Capítulo 22

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Varios días habían pasado desde aquella noche en la que Camila experimentó distintos tipos de sentimientos sin olvidar el final inesperado de la noche. Nada más terminar de relatarle su historia, habiendo cambiado el verdadero motivo de su huida, por irse a estudiar a otra ciudad, André le limpió las lágrimas que había soltado durante todo el proceso.

El castaño fue completamente sincero y le dejó claro que no había estado bien desaparecer sin dar ninguna explicación, pero que aun así había estado mal por parte de la artista regalarle aquel golpe. Dejando a la morena con la chaqueta azul marino sobre sus hombros, André volvió dentro de la galería para recoger la cámara de Camila mientras ésta lloraba de nuevo en la soledad.

La de ojos marrones sabía que si André había tardado tanto en regresar, esto era porque lo habían entretenido por el camino, y lo supo minutos después en cuanto volvió. Normani y Ally habían sido el motivo de su tardanza.

En esa misma noche pensaba Camila mientras observaba una canal de cocina en su televisión con los pies descalzos encima de la mesa y la compañía de Dusty a su lado. La semana siguiente había transcurrido silenciosa para ella, había hablado lo mínimo pero a pesar de ello, no había dudado en montar el cuarto oscuro fotográfico en cuanto tuvo todos los materiales que le habían llegado esa misma semana.

Fue a mediados de ésta cuando el cartero dejó en su buzón el aviso con el que debía pasarse por la oficina de correos para recoger todos sus pedidos. En el camino de vuelta, paró a comprar botes de pintura negra con los que había pintado las paredes de la habitación de invitados después de donar la cama y el armario.

Recordando también su duro esfuerzo, se levantó del sofá apagando la tele mientras los rayos de sol de la mañana del sábado alumbraban el pequeño salón. Anduvo lentamente a su ahora cuarto oscuro y observó orgullosa su esfuerzo. Todavía había un par de cajas sin abrir, pero hasta que no lo pusiera en práctica, no las sacaría. En ese instante, Camila se agradecía a sí misma haber dado aquel curso de fotografía e imagen para subir nota en el instituto.

Notando un rugido en su estómago, se dirigió hacia la cocina escuchando las pisadas de Dusty tras ella. Mientras las dos piezas de pan se tostaban dentro de la tostadora de aluminio, Camila se observaba reflejada en ésta. La bofetada de Lauren no le había dejado marca, pero ella seguía notando el impacto.

- "¿En qué momento mi vida cambió tanto? ¿En qué puto momento me dejé arrastrar hacia esto?" se preguntó resoplando.

Tras untar mermelada de melocotón en ambas, acompañadas con el fuerte café que se había preparado posteriormente, se sentó en uno de los taburetes. Estuvo a punto de darle el primer mordisco cuando el timbre de su puerta sonó. Extrañada por esto, puesto que nadie la visitaba y los sábados no pasaban por allí los carteros, se acercó a la puerta mientras se rehacía el nudo de su bata negra. Solo tenía una opción y ésta era André, pero rechazó dicho pensamiento nada más abrir la puerta.

- "¿Cómo me has encontrado?" preguntó nada más ver a su hermana tras la puerta.

Sofía llevaba unos pantalones de chándal negros ajustados a su cuerpo junto con una camiseta de tirantes de color roja la cual mostraba sus bronceados brazos con un brazalete en uno de ellos, donde llevaba el reproductor de música conectado a sus auriculares blancos.

- "Buenos días a ti también hermanita" respondió ésta apretándose la coleta que llevaba. "Huele delicioso, ¿has hecho el desayuno?" preguntó entrando dentro de la pequeña casa.

- "Nadie te ha dado permiso para entrar y aun no me has respondido" gruñó viendo cómo su hermana se dejaba guiar por el olor hasta la cocina desapareciendo frente a ella. "Sofía Cabello te he dicho que..." se detuvo al verla engullir sus tostadas.

Cenizas | Camren Fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora