Magia

1.8K 122 10
                                    


Me desperté completamente sola, supuse que Sting se habría ido ya con Rogue hacia Saber.
Me destape un poco y pude comprobar que todavía llevaba puesta su sudadera, huele a él.

Algo interrumpió mis pensamientos, era Natsu llamando a mi puerta. Abrí y vi que ya estaba listo junto con Happy para volver a casa, les sonreí sin motivo alguno, solo me apetecía hacerlo.

Sting se acababa de ir y ya lo echaba de menos, no sé que será de nuestra relación si debemos llevarla a distancia, solo espero que vuelva pronto.

El camino a casa se hizo largo y pesado.

Cuando al fin llegamos al gremio todo el mundo nos miraba con alegría, yo saludé rápidamente a algunos compañeros y me senté en una mesa del fondo cuando de repente Natsu se puso en el asiento que había en frente mía.

- ¿Que ocurre? — le pregunté.

- Te noto rara, estás como... desganada — Natsu me conoce muy bien.

- Sí bueno, supongo que ya sabes el por qué... — no quería hacer mucho hincapié en el tema de mi relación con Sting.

- Tsk... Lucy, no sé por qué estás con el — miró hacia un lado tímidamente.

- ¿A qué te refieres Natsu?

- Yo... no pretendo que te enamores de mi de un día para otro, no pido que me hables cada segundo, ni si quiera que pienses en mí más de una vez al día. Solo pido que me dejes pasar más tiempo contigo, últimamente casi nunca nos vemos. Y Lucy, sé que puedo ser el indicado para ti — me miro de reojo y puso una ligera sonrisa.

- Pero Sting y yo — me interrumpió.

- No me hables del chico mujeriego que en cuanto puede se va con cualquier otra, tampoco me hables del mismo chico que se va sin decirte adiós. Lucy, él está muy lejos y siempre va a estarlo, es el maestro de un gremio, ¿acaso crees que podrá estar aquí más de dos días seguidos? Y eso una vez al mes. Sinceramente... no te conviene, solo quiero que te plantees mi sugerencia.

No sabía que decirle, me levanté de la mesa y me fui hacia la puerta a paso ligero, no quería hacer algo indebido.

Llegué a casa y me tiré boca arriba en la cama totalmente confudida por todo lo que Natsu me dijo. En parte tenía razón, Sting está muy lejos y la confianza es algo que todavía no tengo al cien por cien. Aunque no quiera me hago ideas malas en la cabeza.

Por otra parte Natsu... Natsu siempre fue muy especial para mí. Se podría decir que hasta que conocí a Sting.

No sé que hacer.

Decidí tomar un baño y mentiría si digo que no echaba en falta a Sting aquí dentro.

Cuando salí me puse un pijama y fui a hacer la cena.
Justo en ese momento apareció Loke, me pegué un buen susto pero al momento me empecé a reir como una loca. Realmente nada me hacía gracia, solo reía por felicidad creo, me hacía falta estar con alguien un rato.

- ¿Que te hace tanta gracia? — preguntó colocándose las gafas.

- Nada... ¿Quieres cenar? — le ofrecí enseñandole un paquete de pasta.

- De acuerdo, ¿eres buena en la cocina?

- ¿Lo dudabas Loke? — le guiñe un ojo.

Me costó más de lo esperado hacer la pasta porque Loke no paraba de hacerme reir contandome cosas que le habían pasado con varias chicas.

- Loke... para para... — apenas podía hablar de lo que me estaba riendo — vamos a llevar esto a la mesa anda — le pedí mientras me secaba una lágrima que salió de mis carcajadas.

En busca de inspiración [Stinglu]Where stories live. Discover now