Capítulo 1: Dos mundos distintos"

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Montaña Paoz:

Un jovencito muy atractivo de cabello alborotado que llevaba un gi rojo y una espada en su espalda, caminaba por el bosque cargando un gigantesco pescado.

Con esto tendré suficiente para mi cena, decía con una gran sonrisa ingresando a su cabaña.

Dejo el pescado sobre una mesa, la espada sobre su pequeño mueble y busco unos filudos cuchillos para empezar a cortarlo y así poder cocinarlo mejor, mientras un pensamiento le vino a su cabeza: abuelito cuanto te extraño, pensaba con nostalgia el jovencito.

Fri-pan:

Princesa la cena esta lista, decía la nana de la princesa del reino de Fri -pan.

Ya voy nana, decía una bella jovencita pelinegra que llevaba puesto un finísimo traje color verde, mientras salía de su habitación y se dirigía al comedor a compartir la cena con su padre.

Siéntate princesa, dijo el gigantesco hombre que era el rey.

¡Gracias papi¡, dijo la bella jovencita, colocándose un mantel  sobre su ropa para no manchársela y cogiendo su cuchillo y tenedor para degustar la deliciosa comida.

Montaña Paoz:

Gokú se sentó en su pequeña mesa, con su plato de pescado y papas y empezó a comerlo con las manos, mientras pensaba, así es mejor que con esto, mientras observaba sus cubiertos sobre la mesa.

Luego que termino su cena, lavo su plato y se dirigió a su pequeño dormitorio, donde se acostó a dar a una pequeña siesta.

Fri-pan:

La bella jovencita pelinegra, termino su cena, dio gracias, se retiro de la mesa, subió a su habitación donde se cepillo los dientes y luego se sentó en su escritorio a leer una revista.

Al día siguiente: "Paoz"

El jovencito como todas las mañanas entrenaba con los árboles y animales salvajes las artes marciales que alguna vez le enseño su abuelo.

Luego de un arduo entrenamiento se sentó, bajo un frondoso árbol de cerezo a reposar mientras observaba las nubes de diferentes formas y tamaños pasar en el cielo.

¿Hasta dónde se irán?, pensaba el jovencito mirando las nubes.

Fri-pan:

La bella princesa se encontraba en los jardines del castillo recolectando rosas.

¿Qué hermosas rosas han crecido aquí?, pensaba la bella jovencita.

Princesa Ox, su amiga vino a verla, decía uno de los soldados.

¡Gracias¡ ya voy, decía la bella princesa sonriendo.

Mientras tanto:

Dentro del castillo una linda joven peli azul, vestida con un traje muy fino se encontraba sentada en la sala mientras leía una revista.

¡Hola Bulma¡ dijo la pelinegra saludando a su amiga.

¡Hola Milk¡, vine por la respuesta, dijo la jovencita peli azul con una sonrisa.

Aún no lo he hablado con mi padre, dijo la pelinegra con tristeza.

Milk, si gustas yo hablo con mi padrino, no es justo que solo por ser de la realeza mi padrino te condene a estar encerrada aquí, así no conocerás nunca a ningún chico, dijo la peli azul pícaramente.

Pero no tiene caso Bulma, mis maestros particulares vienen acá y no creo que mi padre quiera mandarme a la ciudad a estudiar, dijo la pelinegra.

Bueno no adelantemos juicios y hay que proponérselo a mi padrino, te quedarás en mi casa no le veo el problema, dijo la peli azul.

Está bien, pero luego no te enojes conmigo cuando mi padre no acepte, dijo la pelinegra.

Montaña Paoz:

El joven de cabello alborotado miraba en un pequeño cuaderno unas notas que le dejo su abuelito antes de morir.

Abuelito dentro de poco se cumple año más de tu partida, decía el joven mirando el cuaderno con una especie de mapas. ¿Cómo será la ciudad?, no, estoy bien aquí no me hace falta nada, soy feliz aquí, pensaba el inocente jovencito.

Fri-pan:

¿Qué te parece padrino adorado?, decía la linda peli azul abrazando al gigantesco rey.

No lo sé hija, déjame pensarlo un poco, dijo el rey.

Está bien padrino, pero no lo pienses mucho porque en unos días tenemos que inscribirnos en la universidad de la capital, dijo la peli azul.

Mira hija déjame pensarlo, mañana te llamo para darte una respuesta dijo el rey.

Está bien padrinito querido, dijo la melosa peli azul, dándole un beso en la mejilla al gigantesco hombre.

Minutos después: "Habitación de la princesa"

¿Qué te dijo?, preguntaba intrigada la bella princesa.

Que lo pensara, que mañana me llama para avisarme, dijo Bulma.

Te lo dije, no va aceptar, dijo la pelinegra.

No Milk, yo creo todo lo contrario, ya lo verás. Bueno tengo que volver a casa, te estaré esperando para inscribirnos juntas dijo la peli azul.

Al día siguiente:

El rey y la bella princesa se encontraban desayunando, mientras platicaban:

Hija, ¿te gustaría estudiar en la capital?, pregunto el gigantesco rey.

¿Por qué me preguntas eso padre?, dijo la bella jovencita.

Bulma me estuvo comentando acerca de la posibilidad de que tú vayas con ella a estudiar en la capital lo que siempre has querido. Ella ofrece su casa para que te quedes, me parece una buena opción, después de todo como bien dice ella las princesas también pueden ser profesionales y aquí en nuestro reino no tienes esa opción, todos tus estudios han sido con profesores particulares, pero para estudios universitarios eso es imposible, dijo el rey.

Padre me encantaría realizar mi sueño, si tú das la autorización, yo prometo volver una vez que culmine mis estudios para poner en práctica todo lo aprendido con mi reino, dijo la bella princesa.

Está bien pero solo pongo una condición dijo el rey.

¿Cuál padre?, dijo la bella princesa.

No debes mezclarte con gente que no sea de la realeza o que no pertenezca a una familia de renombre. Claro la universidad que Bulma me dijo es muy prestigiosa, pero siempre por allí hay algún pobretón becado que ingresa a ella, dijo el rey.

¿Padre porque piensas así?, todos en este mundo somos iguales, dijo la bella princesa.

No mi niña, tú no eres igual a la gente del pueblo, ellos te deben respeto y en nuestra clase está prohibido mezclarse con gente inferior a nosotros, esa es la condición, puedes hablarles, pero no permitas que ningún pobretón quiera tomarse otra atribución contigo, dijo el rey.

¿No te entiendo padre?, dijo la bella princesa.

Ningún pobretón puede enamorarse de ti, como tú no puedes enamorarte de uno de ellos, ¿ahora si entendiste mi niña?, dijo el rey.

Si padre, dijo la bella princesa.

Entonces en unos minutos me comunico con Bulma, para decirte que iras a la capital para  inscribirte con ella dijo el rey.

Paoz:

El joven de cabello alborotado se encontraba cortando leña, de un gigantesco árbol que minutos antes había derrumbado.

Creo que con esto tengo suficiente para la semana, dijo el jovencito llevando la leña a su cabaña, mientras sonreía.





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