¿Sorpresa?

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Otro mes más tarde

- ¿Lector seguro que estarás bien aquí solo? — le pregunté mientras le ponía un vaso de agua encima de la mesa del salón. 

- Sí Lucy tranquila — me sonrió y comenzó a beber.

Me agaché y le dí un beso en la cabeza para luego salir de allí.

Estaba bastante nerviosa, necesitaba una respuesta aunque obviamente ya la sabía... me dí cuenta hace tiempo. No era normal que estuviera así, pero opté por autoengañarme supongo. 

Ya casi estaba llegando y como no, en mi cabeza siempre había tiempo para pensar en Sting... hoy no he ido a verle, supongo que tampoco se molestará, él ni si quiera sabe que voy.

Me paré justo en la puerta de ese edificio al cual ya vine hace una semana, tomé aire y entré decidida. Pase lo que pase estará bien.

Caminé un rato por los pasillos en busca de la puerta indicada.

- Hola, ¿Lucy cierto? — me saludó una doctora bastante amable invitándome a pasar.

- Sí, soy yo — asentí con la cabeza, le dediqué una sonrisa de nerviosismo y me senté en una de las sillas de su consulta. 

- ¿Voy directa al grano? — preguntó riendo al ver mi cara de espanto.

- Por favor... — susurré.

- Pues según los resultados de la última visita... estás embarazada y concretamente de hace dos meses, esa barriga no es de comer como tu pensabas — reí porque me hizo gracia el comentario pero cuando me di cuenta de la situación me puse muy alterada. 

Me lo imaginaba.

- ¿Está segura? — una parte de mí se negaba a aceptar la idea de estar embarazada.

- Si Lucy, esto no falla — dijo sonriente golpeando una máquina que tenía a su lado.

No sabía si tirarme por la ventana, apalear a la doctora o salir corriendo y esconderme. 

Pero decidí mantener la calma.

Tras charlar un rato con la mujer tan amable que me atendió salí del hospital en dirección a mi casa. Empecé a replantearme seriamente el asunto y llegué a la conclusión de que me costaría bastante cuidar de un bebé sola. Aunque a decir verdad me hace bastante ilusión, no tengo a Sting... pero si un hijo suyo. Me mata la curiosidad por saber si será niño o niña y... ¿a quién se parecerá más?. Ahora que lo pienso seguramente me quedé embarazada la noche antes del accidente de Sting.

Mientras pensaba en mis cosas decidí ir a visitarlo, no me puedo permitir el no verle. Lo traspasaron a la enfermería de Fairy Tail, al principio los enfermeros se negaron porque decían que  tenía que estar constantemente atendido pero al ver al equipo de magos sanadores que teníamos en el gremio cedieron, además así dejábamos una habitación libre en el hospital.

Al entrar al gremio pude comprobar que no había mucha gente, la verdad es que ya era bastante tarde. Fui rápidamente hacia la enfermería y cerré la puerta a mi paso.

Caminé lentamente hasta la cama en la cual estaba Sting rodeado de aparatos que le mantenían con vida.
Me senté a su lado y le agarré de la mano para posteriormente quedarme un largo tiempo observandolo.
De vez en cuando me gustaba ponerme a su lado, abrazarlo y pensar que todo estaba bien.

Tres meses más tarde

- ¡Lucy vamos que ya hay mucha gente! — gritó Lector asomando su cabeza por la ventana.

- Voy, voy — cogí mi bolso — vamos anda — le sonreí.

Al lado de casa habían abierto una heladería y hoy daban helado gratis por la inauguración, Lector estaba muy emocionado.
Después de pedir su helado caminamos un rato por la plaza.
Mi barriga ya era bastante grande, si miraba al suelo ni si quiera lograba verme los pies.

- Sentemonos aquí — me indicó Lector.

Nos pusimos en un banco cerca de la fuente.

- ¿Tú no comes helado? — preguntó curioso.

- No me apetece ahora — respondí.

- ¿Es porque no quieres ponerte más gorda Lucy...? — lamio una parte de su helado que se iba a caer.

- ¿Eh? — reí — no es por eso tonto, ¿te apatece ir al gremio?

- ¡Sí! Quiero ver a Happy — se levantó de un salto y comenzó a caminar.

- ¡O-Oye, esperame! — me levanté con cuidado.

De camino al gremio Lector no paraba de hacerme preguntas tontas sobre mi embarazo.

- ¡Luuucy! — gritó una voz femenina justo al entrar en el gremio.

- ¡Levy! — levanté mi mano en señal de saludo.

Desde el accidente de Sting, Rogue no puede pasar tanto tiempo con Levy porque tiene que estar en Saber. A veces se escapa unos días y viene a visitarnos, es muy bueno siempre está pendiente de los demás. Cuando se enteró de que estaba embarazada le iba a dar algo.

Me senté en la barra y le pedí un batido de vainilla a Mira mientras Lector jugaba con los demás exceeds.
Levy se puso a mi lado y comenzó a tocarme la barriga.

- Etto... ¿no es muy grande? — me miró dudosa.

- ¿Qué dices Levy? — reí.

- ¿Estás segura de que es humano? — puso cara pensativa.

- Ay... — rodé mis ojos — no seas tonta.

Mira contemplaba la escena desde lejos y decidió acercarse.

- ¿Es niño o niña? — preguntó curiosa la albina.

- Pues no lo sé, he decidido que sea una sorpresa — sonreí.

- ¿Y el nombre? — preguntó Levy.

- Tampoco tengo idea de eso, me gustaría que lo hubiera elegido Sting... pero supongo que tendré que ir pensando en alguno yo — dije un poco decaída al pensar en la situación.

Va a ser todo muy difícil sin él.

En busca de inspiración [Stinglu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora