Capítulo 1

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Había quince hombres reunidos en la sala especial de juntas del gobierno británico, cosa rara considerando que esa sala solo la usaban para situaciones de altos niveles de riesgo, hacía apenas unos meses de la invención de los chips para rendimiento escolar y su repentino retiro de todas las escuelas del país, el solo estar en esa sala presagiaba desgracia.

Los quince, entre los que se encontraban soldados de alto rango del equipo especial, Luis y Alfredo. Luis era alto, un tanto fornido y de piel blanca, pelo castaño y como siempre callado. Alfredo tenía el pelo café claro, con un peinado bastante desafiante considerando que era militar, era alto y estaba en buena forma.

Se miraban fijamente, intercambiaban miradas intermitentes de uno en uno, Luis tenía la mirada puesta en una carpeta con archivos confidenciales y, a juzgar por su aspecto, las noticias que seguirían no eran buenas, Alfredo solamente estaba sentado, con la mirada fija en el infinito, estaba bastante calmado y eso lo caracterizaba en las misiones. El jefe de ese departamento gubernamental, Orlando Álvarez, tomó valor, caminó alrededor de la sala y se detuvo enfrente del único pizarrón que había.

— Muy bien, de seguro ya saben que estar aquí reunidos no significa otra cosa más que una situación de riesgo elevado— Comenzó a caminar de nuevo —y sé que algunos de ustedes ya saben el problema que tenemos

— ¿Tendrá que ver con el reciente evento de los chips automáticos? —Dijo Luis con un dejo de seriedad en su voz — ¿Tiene que ver con eso?

Alfredo se abstrajo rápidamente de donde estaba, volvió de pronto a la realidad y apretó el puño derecho, su cara mostraba clara preocupación y nerviosismo.

— Luis, has dado en el punto exacto de la conversación — Se aclaró la garganta y prosiguió — Este hecho es de extrema preocupación para nosotros, ustedes recordarán que todos los chips fueron destruidos y solo 5 quedaron en pie bajo estricta vigilancia del gobierno, la razón muchos la conocen, estos chip se incrustaban en la mente del individuo que lo usaba, aumentaba sus capacidades y, por muy cruel que suene nos dimos cuenta de que se podían controlar sus acciones, a partir de eso decidimos que representaba un gran peligro...

— Dígalo rápido — Menciono Alfredo desde su silla, observando solo la mesa y el vaso de agua enfrente de él

— Muy bien, estos chips fueron robados hace una semana por un grupo desconocido, ellos lograron burlar la seguridad e infiltrarse en el sistema desde hace meses, nuestro principal sospechoso es Alexis Hildegart —Entregó unas hojas que tomó de una mesita en la esquina de la sala, en ellas estaba un pequeño historial del individuo — Comenzó a trabajar desde hace un mes, sabemos que solo es un peón pero es el único que puede conducirnos hasta el verdadero pez gordo

— ¿Y... qué piensa exactamente?, ¿Hay algún indicio de ataques? —Preguntó Luis, sin poner la mirada en el jefe, solo observaba hacia afuera del edificio, estaban en el séptimo piso y probablemente eso lo ponía un poco nervioso

— Desde luego que sí, los primeros ataques fueron al norte, en una escuela militar, mi hijo estudiaba ahí y no tenemos pruebas de que siga vivo, creemos que tienen bajo su poder al ejercito Escocés, creemos que lograron hacer un chip pirata que también logra el objetivo de control, ante esto me sorprende que aún no hayan atacado a nadie, estamos solos esta vez y no falta mucho para que ellos decidan volar la ciudad, necesitamos terminar esto ahora mismo

Alfredo posó la mirada en Luis, pero Luis no la devolvió, tomó su vaso de agua y dio un buen trago, se encaminó hacia el jefe, hasta lo que observó Luis no se veía muy contento ni demasiado preocupado, sostuvieron algunas palabras y una rígida conversación hasta que él decidió regresar a su asiento

— Se pueden retirar muchachos, mañana por la mañana se les avisará quienes irán a la misión, y Freddy necesito que vengas a mi oficina en media hora

— Está bien señor, por ahora me retiro

— Señor, no me puede decir que va a involucrarla, es demasiado para ella, ¿no? —Dijo Luis aparentemente muy preocupado

— No puedes cuestionar las decisiones que se han tomado...

Después de eso el sonido se fue enmudeciendo y aunque Alfredo creía tener alguna idea de quien se hablaba decidió no pensar en eso, fue a su cuarto y se sentó en la litera. Él compartía habitación con Luis desde que fueron llamados a quedarse ahí para mayor disponibilidad.

La tranquilidad era ensordecedora, pese a que era solo una puerta de madera y afuera todo estaba hecho un caos, era muy tentadora una siesta, y aunque Alfredo luchó para no dormirse finalmente sucumbió ante el cansancio y la presión de la situación, poco a poco se metía entre las sombras y tinieblas hasta quedar dormido.

British Secret Governmental ServiceWhere stories live. Discover now