Capitulo 4

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*POV Camila

Inesperadamente el volumen de la música disminuyó y el micrófono apareció en manos de Taylor, quien estaba de pie al lado de nuestros otros tres padrinos; Marielle, Robert y Drew.

Taylor: muy bien, en dónde están las novias? -entrecerró sus ojos, buscándonos a Lauren y a mí en medio de las personas. La tomé de la mano, de manera de llevarla al frente.- oh, ahí están. -sonrió.- les prometo que no los incomodaremos más de diez minutos...-se disculpó con los invitados.- pero queremos contarles una historia. -y le pasó el micrófono a Drew.

Drew: había una vez una chica que cargaba la luz de las estrellas en sus ojos y la poderosa fuerza de un dragón en su cuerpo y otra chica que había abrazado la oscuridad y encerró un misterioso tesoro en lo más profundo de un pozo. -levanté la cabeza y me encontré con la iluminada sonrisa de Lauren detrás de mí, ella me volvió a ver brevemente, abrazándome por detrás, permitiéndome recostarme en su cuerpo.- una de ellas era una forastera, mientras la otra se creía la dueña del mundo. -le pasó el micrófono a Marielle.

Marielle: nuestra protagonista; curiosa y valiente, quería saber qué era lo tan importante que había dentro de ese pozo. Sin pedir permiso invadió el espacio de esa niña, iluminando todo a su paso. -el micrófono regresó a las manos de Taylor.

Taylor: la chica de la oscuridad se sintió invadida, intentó bloquear el paso para no dejarla descubrir lo tan precioso que guardaba, tal vez el miedo la hizo tomar dicha actitud. -mordí los labios, con toda la atención puesta en la historia.- pero aquella niña que irradiaba luz no había venido desde tan lejos para regresar con las manos vacías, aguantó la ira de la otra chica, que cada día parecía más un alma necesitada de cariño. -ella se extendió, pasándole la palabra a Robert quien estaba en el extremo opuesto.

Robert: cuando la niña de la oscuridad se dio cuenta prácticamente todo su espacio había sido iluminado, la luz contagiosa la hizo ceder y darse cuenta de lo hermoso que pueden ser los colores. -sonrió.- aprovechando el momento de encanto de esta chica, nuestra forastera abrió el pozo y dentro de una vitrina de vidrio encontró su corazón. Habían tres llaves a un lado y ella no tenía mucho tiempo para descubrir cuál de ellas usar, al final, en cualquier segundo podía ser descubierta. -y le pasó nuevamente el micrófono a Drew.

Drew: pero para sorpresa de todos, inclusive de la propia niña, la chica, al encontrarla, le entregó la llave correcta y por consecuencia su más preciado tesoro. -mis ojos se llenaron de lágrimas, cuando él terminó la historia.- y hoy esas dos niñas nos están dando el honor de verlas consumar ese amor valiente y puro, superando las barreras y mostrándonos que para el amor no existe raza, color, religión ni sexualidad. El amor simplemente pasa cuando menos lo imaginas, sin derecho a elegir, sin derecho a tener la razón, solamente el corazón será quien te va a guiar. Una de las chicas atiende al nombre de Camila y la otra al de Lauren. -escuché los aplausos sonar en el aire, Drew permitió que ellos siguieran un tiempo, hasta que volvió a hablar.- es con mucho honor que les presentamos esto. -y sacó un sobre de su bolsillo, mientras se encaminaba hasta nosotras.- nos prometen que van a salir de aquí tan pronto les entregue esto? -vi a Lauren, quien se encogió de hombros y asintió.- entonces, aquí dentro hay algo que nosotros cuatro compramos juntos. -tomé el fino papel, abriéndolo, mi mentón cayó al ver dos boletos a Egipto.- el lugar más soleado que pudimos encontrar. -sonrió.- contágienlo con su luz.

Y, como lo prometimos, partimos minutos después, rumbo al aeropuerto.

Rumbo a nuestra felicidad.

Me estiré perezosamente al sentir los labios de Lauren rozarse contra mi mejilla, el cansancio, no solo provocado por la fiesta sino también por las horas interminables de viaje, dificultaban el intento de abrir los ojos.

Lauren: ya llegamos. -me susurró. Ignoré el ya, es increíble como ella parece extremadamente dispuesta, mientras yo siento que no me puedo ni poner de pie.

O eso sentía hasta encontrarme con la maravillosa sonrisa de mi -ahora- esposa.

Desembarcamos en la extraña ciudad. No contuve la risa al ver a Lauren intentar leer un mapa.

-amor, creo que está al revés.

Lauren: segura? -su cabeza fue hacia un lado, mientras ella entrecerraba los ojos para intentar ubicarse. Sonreí, mediante su (fracasado) intento. En cuento salimos del aeropuerto un calor infernal me golpeó.- ven, vamos a tomar un taxi o algo así para ir al hotel.

-taxi? En dónde están los camellos? -me crucé de brazos, viéndola. Ella soltó una hermosa carcajada, abrazándome de lado y dejando un beso en lo alto de mi cabeza.- y las pirámides? Pensé que íbamos a estar en medio del desierto. -proseguí al ver la imponente ciudad de El Cairo frente a nosotras.

Lauren: cuando me adapte a este mapa te digo en dónde está todo eso. -frotó su nuca, haciéndome sonreír.

-dame eso. -tomé el mapa y lo tiré en el primer bote de basura que vi. Lauren me miró, perpleja.- no lo necesitamos, seguiremos las instrucciones de Taylor y buscaremos un guía. -sonreí.- pero...eso mañana. Hoy solo quiero llegar al hotel. -le guiñé y sonreí maliciosamente. Lauren se rió, abrazándome desde atrás y besando mi hombro, mientras caminábamos por un taxi.

Y ahí, en medio de esa ciudad desconocida, ella era mi única certeza. Y yo sabía que nada iba cambiar eso.

The exchange 3 (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora