You don't get to decide who lives & who dies

2.2K 123 14
                                    

La primera lección que aprendió Hope en el Ejército, aquella que la marcaría de por vida, fue saber que no era Dios para decidir quién moría y quién no. Lo supo cuando Nick murió ante sus ojos, una pesadilla que muchas veces la asolaba por las noches, impidiéndole recuperar fuerzas.

Uno intentaba hacer del mundo un sitio mejor... pero a veces se perdían demasiadas vidas por el camino. La muerte no te dejaba decir adiós a ninguna de esas maravillosas personas que pasaban por tu vida. A veces quedaban demasiados asuntos pendientes, palabras sin decir... Remordimientos que te acompañarían el resto de tu vida. La muerte dejaba un agujero enorme en tu vida, en tu futuro y esperanzas. 

Muchas veces te levantarías en medio de la noche, lágrimas rodando por tu cara. O te sorprenderían los fantasmas en medio de cualquier lugar, con sentimientos llenos de rabia y gritos en silencio que te rasgaban el alma. Gritabas, sentías dolor... pero nadie te escuchaba, nadie te veía. No podías respirar, o hablar, o siquiera recordar dónde te encuentras. Buscas apoyo en el suelo y dejas que te consuma.

El peor día de cuando amas a alguien, es el día que lo pierdes.  ¿Por qué duele tanto? ¿Por qué se hace imposible seguir adelante? ¿Era así como se suponía que debía hacer sentir el amor? No era justo... Pero había que dejar que doliera, dejar que arda. 

El sonido de las balas volando cerca de su cabeza la trajeron de vuelta a la realidad. Simone gritaba algo al resto de civiles supervivientes de la tercera ola de rebeldes. 

El odio volvía a crecer dentro de ella. Su furia, las ganas de vivir y seguir protegiendo a los que no pueden por sí mismos.

Gritó con todas sus fuerzas, sacando de su interior los malos recuerdos, el dolor y el sufrimiento. Centró su ira en la misión que tenían por delante, la que debían terminar. 

- ¡Escuchadme todos! - anunció, fijando su vista al frente, revisando que no hubiera ningún enemigo en pie o escondido-. No sabemos cuántas oleadas quedan, ni si vendrán mejor preparados. Tenemos que permanecer en nuestros puestos, tenemos que ganar tiempo para los que todavía están siendo evacuados en el hospital. No tenemos por qué morir hoy aquí, pero tenemos que centrarnos, y ganar. Buscad la tranquilidad en vuestra mente, manteneos con calma y concentraos en llevaros por delante a tantos rebeldes como podáis. Controlad el miedo, usad el dolor como estimulante. ¡No importa cuánto duela, ni lo oscuro que se vuelva todo! ¡Nunca nos sacarán fuera del combate!

El grupo de civiles vitorearon su discurso, retomando las fuerzas que les había ayudado a permanecer en pie hasta el momento. 

Hope sólo necesitó un vistazo a Simone para saber que cubriría su espalda sin importar lo que pasara. El resto de compañeros dispersados se reportaban a través del intercomunicador. Felicity había evacuado a gran parte de los heridos, faltando unos pocos niños y mujeres, mientras muchos de los hombres acudían a la ayuda del grupo al frente del enemigo. 

Podían salir de aquella con vida. La esperanza se abría paso entre ellos, haciéndoles soñar con un mañana. 

- Devon ¿ves que se acerca alguien? 

- No, señora. Aunque no descarto la opción de que se presenten en poco tiempo. 

- Lo sé. Las primeras olas han sido para tantear el terreno. Ahora vendrá el equipo pesado. ¿Tenemos noticias del Centro de Operaciones?

- Al parecer han conseguido ayudar a las fuerzas gubernamentales. Aunque...

-  La distracción ya no tiene sentido. 

- Exacto. Hemos solicitado que vengan a apoyarnos en la defensa. Al parecer están en camino pero seguimos sin localizarlos a través de las miras.

Soldado HopeWhere stories live. Discover now