Ahora es un hecho

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Jeonghan despertó por una pesadilla esa noche (en realidad fueron más recuerdos que pesadillas) y miró a su alrededor intentando recordar dónde estaba. La televisión estaba encendida en el menú de una película que no terminaron de ver, el suelo estaba cubierto de papas fritas que se cayeron de la bolsa en sus rodillas en algún momento que se movió. Cuando vio a Seungcheol a su lado durmiendo con la boca abierta y un hilo de saliva corriendo por la comisura de sus labios Jeonghan rio un poco cubriendo su boca con su mano, recordando que estaba en su casa, que habían estado viendo películas y se habían quedado dormida a la mitad de una. "Seungcheol es muy cómodo para dormir" pensó mientras tomaba con cuidado el celular del castaño y tapando su boca para no hacer ruido con su risa le sacó una foto para luego ponerla de fondo.

Se levantó para ir al baño intentando no hacer ruido y volvió con unas mantas que encontró en la habitación de Seungcheol. Recogió con cuidado las papas fritas regadas por el piso, apagó la televisión y envolviendo su cuerpo y el de Seungcheol con la misma manta se acurrucó a su lado sintiendo su corazón dar unos brincos; soltó el aire de sus pulmones el cual sin darse cuenta había estado aguantando y cerró sus ojos intentando olvidar los recuerdos de su reciente sueño.

Seungcheol olía a librería y a colonia de hombre. Y era muy agradable.

Y con el suave ritmo de los latidos de Seungcheol contra su oído Jeonghan se quedó dormido acurrucado a su lado, soltando suspiros y sintiendo los últimos latidos de su corazón antes de dormirse.

-

Una tarde mientras acompañaba al mayor a pasear a un perro pequeño lleno de energía Jeonghan comenzó a darse cuenta de todos los detalles que de pronto había comenzado a notar en Seungcheol y que antes no había visto siquiera. Como la forma en que apretaba los labios juntos al sonreír, los hoyuelos que se formaban en sus mejillas, sus orejas que resaltaban los aros que le había regalado, cómo parecía que le faltara el aire cuando reía y cómo miraba fijamente a los ojos cuando le hablaba, con toda la dulzura del mundo acumulada en su mirar.

El chico de cabello largo paró en seco sin decir nada y Seungcheol se giró para mirarlo, confundido, expectante.

- Jeonghan, ¿Estás bien? – preguntó sujetando la correa del pequeño perrito blanco que buscaba el momento perfecto para salir corriendo y escapar. Jeonghan siguió mirando largo rato al suelo sin responder. El mayor se acercó más a él con el perrito en brazos – Jeongha-

- Creo que me estoy enamorando de ti – dijo entonces, interrumpiéndolo, tranquilo, sin dejar de mirar al suelo. Seungcheol solo abrió su boca y la cerró una y otra vez, pero ningún sonido salió de ella. Jeonghan lo miró al fin, su rostro estaba (adorablemente) sonrojado.

Si Seungcheol no supiera mantener la calma en momentos de tensión probablemente estaría saltando y gritando en ese mismo momento; pero no, Seungcheol analiza y piensa antes de actuar, así que solo pude sentir cómo su rostro comienza a quemar con más y más fuerza y cómo sus rodillas amenazan con doblarse y dejarlo caer, pues de pronto su cuerpo se siente como algodón y teme que se va a derretir en cualquier segundo. Tuvo que dejar al perrito en el suelo otra vez pues tuvo miedo de aplastarlo sin darse cuenta.

- J-Jeonghan – quiso hablar con su voz más grave y seria, pero falló olímpicamente tartamudeando y sonando como adolescente. Aclaró su garganta sintiendo el pánico crecer más y más – Jeonghan yo sé que somos amigos, pero no tienes que forzarte a nada – soltó finalmente sudando terriblemente y temblando por completo. Jeonghan lo miró confundido. Seungcheol rio un poco – S-sé que te dije que me gustabas, pero no debes sentir que sea una obligación corresponderme.

Quizás es hora de olvidar [JiHanCheol]Where stories live. Discover now