Epílogo

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Una pequeña niña corría hacía su padre, con una sonrisa de oreja a oreja y un dibujo en mano.

- ¡Papi, papi, papi! – Grito la menor tirando de la remera del chico, que estaba acomodando una bandeja de desayuno.

El chico la cargo, sonriente.

- ¿Qué pasa, Maxie? – Preguntó Frank, mientras veía la hoja que tenía en la mano, su pequeña niña castaña y ojos claros.

- ¡Hoy es el cumpleaños de mami!

- Lo sé, ¿vamos a llevarle el desayuno?

- ¡SI! – Grito la niña eufórica, para que después su padre la bajara, agarrara la bandeja con cuidado y se dirigieran los dos a la habitación.

Frank le hizo una seña a Maxie para que despertara al bulto que dormía plácidamente en la cama.

La castaña corrió y salto sobre el bulto para empezar a reír ya que los brazos de su madre la rodearon.

- ¡Feliz cumpleaños, Mami!

Alex miró amenazador a Frank, quien se encontraba riendo, ya que su hija se había acostumbrado a llamarlo mamá.

- Gracias, cariño – Respondió el chico, viendo el dibujo que tenía en su mano - ¿Ese es tu regalo para mí?

La niña asintió.

- ¿Puedo verlo? – Preguntó, agarrando el dibujo delicadamente.

En la hoja, estaban dibujados él, su esposo, y su pequeña niña, y justo arriba de ellos, un "Feliz cumpleaños" algo mal escrito. No pudo evitar sonreír, le encantaban esos pequeños detalles de su pequeña.

Frank se acercó sonriendo con la bandeja en mano y se metió con ellos en la cama –volcando, como siempre, algo de café que había preparado–.

- Feliz cumpleaños, cariño. – Felicitó Frank, dándole un dulce beso a Alex.

- Tiraste toda la cocina abajo para hacer el café, ¿no es cierto?

- Tal vez...

- Luego lo limpias.

- Sí, mi amor.

Vale, tal vez pasaron problemas; tal vez estuvieron a punto de rendirse ante las ofensas de los demás; tal vez casi se rendían en su sueño de adoptar un niño, pero, después de todo, no rendirse y seguir adelante sin saber lo que les esperaba fue la mejor opción. Ninguno de los dos se arrepentían de aquel acepto, y ninguno de los dos se arrepentía de haber querido formar una familia con el otro.

Y no se iban a arrepentir nunca de haberse conocido.

Y pensar que dos desconocidos crearon un amor tan grande y verdadero solo por un número equivocado de teléfono.

The End.

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Es re corto el epílogo, ¿no?

Bue, no importa, me gustó como quedó :v

~ Retrasada Mental ~ :3

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