Capitulo 35

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*POV Lauren

Jonas: Ti...Ti...Ti...-mi ahijado apuntó a Camila, levanto los brazos en dirección a ella, para que viniera a alzarlo. Hace unas semanas aprendió a hablar, aunque muy pocas palabras, como todavía no consigue pronunciar la palabra Tía la dejó en Ti.

Camila: dime mi príncipe. -sonrió, tomándolo en su regazo.

Jonas: pajarito...-señaló la ventana, con la mirada clavada en la calle.- chau! -dijo medio triste, cuando el ave voló, haciéndonos reír.

Taylor: este hijo mío que no se calla ni un segundo. -rió, girando el banco de la cocina, en donde estaba sentada.

-es bueno para conversaciones. -sonreí, abrazándola por los hombros, ella concordó, recostándose a mí.

Taylor: cielos, Lauren, cuándo vas a aprender a ponerte bien este vestido!? -regañó, volviéndose para acomodarlo. Rodé los ojos.

-la maternidad te dejó neurótica, Taylor.

Taylor: ni que mierda. -en cuanto las palabras salieron de sus labios ella llevó la mano hasta ellos, tapándolos mientras veía a su hijo.

-que feo...-negué con la cabeza, bromeando.- mira el ejemplo que le das a tu hijo.

Taylor: es tu culpa, me provocas...

Camila: niñas, no peleen! -intervino, sujetando a un risueño Jonas de la mano.- amor, te va a agarrar tarde...-rodeó mi cuello con sus brazos, cuando nuestro ahijado se sujetó a las piernas de su madre. Suspiré, dándole un leve beso en los labios.

-sí, ya tengo que irme.

Taylor: ah, yo bajo contigo. -mi hermana se levantó.- tengo que dejar a Jonas en la guardería y volar al consultorio. Hoy será un día de esos...-respiró profundamente, resignada.

Tan pronto como llegué a la empresa me llenaron de tareas, dejándome sin tiempo para pestañear, sin embargo, al final del día, me fue entregada una carta cuya letra reconocí rápidamente.

"Jugamos!? Usted está participando en una búsqueda del tesoro. Al reverso de la hoja está su primer pista!

Nota: no se olvide de llevar el material esencial para el juego: 1kg de memoria (del tipo de recuerdos), 2kg de paciencia, 40kg de protector solar e infinitos kg de AMOR!

Que comience la búsqueda!

Camila."

"Vamos a comenzar con una pista para poner a prueba su memoria e imaginación: la segunda pista está en un lugar que está cerca de donde usted y su esposa tomaron un helado por primera vez."

Cerré los ojos y, con los codos apoyados sobre el escritorio, apoyé mi cabeza en las manos mientras intentaba recordar. El primer lugar que se me ocurrió fue la heladería cerca de casa, recordé el caos que se armó cuando mencioné que no regresaría con Camila y Taylor... solo que ya hacia un poco tiempo desde que ella estaba en Miami cuando eso pasó, así que probablemente no debió ser la primera vez. En dónde más se consiguen helados en esta ciudad, por Dios?

-Enrique...-llamé.

Enrique: diga. -no levantó la mirada del trabajo para verme.

-si quisieras un helado a dónde irías? No se vale en la heladería!

Enrique: hm...en el parque, probablemente.

Entonces, como un rayo, unas imágenes llegaron a mi cabeza, aunque un poco distorsionadas.

Era un día frío, típico de aquella época del año, Camila había llegado hace unos días y Taylor estaba ansiosa por mostrarle Miami. Recuerdo que iba a salir con Drew, íbamos al parque. Taylor protestó para ir con nosotros. Después de eso recuerdo que mi hermana se animó en una conversación con Drew y que Camila decidió que quería un helado...

Eso es! El parque!

Fui hasta allá con gran prisa, la curiosidad me mataba, cuando llegué al lugar gemí al ver el tamaño del parque. Diablos, cómo voy a encontrar una nota en esta inmensidad!? Saqué la primera pista del bolso, releyéndola, en busca de una luz.

(...) está cerca de donde usted y su esposa tomaron un helado por primera vez.

Miré alrededor, hasta que vi una fuente en medio del césped, lentamente dejé escapar una sonrisa, al recordar ese escenario como el fondo del lugar en el que compramos el tan famoso helado.

Apoyé las manos en la cintura mientras miraba alrededor, buscando algún indicio de que Camila pasó por la fuente, por suerte, luego encontré un pequeño pedazo de papel pegado en uno de los bancos que la rodeaban, me senté por ahí para leer.

"Felicidades! Buen comienzo. Ahora concéntrate:

Ve al lugar en donde ustedes acostumbraban cenar los fines de semana y encontrará una tercer pista por allá."

Rápidamente recordé Versailles, un restaurante acogedor en el que Camila y yo solíamos ir cuando no teníamos ganas de cocinar o cuando no teníamos tiempo para un almuerzo o cena incrementada.

Guardé la pista en el bolso antes de conducir hasta el restaurante.

The exchange 3 (CAMREN)Where stories live. Discover now