Ataques a la miel de almendras

36 5 0
                                    

Días después

¿Hay algo interesante que pueda contar? No, claro que no, hasta yo me aburro de hablar de trabajo, trabajo y más trabajo. Debería romper mi rutina, pero cada tiempo libre lo uso para el trabajo, o sea no tengo tiempos libres. No puede ser.

Justo ahora acabo de salir de una reunión. Lo mismo de siempre. Pero son muy necesarias para seguir creciendo como lo estamos haciendo ahora.

Iba a mi oficina a guardar mis cosas para irme. Ahora que lo pienso las cosas más interesantes me pasan después del horario de trabajo, curioso ¿no? . Bueno iré al punto. Iba a mi oficina a guardar mis cosas e ir rumbo a mi casita cuando tocan la puerta. Debo de hacer costumbre cerrar la puerta de mi oficina.

-¿Quién es?-pregunto yendo a la puerta y me quedo con la mano en la manija esperando que me conteste.

-...-no recibo respuesta, pero aún así abro la puerta.

-¡¡Mariano!!-exclamo feliz después de abrir la puerta al volver a verlo después de varios días, para luego abrazarlo-¿Qué ha sido de tu vida? Se me es raro no verte todos los días ¿cómo vas con el psicólogo?-sin más que decir lo suelto-ven, pasa. Cuéntamelo todo y exagera. Siéntate sí gustas.

-No-me responde serio Mariano con la cabeza agachada y ya dentro de mi oficina-no me quedaré mucho tiempo. Vine a despedirme.

-¿Despedirte?-pregunto algo triste.

-Acabo de... acabo de dar mi carta de renuncia. Al ser por temas personales la aceptaron aunque a regañadientes.

-Me sorprende que la aceptaran, tú eres una pieza fundamental aquí. No deberías irte. Te necesitamos, te necesito.

-Algo así me dijo el gerente. Casi casi con las mismas palabras.

-Quédate, tú más que nadie me ayudas en esto. Por favor.

-Nooo, oficialmente ya no trabajo aquí, además si me voy es porque el psicólogo me lo recomendó.

-Pero ¿por qué?

-¡¡Porque te amo, por eso!!-de repente su voz calmada cambia a una más desesperada y fuerte. Sin mencionar que me sacude sosteniéndome de los hombros-me hace daño seguir contigo, ni siquiera debí despedirme de ti. Sin embargo estoy aquí, no podría estar tranquilo sin verte una vez más.

-También te mudarás ¿verdad?

-Sí, tengo que olvidarte. Y aceptar de que estoy ''felizmente'' casado y con una hija así que jamás podría estar contigo aunque nunca podré olvidarte-hace comillas con sus dedos en la palabra ''felizmente''

-Bueno, entonces, no deberías estar aquí ¿acaso no te vas para olvidarme? Y dices que no podrás hacerlo, no te entiendo.

En eso me abraza cuando estoy desprevenida.

-Es que no soy más que un maldito masoquista, por eso.

-Perdóname-le digo abrasándolo de igual modo.

-¿P-por qué?

-Por ser muy egoísta y pensar solo en mí, es lo mejor para ti pero...-en ese momento empiezo a sollozar-te voy a extrañar.

Intenté soltarme pero él me abrazó con más fuerza.

-Está será la última vez que nos veamos, déjame abrazarte un poco más

-De acuerdo, de acuerdo, sigue no más-dije resignada a que no me soltaría y entre una pequeña risa.

En ese instante el toma una mecha de pelo y...¿lo huele?, me está asustando y preocupando.

ERROR (Pausada)Where stories live. Discover now