Transformation

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Con sus noches y días pensando en su proceso de transformación, en la forma de eliminar los viejos lastres de su vida y empezar de cero, Hope Ryan ya tenía muchas cosas seguras en su día a día militar.

Sabía por un lado, que no podría engañar ni mantenerse en el anonimato por mucho tiempo entre sus curiosos compañeros. No porque fuera difícil, sino porque llegado el momento tendría que buscar la forma de subir en la escala de oficiales y no sería fácil si no daba pie a que la gente le tuviera un poco de confianza. Estaba completamente segura de que llegado el momento, alguien le preguntaría por su pasado, y ella tendría que ingeniárselas para responder con lógica y sin dudar.

Así que sentada frente a la playa más cercana al campo de entrenamiento, viendo cómo el amanecer despuntaba en el horizonte y le avisaba de que su tiempo tranquila terminaba, pensó en los últimos retazos de su vida que aún conservaba.

El recuerdo de su madre decepcionada, aún fresco en su memoria. Sus pocas pertenencias que aún guardaba en su taquilla, la ropa que hubiera usado el día que encontrase a James con su secretaria haciendo manitas. Su padre culpándola por perder tan buen partido. Ella y su característica vida de niña pusilánime y asustadiza.

En escasas semanas había dado un portazo en la cara a todo su pasado. Había dejado de ser la delicada flor  de unos padres acomodados para convertirse de manera alternativa en una mujer completamente diferente. 

Pasando por ser una desempleada, dedicada en cuerpo y alma a su marido, demasiado ocupada en mantener su físico perfecto para que él se sintiera orgulloso de ella, comportándose como una señorita que obedecía al marido en absolutamente todo. No opinaba, no criticaba, no se quejaba... Ella debía ser el claro ejemplo de la perfecta esposa americana. Temblando cuando su marido entraba en cólera, intentando complacerle para lograr su felicidad antes que la de ella misma...

En menos tiempo aún, debía hacerse con una nueva personalidad, porque nada de lo que fue anteriormente le servía ya en ese nuevo mundo. Su antigua vida había quedado hecha totalmente pedazos, y el amor se había evaporado llevándose consigo todas sus ilusiones y estima por lo que conociera. La confianza traicionada se había fundido junto con las dolorosas lágrimas que hubo derramado por aquél maldito hombre. Los objetos a los que alguna vez cogió cariño, como una antigua medalla que pasó durante generaciones entre su familia circulaba ahora por vete a saber qué manos de las amantes de James. Y estaba segura de que muy pronto terminaría de perder todo lo que ella fuera, lo que la conservaba en aquél mundo como una persona con humanidad, en el momento exacto en que matara a alguien.

Con la intención de dar la espalda a un pasado tan patético, Hope Ryan resolvió  afrontar el porvenir tras una máscara de seguridad y valentía para evitar con ella que se entrevieran sus miedos, sus miserias y la puñalada que aún seguía clavada en su alma. 

El exterior ya estaba resuelto por aquél entonces. No quedaba ya ni rastro de aquella melena negra que tanto parecía gustarle a su ex marido. Su piel se había tornado más morena en los largos días al sol en el campo de entrenamiento. Su cuerpo comenzaba a desarrollar músculos y tendones más fuertes gracias a los ejercicios que durante horas repetían. 

Frente a sus compañeros se había hecho con la fachada de una mujer mundana e independiente, que no dejaba vislumbrar ni su realidad de víctima de un cretino, ni la triste vida machista que tanto había aceptado, como si fuera lo más normal del mundo, como si vender su alma al mismísimo diablo fuera la transacción comercial más común por aquél tiempo. Nadie regalaba a otra persona todas las formas de destruirle... y sin embargo ella lo había hecho como si entregar su vida entera no fuera nada. 

Tenía que maquillar todo su pasado, inventar a toda prisa un presente y proyectar un futuro que ignoraba si alguna vez podría o no cumplirse. 

Y había que actuar rápido. Tenía que empezar ya. 

Soldado HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora