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53. Recuerdos

Alex y Eva recién habían llegado al hospital, sudados por correr, pues ninguno de los dos tenía auto.

Se dirigieron rápidamente a recepción, donde una chica de pelo rojizo y ojos azules se encontraba detrás del mostrador, escribiendo algo en el ordenador frente a ella. Alex en cuanto llegó, chocó sus manos contra el mostrador, fuerte, para frenar de la corrida que había hecho.

La chica asustada levantó la cabeza para mirarle.

- D-disculpe s-señor, no lo había v-visto, ¿q-que desea?

- ¡El paciente Frank Garnes y Rubén Doblas! ¡¿Dónde están!? – Se apresuró a preguntar Eva antes de que Alex abriera la boca para insultar todo lo que viera.

La chica asintió rápidamente y tecleó el teclado con agilidad. Luego de unos segundos levantó la vista nuevamente.

- Frank Garnes se encuentra en la habitación 650, y Rubén Doblas Gundersen se encuentra siendo atendido en la sala de emergencias. – Informó la pelirroja.

- ¡Gracias! – Dijeron los dos chicos al mismo tiempo y fueron corriendo hacia las escaleras, pues el ascensor a su parecer era muy lento.

Subían a toda prisa, tanto que algunas veces se tropezaban, pues más de quinientos escalones no era algo muy fácil de subir rápido.

Llegaron al pasillo donde las últimas habitaciones – que eran a partir de seiscientos – estaban, rápidamente fueron corriendo mientras las contaban.

645...646...47...48...49...650!!

Alex respiró hondo, y a su lado Eva, abría la puerta lentamente, dentro estaba Frank, despierto, en una camilla, tenía la cara llena de raspones y un yeso en el brazo.

El menor en cuanto lo vio, caminó hacia él con lágrimas en los ojos y lo abrazo con cuidado. Un sollozo se escuchó proveniente de Alex. Se separó un poco del abrazo y lo besó.

- Me hubieras despertado para hacer yo las compras, gilipollas. – Le reprochó mientras más sollozos se le escapaban.

- Lo sé, niño, pero mírale el lado bueno, sigo vivo. – Contestó con una mini sonrisa el otro - ¿Ya has visto a Rubén? ¿Sabes cómo está?

La preocupación de Frank había salido a relucir ante la pregunta. Los dos chicos, Alex y Eva, se miraron preocupados, les parecía raro que el mayor haya terminado con apenas unos rasguños y un brazo roto y Rubén... En emergencias.

- Esta... Rubén está en emergencias, todavía no hemos ido a verlo. – Respondió Eva, dudosa. – Frank, ¿por qué Rubén está en emergencias y tú no?

Un incómodo silencio inundó la sala. El mayor soltó un suspiro y sus ojos se empezaban a poner llorosos.

- Rubén y yo estábamos en el auto dirigiéndonos a casa, cantando canciones a todo pulmón, - paró un segundo para tragar el nudo que se la había formado en la garganta. – un auto se dirigía a toda velocidad hacia nosotros y no lo habíamos notado. Cuando quise darme cuenta, Rubén había puesto la mayor parte de su cuerpo sobre mí para protegerme... Luego de eso, todo se volvió oscuro. ¿Creen... Creen que es mi culpa que esté en emergencias ahora mismo?

Eva tragó saliva, dispuesta a hablar.

- Claro que no, Frank, no es tu culpa. Rubén decidió protegerte por alguna razón, pero eso no implica que por tu culpa él esté allí. Yo misma quiero razonar, que si el maldito noruego no te hubiera protegido, ahora mismo tu estarías peor que él, o incluso muerto. Así que por mi parte ninguno de los dos tiene la culpa.