre tengo que hacer algo estúpido para alejarme de la persona que quiero. Y ahora que encontré a Matt, quien en verdad me ha hecho sentir esto que ni yo sabía que podía sentirlo, tengo que volver a hacer lo mismo. Lo lastimé. 

Tengo que alejarme. 

Mi celular vibró en mi bolsillo llamando mi atención. Levanté mi cabeza y lo saqué. 

Respiré hondo tres veces para que mi voz no se cortara, era Jullie. 

–¿Chelsea? ¡donde demonios estás! –gritó–. ¿Sabes aunque sea la hora que es? no es hora de andar en la calle según tu tomando aire. Tienes que regresar, me tienes con los nervios de punta. 

–lo sé, lo sé, estoy bien no te preocupes –murmuré mientra limpiaba mis ojos con mis manos–, estoy en un restaurante chino. Enseguida voy para allá. 

–¿fuiste a comer comida china sin mi? ¿que clase de amiga eres? –reclamó. Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro.

–no te preocupes. Te llevaré algo, lo prometo.

Y corté.

Un señor de estatura mediana se acercó a mi mesa con un delantal puesto y un menú en su mano derecha. 

–¿puedo servirle algo de su agrado, señorita? –preguntó con un acento distinto. Era asiático. 

Sonreí agradecida.

–arroz frito chino con camarones para llevar, por favor. –respondí.

El señor hizo una pequeña reverencia y regresó a la cocina. 

Miré la hora en mi muñeca. 9:00 pm. Jullie tenía razón, no era buena hora para andar en la calle. 

–aquí tiene –dijo amablemente el asiático entregándome el pedido en una bolsa. 

La tomé y saqué dinero de mi billetera.

–quédese con el cambio. 

* * *

–¡Chelsea! gracias a Dios que veniste sin que nada malo te pasara –dijo Bryan al verme entrar al hospital. 

Jullie y Ryan están a su lado con la misma cara de alivio. 

–solo fui a caminar un poco –dije–. Por cierto, ten.

Los ojos de Jullie se iluminaron y con una sonrisa aceptó la bolsa de comida china. 

–Chelsea... –dijo una voz a mis espaldas. Me giré para encontrarme con Cristopher. 

Me sorprendí cuando de la nada se acercó a abrazarme. Luego de una rato se separó.

–gracias a Dios que estas aquí. Cuando Ryan me dijo que habías salido a esta hora me preocupé y quise salir a buscarte. Pero no te encontré por ningún lado.

Fingí una sonrisa.

–gracias. 

Me senté y crucé mis brazos.

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