*POV Camila
Y entonces, sin previo aviso, todo se desmoronó, como hace unos años atrás...
Vi la clínica en las portadas de los periódicos, perdiendo la credibilidad por una segunda gran revolución. Precisamente en esa semana Lauren viajó, 24 horas antes de que el infierno comenzara.
Ya pasaba de la media noche, Cameron estaba en casa de Taylor mientras yo seguía en la oficina de la clínica, con el rostro hinchado y rojo por el llanto que no podía contener. Mis manos se movían con la rapidez desesperada de quien está perdiendo el control.
-sácala de allá, por favor.
Escuché la voz baja de Julián, de alguna forma no tuve que levantar la mirada para saber que Lauren estaba ahí, días antes de lo esperado...
-Ya basta, mi amor, vamos a casa. -su voz era suave y acogedora. Ella dio la vuelta alrededor de la mesa y me levantó con facilidad de la silla, sosteniéndome en sus brazos cuando, indefensa, la abracé con fuerza. Me sentí pequeña. Y me desmoroné nuevamente. -basta, basta, yo te voy a cuidar...-su mano subía y bajaba por mi espalda mientras mi llanto hacía eco en el lugar vacío.
-ah, voy a perderlo todo Lauren. -dije desesperada, agarrándome de su camisa, intentando anular el dolor que sentía.
-no, no lo harás. Por Dios, no lo harás. Yo no voy a permitirlo. -ella me sujetó junto a ella, adentrando sus dedos en mi cabello. Escondí el rostro en su cuello, dejando las lágrimas mojar su piel.
-cielos, la prensa es tan dura...tan fría.
-lo sé, lo sé. -ella presionó sus brazos en torno a mi cuerpo.- pero todo va a estar bien. Te lo prometo.
Quería creer. Necesitaba creer.
-cómo te enteraste? No quería que volvieras... aquella entrevista realmente era extremadamente importante.
-lo pasaron en la televisión. Y al diablo la entrevista. Vi la noticia y, literalmente, volé a Miami.
-gracias...-susurré, sin fuerza.
-en la alegría y en la tristeza, recuerdas?
-
-necesitas algo más? -suspiré, con los ojos pesados y el cuerpo cansado sobre el colchón. Le di una débil sonrisa a Lauren, que preparaba un té y traía un calmante.
-sí. Te necesito aquí, a mi lado.
Ella asintió y le dio la vuelta a la cama, acostándose y dejando el cobertor sobre nuestros cuerpos. Rápidamente me acurruqué en sus brazos.
-no dejo de pensar en la clínica...-cerré los ojos, como si eso hiciera mis imágenes desaparecer.
-inténtalo. -me abrazó con más fuerza, como si estuviera diciendo "hey, yo estoy aquí, todo está bien."
-Laur...hace años atrás, si yo no me hubiera ido, habría sido así también? -y con ese así me refería a esa protección y ese consuelo sin tamaño que encontré en ella.
-sí, habría sido exactamente así.
-fui tan estúpida.
-totalmente de acuerdo.
-Lauren! -la regañé, sin embargo reí.
-qué? Estoy siendo sincera. -se encogió de hombros, pero la broma era clara en su voz.- pero basta de platica, necesitas dormir, más porque, si bien te conozco, hace noches que no tienes un sueño tranquilo...
-sí, realmente me conoces. -cerré los ojos, que ya ardían y bostecé.- fue un alivio verte hoy. -susurré.- es como si no necesitara más todo ese peso en mi espalda, aunque el problema no sea exactamente tuyo.
-todo lo que sea relacionado a ti es problema mío. No sabes lo que sentí al ver la noticia en la televisión, no se me ocurrió llamar de lo impaciente que estaba por regresar.
-te amo. -murmuré, porque en ese momento esas palabras son las que mejor expresan lo que siento.
Amor. Puro. Dulce. Sincero. Amor compartido. Retribuido. Verdadero.
