Capítulo 2- Destinado

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Los gritos resonaron en todo el lugar y los disparos subieron hasta la segunda planta, donde estaba Jeonghan y Junhui.

— ¡Al suelo! — ordenó Jeonghan a todos, tomando los hombros de su amigo y lanzándose al piso, siendo imitados por las demás personas.

Todos comenzaron a huír, arrastrándose lejos del campo de tiroteo. Jeonghan se maldecía internamente por no haber llevado el arma. ¿Por qué debía suceder en ese momento? Sacó su celular y marcó enseguida a sus compañeros.

— ¡Estoy en el centro comercial del distrito Myeongdong, hay un sujeto disparando y asesinando a los civiles! ¡Envíen patrullas, AHORA! — exclamó Jeonghan, tomando la camiseta del chino y lo arrastró consigo hasta una zona más segura.

¿Jeonghan?

— ¡Jihoon, por favor, apresúrate. Estoy desarmado!

Ya están saliendo, ¿dónde estás?

— Estoy en la segunda planta, el "asaltante" está en la planta baja. Me voy a acercar — indicó el de cabello largo, viendo el pánico de su amigo—. Junhui quédate aquí, saca a todos los civiles hasta la puerta de la zona sur. El chino dudó un poco pero aún así asintió y obedeció a su amigo, con mucha precaución empezó a guiar a todas las personas hasta el lado contrario.

— Jihoon, está vestido con unos jeans rotos,una blusa blanca y un abrigo verde oscuro, su rostro está cubierto. Carga una escopeta calibre 16 recortada.

"El asaltante carga una escopeta calibre 16 recortada, está en la planta baja" — oyó a su amigo mientras él se acercaba más y más hasta la escalera mecánica, viendo el panorama de la masacre—. Jeonghan ¿creespoder hacer algo?

— Trataré de distraerlo hasta que lleguen.

— Ten cuidado.

Cortó la llamada y se apresuró a correr por el lugar, buscando un arma pero nada. Se mordió el labio inferior, pensando seriamente en la locura que haría; rápidamente bajó corriendo y con la adrenalina comenzando a notarse en sus venas, un disparo le pasó rozando por la espalda. Captó la atención del delincuente. Se escondió tras una columna, cubriéndose cuando un nuevo disparo dio en el costado de donde se escondía. El corazón de Jeonghan latía con fuerza, su ceño estaba fruncido, su mente trataba de procesar lo más rápido posible una forma de entretenerlo.

— ¡Baja el arma! — exclamó con imponencia, esperando captar suficiente su atención para que dejase en paz a los demás clientes. Jeonghan comenzaba a desesperarse, no sabía como hacer que soltase el arma. El destino parecía estar de su lado cuando en su campo visual vio a un guardia de seguridad, era novato, lo notaba por la cara de susto que tenía. Jeonghan empezó a hacer señas, el asaltante se estaba acercando lentamente, cuestionando en silencio al trabajador si tenía un arma. Este asintió y la desenvainó, apoyándola en el suelo luego de acercarse un poco más. Jeonghan sonrió cuando el hombre pateó el arma hasta él, ambos confiados en que su improvisado plan funcionaría. Pero no fue así. El arma se desvió y Jeonghan se lanzó a atraparla, pero al momento en que sus dedos estuvieron a punto de rozar el cañón, un pie se presionó con fuerza contra su mano, causando un sonoro quejido. Lentamente alzó la cabeza, con los ojos bien abiertos, ahí estaba el asaltante cargando el arma y apuntándolo.

"¿Así terminará todo?" pensó. Inconscientemente y en un acto de reflejo, cerró los ojos y giró la cabeza. Un disparo. Sintió un líquido caliente caer sobre su rostro, su mano fue liberada y Jeonghan volvió a abrir los ojos aturdido.

— Suelte el arma ahora — una voz profunda y vagamente ronca se le hizo familiar. Al alzar la vista pudo ver a Joshua, de pie junto al asaltante, quien no hacía más que quejarse del dolor en su pierna. Jeonghan estaba boquiabierto mientras miraba la escena incrédulo, tardando bastante en reaccionar pero cuando lo hizo, no dudó en arrebatar el arma.

Duobus lateribusWhere stories live. Discover now