Soldado Hope

Paris is so far away

CARTA DIRIGIDA A LA SEÑORA CHARDIN 

Querida Señora Chardin:

Lamento muchísimo irme sin siquiera despedirme de usted, pero debe comprender que era totalmente necesario. Aún así, tenga usted por seguro que allá donde vaya siempre la recordaré. 

Aunque la mayor parte de nuestro tiempo juntas estuve durmiendo, sé que cuidó muy bien de mí, así como cuando desperté y me convertí en un torbellino de vida y problemas. Le agradezco la paciencia que ha tenido conmigo, y por encima de todo, le doy las gracias por su último regalo, el cual dejo en perfecto recaudo en el fondo de mi armario, escondido debajo de las sábanas blancas con flores bordadas.

Echaré de menos su compañía. Hace mucho tiempo que no dejaba a nadie cuidarme de esa forma, supongo que no sólo mi cuerpo lo necesitaba, sino mi propia alma. Vivir en el ejército es a veces difícil cuando no tienes a nadie por quién volver a casa. Se hace bastante duro no tener en quién apoyarte... porque de cara a tu equipo, debes permanecer centrada y en perfecto estado de ánimo. Ellos no pueden albergar ninguna duda, ningún miedo a que cometamos errores. Yo, como su Comandante, debo confiar en que darán lo mejor de ellos; así como mis chicos confían en que yo sabré llevarles a la victoria absoluta.

¿Pero quién cuida de una después? ¿En quién puedes buscar para expresar tus propios miedos y preocupaciones? Estas te corroen por dentro, queman... hacen dudar de cualquier detalle, y te mantienen en una constante sospecha.

Siempre alerta. 

A veces, paseando por entre las calles de Egipto vestida de paisana, y veía niños corriendo, o pequeñas explosiones de cristales rompiéndose... no podía evitar pensar que estábamos bajo ataque. Una nunca puede alejarse ni dejar atrás las viejas manías. A veces es realmente agotador.

Pero no me quiero quejar. Porque agradezco lo que he conseguido. Y cómo he luchado y permanecido entera. Hay pocas personas que combatan el mal... muy pocas comparadas con cuántos se dedican a expandir el terror por el mundo. Y es mi deber permanecer donde voy esta noche. No podemos darnos el lujo de perder gente capaz de luchar. Y tenemos que seguir haciendo que el número crezca.

Por su parte, espero que viva tan feliz y más de lo que pueda pensar. Aproveche el tiempo libre que tenga, siga viajando, conozca más gente... No centre su vida en el palacio y la vida del Príncipe. Usted tiene que seguir viviendo, porque yo estaré en primera línea de fuego para que gente como usted pueda vivir por sí misma y por mí. Y lo hago encantada.

Así que debe prometérmelo, señora Chardin. Viva esa vida libre que yo no podré. Disfrute y experimente, nunca se detenga.

Y siga siendo como es: una mujer encantadora, amable y llena de nobleza. Usted, con su amor, hace que el mundo siga girando, y me da una razón más para seguir al pie de la batalla.

Adiós, mi querida señora Chardin.

Comandante Hope Ryan