Capítulo 1- El chico de mis sueños

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— Ya estoy dentro.

¿Desea que vayamos, jefe?

— No. Todo está bien y tal cual lo planeamos. Vigilen desde afuera, yo les daré los detalles cada que pueda.

Entendido.

Cortó la llamada, mirando el horizonte que enseñaba un atarceder rojizo pero frío, el aliento escapaba de sus labios y se visualizaba en una pequeña cortina blanca de vapor. Ya todo había iniciado, no había marcha atrás.

Giró sobre sus talones y encaró la ciudad, con el viento helado acariciando sus mejillas y revolviendo juguetonamente su cabello; todo su plan iba perfecto, se mofaba de ello.

— ¡Wonwoo! ¿¡Qué diablos...!?

— Es mi día de descanso, no jodas, Jeonghan.

— ¡Pero mi habitación es un chiquero!

— Nuestra...

— Eres un mocoso insolente, te voy a matar.

Jeonghan, veintidos años recién cumplidos, era demasiado pulcro como para soportar su habitación llena de libros, cajas de pizza, bebidas, envolturas, ropa tirada...

Wonwoo, con diecinueve años, estudiaba en la universidad pero era un chico desvergonzado y despreocupado, vivía en su propio mundo y parecía únicamente jugar videojuegos durante todo el dia. Jeonghan se preguntaba una y otra vez ¿cómo ese chico aprobaba todas las asignaturas de la uni si nunca tomaba un libro?

El de cabellos largos soltó un pesado suspiro mientras comenzaba a recoger las cosas que estaban tiradas, maldiciendo a su compañero de cuarto entre dientes.

— Estuve oyendo las noticias — habló de pronto el menor de ambos con la boca llena de pizza mientras su vista estaba pegada al televisor y sus dedos se movían con agilidad sobre el joystick— ¿Qué diablos con ese asaltante? ¿Era retrasado mental?

— ¿Qué...? Oh, eso. Fue solo una distracción. Mientras ese tipo "asaltaba" el banco, un grupo de delincuente atacó la estación de policía.

— ¿Me estás jodiendo? ¿Y por qué no pasaron eso en las noticias?

— Porque les dijimos que no lo hagan. ¿Te imaginas? Si la gente se entera de que los policías están bajo ataque, no querrán salir de sus casas. Es una táctica obvia... Destruír la seguridad, causar estragos y delincuencias, violaciones de derechos — Jeonghan explicaba la situación en lo que doblaba la ropa para dejarla en la cama—. Por suerte estábamos Seungcheol y yo ahí para defender el lugar.

— No por nada te dicen Ángel~ — burló Wonwoo, haciendo a su compañero sonreír.

— Es solamente por la fecha de mi cumpleaños...

— Y por tu cara de muñeca, tu voz suave, tu comportamiento delicado... ¿Seguro eres chico?

Una almohada voló de una punta de la habitación a otra, estrellándose contra la nuca de Wonwoo. El pelinegro se quejó, obligado a poner en pausa el juego para girarse a ver al mayor con odio mientras éste se reía antes de continuar con la limpieza del cuarto.

Jeonghan era uno de los policías más conocidos del lugar, había entrado con un gran desempeño y habilidad. Seungcheol era su mejor amigo de la infancia, pero sabía que habían sentimientos ocultos que, para mal de Seungcheol, Jeonghan jamás correspondería.

No es como si fuera un mal chico, quizá un poco pesado, pero no mal chico; era el simple hecho de que no le gustaban los hombres. Ni las mujeres. No le gustaba nadie, en realidad. Ser policía le había enseñado a ocultar relaciones cercanas y si se enamoraba, su desempeño y atención bajarían... No sería nada bueno.

Duobus lateribusWhere stories live. Discover now