Quizás es hora de olvidar [JiHanCheol]

Esa sonrisa [extra JiHan]

Habían pasado varias semanas desde que vivían los tres juntos y Jeonghan no podría sentirse más querido y mimado con ese par de chistes andantes de los que se había enamorado. Aun molestaba a Cheol por haber sido el primero en ofrecer que Jisoo comenzara a vivir con ellos, pero realmente se sentía demasiado agradecido por eso. Despertar cada mañana entre ambos, sintiendo el calor de cada uno, recibiendo sus besos de buenos días, jugando a cambiarse de lado para lograr que Jisoo y Cheol se abrazaran en sueños o se besaran semi dormidos (y luego disfrutar sus reacciones avergonzadas cuando se daban cuenta). Jeonghan estaba feliz, vivo, enamorado, realmente sentía que los malos días habían desaparecido por completo.

Y tener a Jisoo en su vida otra vez era increíble.

No sabía cuánto extrañaba su risa, su cara cuando reía, cómo olvidaba que Jeonghan no entendía absolutamente nada de inglés y decía cosas en el idioma, logrando que Jeonghan solo lo mirara confundido y se amurrara. Jisoo sabía que Jeonghan odiaba el inglés, así que solo podía disculparse y repetir lo que había dicho. Extrañaba sus chistes aburridos, extrañaba las ridiculeces que hacía para que Jeonghan riera, sus imitaciones de animales. Lo extrañaba por completo, y al fin lo tenía ahí, otra vez en su vida, y no solo como amigo: podía abrazarlo, podía besarlo y decirle que lo amaba, pues estaba bien, pues Cheol lo aceptaba. Tenía tanta suerte.

Estaba viendo televisión sentado (echado realmente) en el sofá de la sala cuando Seungcheol se despidió con un beso, pues debía ir a trabajar. Ese día un compañero de trabajo había pedido un doble turno, por lo que él estaría libre. Jisoo no debía trabajar tampoco ese día, en ese momento lo escuchaba en la cocina lavar los platos del almuerzo.

- Cuídate, que te vaya bien - le sonrió y le besó la nariz, la cual Cheol arrugó con una sonrisa. Este lo despeinó con una mano.

- Gracias, lo haré - respondió. Se detuvo unos instantes, mirando hacia la cocina. Luego lo miró otra vez con una sonrisa enorme, y mientras se despedía le hizo un gesto, guiñándole un ojo - Disfruten su tarde libre.

Jeonghan se quedó ahí, sentado mirando a la puerta con la boca abierta y el rostro rojo. ¿Acaso acababa de...? Miró hacia la cocina, aún escuchaba el agua correr y el sonido de los platos chocar entre ellos. Su corazón latió fuerte, era cierto, se quedaría solo con Jisoo. Siguió viendo televisión, o eso pretendía, pero los pensamientos no se iban de su mente.

Apagó la televisión y se rindió.

Jisoo tarareaba una canción mientras enjuagaba todo en el lavaplatos cuando Jeonghan lo abrazó por atrás, apoyando su mentón en su hombro delgado, haciéndole dar un saltito por el susto y reír al instante.

- ¿Pasa algo? - preguntó inclinando su cabeza hacia atrás, acariciándolo con su rostro, frotando sus mejillas como si fuese un gato, pues sus manos estaban mojadas y llenas de espuma. Jeonghan sonrió y sin decir nada apretó el abrazo, haciendo un ruido casi como el ronroneo de un gato.

Continuó con lo que hacía al notar que Jeonghan no se movería, siempre con una sonrisa dibujada en sus labios y su corazón latiendo rápido, un sonrojo adornando sus mejillas y sus manos temblando. Jeonghan siguió en la misma posición, ahora con su frente apoyada en su hombro, Jisoo sentía la calidez de su cuerpo contra su espalda, se sentía muy bien, se sentía en casa. Fue a decirle algo cuando las manos de Jeonghan se metieron bajo su camiseta, haciéndole saltar.

- ¿J-Jeonghan?

Jeonghan no respondió, simplemente movió sus manos por su estómago, deslizando sus dedos suavemente como si jugara. Jisoo tragó saliva, intentando seguir lo que hacía. Cuando sus labios tibios comenzaron a repartir besos por su cuello y su oreja casi tiró un plato al suelo.