British Secret Governmental Service

Capítulo 5

Al principio las voces eran poco más que inteligibles, poco a poco subieron de volumen hasta que las palabras se percibían claramente.

-Te lo he dicho, no está aquí. No hay nada ni nadie en este lugar. Sólo hemos venido a perder el tiempo- La voz, que era notablemente grave y ronca, mostraba un tono de enfado.

-Si no cumplimos la petición del jefe, no dudará en matarnos. El muchacho debe estar en algún lado, es imposible que se fuera sin dejar rastro - La segunda voz respondió con un dejo de suficiencia en su voz que además denotaba madurez - ¿No entiendes que es una parte esencial en los planes del amo?

"El amo", curiosa forma para referirse a su jefe.

-Por mi parte, el jefe puede venir a buscarlo por sí mismo. Si tanto lo necesita, que venga él.

-Calma, si piensas así ya pronto podrás decírselo en su cara. Con mucha suerte sólo te dará un puñetazo con el que volará tu dentadura, sin mucha suerte... En fin, continuemos. -La voz ni siquiera sonaba un poco preocupada. Parecía totalmente despreocupada y ajena a la situación planteada.

Freddy esperó hasta que las voces se desvanecieran por completo antes de dar a Job la señal para entrar al corredor. En los mapas que anteriormente había descargado no se veía salida alguna por la que pudieran escapar, los individuos que estuvieran ahí estaban atrapados. Eso con suerte, no sabemos si haya alguien más con ellos o si se trata de una emboscada. Abrió la puerta lentamente, tratando de hacer el menor ruido posible, y a su vez, asomando su arma a la par de sus ojos; logró ver como uno de los que había hablado giraba a la izquierda, el otro posiblemente estaba adelante de éste. El tipo portaba uniforme militar, era alto y fornido; portaba un rifle de asalto en ristre además de un cuchillo de combate al cinto.

Una vez que desapareció doblando por el pasillo, Freddy abrió la puerta de par en par y se adentró en el corredor seguido a los talones por Job. El paisaje era muy desordenado; las pertenencias de los que anteriormente fuesen moradores del lugar estaban desperdigadas por el suelo, las puertas de las habitaciones adyacentes se abrían de par en par dejando entrar luz natural al edificio, sin embargo, todo estaba en total calma.

Caminaron sigilosamente a la par de estar atentos a cualquier ruido. Se posicionó justo en el borde de la pared, oculto antes de que el alargado pasillo rompiera a la izquierda. Desde su posición podía observar al militar fornido haciendo lo que podía interpretarse como guardia, fuera de una de las habitaciones. Notó entonces que ambos estaban desprevenidos y se dejó mostrar con el arma en alto. El soldado advirtió su presencia al instante y levantó su rifle pero se abstuvo de disparar por alguna razón.