Miss You

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Te extraño, te extraño tanto que el humo del cigarrillo, ya no se siente bien, te extraño tanto y aun no se por que carajos te deje ir, cuando de ti ya estaba dependiendo, y que por fin aunque fuera un pequeño momento. Me había sentido completo

No sé cómo pude permitir que te arrebatasen de mis brazos, no sé cómo pude permitir que mi cerebro ganase esta vez la partida, no sé cómo me pude permitir perderte después de que hubieras sido la única persona que me había hecho sentir por una vez vivo. Siempre había estado lidiando en esa batalla, esa en la que luchaban mi cerebro y mi corazón, esos que luchaban con sus mayores armas, ese cerebro que me hacía darme cuenta de que no era merecedor de tus sonrisas, de nada perteneciente a ti. Y ese corazón que latía desbocado cada vez que me mirabas a los ojos, ese corazón que pedía a gritos que nunca te separaras de mi, ese corazón que se rompió al verte marchar. ¿Por qué no le hice caso? ¿Por qué dejé que mi cerebro ganase la batalla? Fui un estúpido, un estúpido al perderte, al no darme cuenta de lo que tenía junto a mi, al no ser capaz de hacerte la persona más feliz del mundo cada día, al rendirme. Y ahora me doy cuenta, ahora veo que soy incapaz de levantarme cada mañana sabiendo que no te veré, ahora veo que soy incapaz de pisar esos lugares a los que fuimos juntos, que soy incapaz de hacer nada que me recuerde a ti sin derrumbarme. Te necesito, te necesito más que a esos estúpidos cigarrillos que tanto odiabas, te necesito más que los rayos de sol que me alumbran cada día, te necesito más que a nada en este estúpido mundo sin sentido, ahora me doy cuenta de ello. ¿Y sabes qué? No pienso volver a rendirme esta vez, no me importa que ocurra, quien se interponga, no lo haré, te lo prometo.

Diario de un suicida ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora