#1 Divididos

capitulo 14

Entre mas pasos doy, menos posibilidades tengo de escapar o sobrevivir, me encuentro sumisa en mis pensamientos que no me percato de la cercania de mi padre y klanformin empiezan a hablar sobre los preparativos de la boda.

- siempre he querido ver a sahara feliz con su prometido- sonrie el falsamente- de hecho, una vez que esten comprometidos podrian visitarnos si gustan-dice- extrañamos mucho a nuestra hija y sahara de seguro nos extraña, no amor?.- pregunta mi padre sonriendo; quisiera borrarle esa sonrisa falsa y decirle a klanformin la verdad, la verdad de como mi padre me abuso fisicamente.

Me trago las ganas de gritar o contradecirlo pero en estos momentos lo unico que tengo en mente y que jamas se me quitara es: jamas pelear con uno de los dos por muy cobarde que sea la idea.

-cierto- susurro; miro mis manos palidas y delgadas, hace tiempo que no me he nutrido bien, no, me corrijo, jamas he comido bien, ni cuando vivia con mi padre o actualmente con klanformin.

Frunzo el ceño, mi estomago de imprevisto hace su aparicion con unos fuertes gruñidos dando asi ser el centro de atencion de todos los hombres que nos acompañan.

- tenemos que caminar mas rapido- dice mi padre sin importarle el gruñido de mi atrevido estomago.

Los hombres vuelven su mirada al camino y siguen caminando a pasos acelerados.

Una vez en el castillo, klanformin toma de mi mano con brusquedas, guiandome a nuestra habitacion seguido de mi padre que se ha mantenido callado desde el momento que piso los aposentos de klanformin.

- sera mejor que cierre la puerta señor lawhorn-dice con su tono frio y sinietro que lo caracteriza- las cosas se pondran serias ahora.

Dicho esto, mi padre como buen suegro le hace caso.

Jamas en mi vida pense estar en esta situacion; dos hombres con la misma sed de sangre y sufrimiento en mi habitacion.

En estos momentos no se distinguir cual de los dos es el menos sanguinario. Siento panico, miedo, confusion que mi cabeza va ha estallar en cualquier momento; miro a cualquier lado con tal de no hacer contacto visual con ninguna de las bestias que tengo en mi habitacion.

- es gratificante volver a los viejos tiempos, no hija?- dice mi padre; siento mi respiracion forzosa, mi cuerpo temblando y sin mencionar las lagrimas que amenazan en salir. Escucho su risa y sus pasos aproximandose cada vez mas- no tienes por que temerme, ya lo has esperimentado incontables veces pero esta vez no tendre compasion contigo.

No puedo creer las palabras de mi padre, aun siento miedo, despues de tanto tiempo de maltratos y golpes, siento miedo.

- por favor padre-digo con voz quebradisa; mis piernas son como gelatina en estos momento y mil recuerdos se me vienen a la mente.

Una niña sin ropa de rodillas al piso frio, pidiendo clemencia por que paren de golpearla con un latigo grueso de cuero.

-despojate de tu vestimenta-ordena mi padre con voz autoritaria.

Lo miro a los ojos buscando un indicio o una pisca de compasion por mi vida pero lo unico que veo es sed de sangre. Esta tan segado de verme sufrir que no le importa si muero o no. Dios por favor no me desampares-suplico mentalmente mientras me voy quitando la ropa que llevo puesta.

Una vez desnuda en frente de mi padre, bajo la mirada por vencida, soy ahora completamente sumisa a él. Mi padre se hacerca a grande sancadas hasta quedar en frente mio.

-arrodillate-espeta impaciente.

Le hago caso; miro a un punto fijo a la pared con la intencion de no mirarlo despues de eso cerrar los ojos y esperar que el cuero del azote marque mi delgada y fina piel blanca. Es tanta la presion y la dominacion que ejerce sobre mi para no reusarme a sus ordenes.