Capitulo 46

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*POV Lauren

-Ah! Dios mío, Enrique, no es la embarazada más hermosa del mundo? -vi de reojo a Camila sonrojarse por el elogio.- Cielos, querida, estás magnifica! Déjame verte mejor. -Elisa unió las manos, sonriendo.- yo engordé horrores cuando quedé embarazada... tú solo tienes barriga. Estás bellísima!

Abracé a Camila, dándole un beso en lo alto de la cabeza antes de sonreírle a la simpática esposa de Enrique, que escuchaba los agradecimientos de Camila por tantos elogios.

-Lauren...-susurró, en un momento.-...me puedes llevar a casa? -frunció los labios.

-claro, claro que sí. Te estás sintiendo mal? -ella asintió.

-tengo...-llevó las manos a los labios, cerrando los ojos un momento.-...náuseas. Sabía que no debía comer de aquella torta. -respiró hondo.- déjame allá y después regresas a cenar aquí con tus amigos.

-ellos van a entender mi ausencia. -garanticé en un tono que dejó en claro que eso no estaba en discusión.

Por suerte soy extremadamente terca cuando sé que tengo razón. Sabía que tenía que quedarme con ella toda la noche. Tan pronto llegamos, Camila se puso peor, vomitando varias veces.

-pensé que después de los primeros meses las náuseas disminuirían...-recostó la cabeza contra la almohada, exhausta.

-nunca me sentí tan inútil en toda mi vida. -suspiré.- si pudiera, tomaría toda esa parte del embarazo. -pasé el dedo levemente por su rostro.- bebe un poco más de té. -tomé la taza que dejé sobre el respaldar, entregándosela.

-Lauren, tú te estás comportando maravillosamente. -apoyó la taza sobre la sabana, mientras me veía, tierna.- y no soy una muñequita de porcelana. Soy fuerte! -reí un poco de esa pequeña mujer, con el rostro cansado y abatido, afirmando tener tanta fuerza.

-sé que eres fuerte y estoy muy orgullosa de ti! -me incliné, besando su frente.

-tengo que tomarme todo esto? -frunció el ceño, viendo el contenido de la taza, con una típica expresión de niña.

-no, mi pequeña, no hace falta. -ella sonrió, bebiendo un poco más y dejando el resto a un lado.

-te vas a acostar aquí conmigo? -asentí, acomodando varias almohadas alrededor de ella antes de acostarme a su lado, luchando contra el sueño hasta estar segura de que ella se había dormido.

*POV Camila

-Sofi, Chris, lávense las manos y vengan a comer. -llamó mi mamá, asomándose en las puertas del salón de fiestas. Esforzando la vista para verlos en el asoleado jardín.

-mamá, déjalos, cuando tengan hambre vendrán a comer.

-tengo la total responsabilidad de ella, Camila.

-necesitas algo? -preguntó Lauren, colocando sus manos sobre mis hombros, quedándose atrás de mi asiento.

-no, todo lo que necesito está aquí. -sonreí, observando a todas las personas que estaban alrededor del salón y compartiendo la hermosa sensación de estar con mis dos familias. Llevé un poco de ensalada de mayonesa a mis labios, apreciando el delicioso sabor.- mmm! Quién preparó esta ensalada?

-y-yo! -Taylor rápidamente se pronunció, orgullosa.- ah, choca esos cinco, mi comida está siendo elogiada. -le lanzó una servilleta a Lauren, que siempre discutió con ella por no saber cocinar.

En medio de la pequeña guerra de servilletas entre Lauren y mi cuñada, recibí un beso tronado en la mejilla.

-ay, que rico! -sonreí, volviéndome para ver a Chris detrás de mí. -estás muy guapo, eh! -extendí la mano, robándole el sombreo que usaba, poniéndolo en mi cabeza.- quítate esto y deja que vean ese rostro hermoso que tienes.

-tú mandas. -sonrió, mostrando esa hermosa y blanca dentadura.

-Tía! -Jonas apoyó sus manitos en mi pierna, pidiendo atención.

-dime, mi amor.

-das? -apuntó el sombrero, que permanecía en mi cabeza. Lo quité, colocándoselo a él.- bonito? -preguntó, apuntando a sí mismo.

-muy bonito! -besé la punta de su nariz.

Lauren golpeó el borde de tal sombrero, tapando los ojos de su sobrino, que rió con la broma.

-no molestes, Lauren. -Clara colocó el sombrero en su lugar.

-abuela es siempre abuela, no hay solución. -Lauren negó con la cabeza, riendo, dándole una palmada a Jonas en el trasero cuando salió corriendo para mostrarle el sombrero a Drew.

-feliz? -Lauren preguntó.

-sí.

-cuánto?

-mucho. -garanticé, tomándola de la blusa hasta dejarla a una altura en la que pudiera besarla.

-

-es tan hermoso tener a todas las personas que amo aquí...cerquita. -comenté, intentando descubrir las facciones de Lauren en la habitación oscura.- amor? Estás dormida? -pasé los labios por su cuello, dándole pequeños besos.

-no, estoy pensando. -movió los brazos, apretándolos en torno a mi cuerpo, posando su barbilla sobre mi cabeza. Su largo suspiro acusó que los pensamientos no son tan agradables.

-en qué? -pregunté, suavemente, mientras pasaba la mano por su rostro.

-en el libro que estoy escribiendo. -se movió, mostrándose incomoda.- la editora está presionando, quiere publicar a fin de mes.

-y cuál es el problema?

-no está listo. Simplemente no puedo acabar.

Mi corazón se comprimió con el tono de su voz. Tal vez, para algunas personas, esto sea cualquier cosa, pero Lauren es muy detallista y se esfuerza de más. Además de eso, no soporta trabajar bajo presión. Opté por quedarme callada, sabiendo que ninguna palabra será lo suficiente como para hacerla sentir mejor.

Levanté el rostro, rozando los labios por los de ella, instándola a abrirlos hasta que pude morder la parte inferior. Gemí cuando su mano se infiltró en mi cabello y me tomó de la nuca, hasta hacer que su boca caliente se cerrara sobre la mía. Aunque sabía que eso no iría muy lejos, decidí entregarme al dulce e intenso beso.

Vaya, quise pegarle cuando me alejó como viene haciéndolo hace un tiempo. Lauren insiste en que me va a lastimar, así que son raros los momentos en los que ella pierde la concentración y acepta de buen agrado un cariño audaz.

-Lauren...-reclamé, mañosa.

-diablilla. -susurró.- porqué insistes en tentarme?

-porque no quiero que te quedes con las ganas. -alejé mi brazo de ella, acostándome más lejos de su cuerpo, malhumorada.

-no estoy necesitada. -quise gritar al escuchar pura diversión en su voz.

-eres una idiota.

-sólo dos meses más, amor.

-sólo? Sólo?

-ven aquí...

-buenas noches Jauregui! -cerré los ojos, maldiciendo el no poder cambiar de lado.- y además, de nada.

-por...?

Por hacerte olvidar la mierda de libro, grité, en mis pensamientos. Pero a ella no le dije nada, dejándolo en el aire y dándole qué pensar durante la noche.

The exchange 3 (CAMREN)Место, где живут истории. Откройте их для себя