Contigo

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Pov Sting

Vi que Lucy se dirigía a su "cuarto", en realidad formaba parte del salón a sí que la seguí.

Estaba quieta mirando mis maletas, pobrecita, no sabe lo que le espera.

- ¿Sorprendida? - le dije.

- Deja de darme sorpresas Sting... - me miró riéndose.

Había bebido y parecía que todo le hacía gracia.

Empezó a quitarse el vestido y supuse que iba a cambiarse para ponerse el pijama ya, a sí que como buen caballero que soy me dispuse a ir hacia el sofá para no incomodarla.

Pero entonces Lucy me llamó.

- Sting por favor ayudame a quitarme esto, es imposible - la veía poniéndose de todo tipo de posturas para intentar que el dichoso vestido saliera.

- Voy rubia... - le dije riendome.

Había bebido tanto que ni siquiera se acordó de la cremallera que tenía que desabrochar en su espalda. Agarré la cremallera y la fui bajando lentamente mientras me dejaba paso a ver su perfecta espalda.

Comenzó a bajarse el vestido hasta quedar en ropa interior, para que engañarnos, yo me la estaba comiendo con la mirada.

Con el vestido estaba preciosa, pero sin él estaba aún mejor.

Lucy se giró y empezó a desabrochar los botones de mi camisa, quería guerra.

- Sting... - me miraba sonriente.

Pero le agarré las muñecas y la detuve.

- Lucy... no sabes lo que haces, has bebido - me miraba confundida, no podía creerse que yo estuviera rechazando tener sexo - será mejor que te acuestes.

Me dirigí hacia el sofá donde me senté a cotillear uno de sus libros que tenía esparcidos por la habitación.

Pasaron 10 minutos más o menos y Lucy apareció delante mia de una manera... un tanto peculiar.

Llevaba puesto un conjunto con ligas que me ponía demasiado.
Sabe muy bien lo que me gusta.

Yo estaba tumbado en el sofá cuando de repente se sentó encima mía.

- Oye rubio, no puedes dejarme así - se inclinó y me besó.

- ¿Así cómo rubia? - yo no paraba de reírme.

- Con las ganas... - empezó a deslizar su mano por mi torso y siguió con su misión de quitarme la camisa.

Lo consiguió.

- Me encanta tu cuerpo - me dijo muy seria y sin apartar la vista de mis abdominales.

- Todo tuyo, chica - le agarré la cara con las dos manos y la incliné hacia mí para besarla.

No me gusta tener sexo si está un poco borracha, pero es que si me lo pide así... no pude resistirme.

Ella seguía sentada encima mía a si que desde esta posición opté por empezar a quitarle las ligas que sujetaban sus medias y ya puestos manosear su culo.

No paraba de sonreír, realmente le gusta que le haga estas cosas.

Puse mis dos manos en su cintura y lentamente comencé a subir hasta su sujetador, el cual con mi experiencia no tardé mucho en quitar dejando a la vista sus enormes pechos.

Llegó la hora.

La cogí y la tumbé en el sofá para lograr ponerme yo encima suya, no dejaba de besarla en ningún momento.

En busca de inspiración [Stinglu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora