"Inocente Amor"

Capítulo 4: "Conociéndonos"

Ambos jovencitos pelinegros se miraron a los ojos observándose mutuamente, mientras sin saber porque sus mejillas comenzaban a arderles, Milk decidió alejarse un poco del inocente jovencito y le pregunto con una voz dulce y suave que estremeció al joven de cabello alborotado.

¿Dónde estamos?, ¿cómo llegue hasta acá?, dijo la bella princesa.

Este lugar es Paoz, estamos entre las montañas, yo te encontré ángel, te vi cuando caíste del cielo y te traje a mi casa para curarte, dijo el jovencito de cabello alborotado tiernamente.

La pelinegra intento levantarse de la cama pero empezó a quejarse de dolor.

¡Auch¡, decía la bella princesa cogiéndose con sus manos sus lastimados brazos.

Aún estas lastimada, tienes muchas heridas y golpes por la caída, hasta tus alitas se rompieron, pero no te preocupes tal vez con unos días  de descanso te recuperes y tus alas vuelvan a crecer para que regreses al cielo, con los demás ángeles, dijo el jovencito de cabello alborotado con inocencia.

Milk sonrió nuevamente y le dijo: ¿Por qué crees que soy un ángel?, ¿y Cómo te llamas?.

Porqué caíste del cielo y mi abuelito decía que los ángeles viven allí arriba y me llamo Gokú, dijo el jovencito con una bella sonrisa.

Pues lamento desilusionarte pero yo no soy un ángel, soy una chica y mi nombre es Milk, dijo la bella pelinegra sonriéndole.

El jovencito parpadeo por unos segundos y luego la volvió a mirar fijamente ¿una chica?, dijo el joven de cabello alborotado.

Sí, ¿nunca has visto una chica?, dijo la bella pelinegra asombrada.

No, pero mi abuelito me dijo que cuando conozca una chica debo de tratarla con delicadeza porque son muy frágiles y ahora veo que es así, dijo el joven de cabello alborotado mirándola detenidamente.

Te decepciono que no sea un ángel, dijo la bella princesa con tristeza mirando el rostro del atractivo jovencito.

Sí, porque pensé que tú me podrías contarme como estaba mis padres y mi abuelito en el cielo, dijo con nostalgia el jovencito de cabello alborotado.

Lo lamento, pero me imagino que deben estar junto a mi madre felices de ver que estamos bien, dijo la bella pelinegra.

¿Tú tampoco tienes familia?, dijo el jovencito de cabello alborotado.

Si tengo a mi padre, el pobre ahora debe estar preocupado por mí, mi madre falleció cuando yo nací, dijo la pelinegra con nostalgia.

¿Y porqué caíste del cielo?, dijo Gokú con inocencia.

Estaba viajando en helicóptero a la capital debido a la tormenta y por un trueno el avión se incendio y yo decidí saltar para no morir quemada, dijo la jovencita pelinegra con tristeza.

Ahora entiendo porque tu cuerpo no es como el mío, dijo el jovencito de cabello alborotado con inocencia.

¡Tú me cambiaste¡ dijo la bella pelinegra alarmada.

Si, dijo con inocencia el jovencito, tu ropa estaba muy mojada y podrías enfermar, por eso lo hice. También limpie tus heridas, dijo el joven de cabello alborotado.

¡Gracias, por ayudarme¡ dijo la bella princesa sonrojada al imaginar que el inocente jovencito la había visto en ropa interior.

¿Tienes fiebre de nuevo?, dijo el joven de cabello alborotado acercándose para tocarle la frente.

¡No¡, dijo la pelinegra sonriendo.

Entonces voy a traerte algo para que comas, dijo el jovencito de cabello alborotado saliendo de la habitación.

Minutos después:

El jovencito de cabello alborotado volvió a ingresar con una pequeña fuente con algunas frutas picadas.

¡Cómelas¡ dijo el jovencito.

¡Eh, gracias¡, dijo al bella princesa mirando la fuente con fruta picada pero sin ningún utensilio para comérselas. ¿De casualidad tendrás algo con que poder coger los alimento?, dijo al bella princesa con timidez.

¡Eh, si¡, discúlpame voy por un cubierto dijo el jovencito yendo a la cocina y trayéndole rápidamente el cubierto.

¿Cuánto tiempo vives aquí?, pregunto la bella princesa.

Desde que nací, dijo el joven de cabello alborotado observándola comer.

¿Y desde cuando estas solo?, dijo la bella princesa.

Desde hace diez años, dijo el joven de cabello alborotado con nostalgia.

¿Nunca has ido a algún pueblo cercano o a la capital?, pregunto la bella princesa.

No, siempre he vivido aquí, mis padres murieron cuando yo tenía dos años, no me acuerdo de ellos, desde entonces me crie con mi abuelito, pero él murió también dijo el joven con nostalgia.

¿Qué edad tienes?, dijo la pelinegra.

Diecisiete, dijo el jovencito con una bella sonrisa.

Yo tengo tu misma edad, dijo la princesa con una dulce sonrisa.

Tu padre debe andar buscándote, pero estas montañas son muy peligrosas hay que conocerlas bien para no perderse en ellas dijo Gokú.

Si algo escuche de este lugar, pero nunca imagine que alguien podría vivir en medio de tanto peligro, dijo la pelinegra mirando al jovencito con ternura.

Castillo Fri-pan:

Ya estaba por oscurecer y el rey deambulaba de un lado para otro esperando alguna noticia de su hija.

Su majestad, dijo uno de los empleados.

¿Qué novedad me tienen?, dijo el rey.

El helicóptero apareció, se incendio, el piloto falleció, pero no hay rastros de la princesa, dijo el empleado.

¿Cómo que mi hija no está?, decía preocupado el rey.

Los investigadores presumen que la princesa salto del helicóptero, pero esas montañas son muy peligrosas y no contamos con el equipo suficiente para iniciar su búsqueda, dijo el empleado.

Cuanto necesitan dijo el rey.

Montaña Paoz:

El cielo estaba oscuro la princesa através de la pequeña ventana miraba el cielo cubierto de estrellas, cuando en eso el jovencito de cabello alborotado entro a la habitación.

¿Ya estas de pie?, pregunto el jovencito, quedándose admirado por la belleza de la bella joven que tenía sus cabellos sueltos y llevaba a un puesto su polo azul, que le permitían ver su bien formadas piernas.

Si, el cielo se ve muy bello en este lugar, dijo la jovencita.

Si, acá todo es bello, si mañana te sientes mejor te llevare al lago. ¡Ah¡, acá esta tu ropa, dijo el jovencito dejando su vestido sobre una silla.

¡Gracias¡, dijo a la pelinegra.

Es hora de dormir, dijo el joven de cabello alborotado saliendo de la habitación, mientras la bella princesa seguía mirando el hermoso cielo estrellado.