*POV Lauren
Hice un gesto con el ruido de mis llaves en la cerradura. Cerré los ojos en el momento, maldiciéndome mientras entraba al apartamento. Me quité los zapatos y los dejé en un rincón de la sala antes de caminar lentamente, hasta el cuarto, teniendo un cuidado exagerado para no golpear ningún mueble en la oscuridad. Al llegar allá, contuve la respiración, con miedo de lo que me esperaba, pero, segundos después, me relajé al ver a Camila acostada. La tenue luz que entraba por la ventaba la iluminaba, ella estaba recogida en un lado de la cama, prácticamente cayendo, no hizo falta acercarme mucho para notar su rostro húmedo por las lagrimas y lo apostaba todo a que sus ojos deben estar tan rojos e hinchados como los míos. Mi corazón se apretó y, para intentar aliviar la tensión de mi cuerpo, decidí tomar un baño. Mientras el agua bajaba recordé, dolorosamente, nuestra pelea, las palabras dichas directamente y las que se malentendieron, el día horrible que tuve lejos de ella...
Deja de ser cobarde, Lauren! no huyas de nuevo. Una voz prácticamente gritaba en mi cabeza. Cerré bruscamente la ducha, me puse solamente el short y la blusa del pijama y regresé a la habitación. Cuando vi nuevamente a mi esposa, todo el coraje de unos segundos atrás desapareció. Me acosté a su lado sin hacer ruido y me quedé ahí un tiempo...hasta notar sus hombros temblar, lo que indicaba que estaba llorando. Y esa es una de las pocas cosas que yo simplemente no puedo soportar.
Levanté mi cuerpo de modo de poder verla sobre su hombro. Alejé sus cabellos del rostro y delicadamente, sin decir una palabra, la atraje hacia mí. Ella se resistió por un tiempo, pero terminó clavando su rostro en mi cuello, dejando escapar los sollozos de angustia.
Camila: odio esto! Odio pelear contigo! -murmuró, en medio de lagrimas.
*POV Camila
Era obvio el orgullo que ambas sentíamos, quedó claro para mí que si eso no se resolvía pronto nos llevaría días -tal vez semanas- para deshacer la tensión que crecía entre nosotras. Mi corazón se contrajo con la idea de tener el fin de años atrás, cuando todo se desmoronó porque no supimos como llevar la situación. Cuando rompimos por primera vez -y única- vez. Cuando me metí en el trabajo y viví años con aquella falsa felicidad, tan bien disfrazada que, hasta que ella regresó a mí, realmente creí que era feliz.
La abracé, sintiendo su cuerpo aun húmedo y caliente por el baño, mientras el mío temblaba con las lágrimas que distorsionaban mi visión. Lauren acariciaba mi cabello, manteniéndome muy cerca a ella. Levanté el rostro para ver sus ojos y cuando ella bajó la cabeza vi el reflejo de mi propio dolor estampado en su iris verde. Con dedos temblorosos pasé la mano por su rostro, viéndola cerrar los ojos y quedarse así por un tiempo, sin embargo, cuando volvió a abrirlos los vi cubiertos de lagrimas.
Lauren: lo siento mucho...-susurró, ronca. El tono de su voz partió en mil pedazos mi corazón, es claro el sufrimiento que ella siente.-...no sé cómo las cosas fueron tan lejos, te juro que no quería hacerte daño, cielos, te amo tanto que hoy, el día entero, estuve con una sensación de vacío, como si no hubiese más vida sin ti.
-lo sé, lo sé, yo también me sentí así. Terminé con una o dos cajas de pañuelos durante el día. -ella sonrió, un poquito.- y quiero que me disculpes, por todo lo que dije. Es tan feo estar sin ti. -mi voz se fue apagando cuando el nudo en mi garganta volvía.
