Capitulo 32. -"El loro"

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Para Kat era imposible mantenerse mucho tiempo alejada de Eliot, aún cuando peleaban, había algo en el que hacia que ella no pudiera imaginarse un mundo sin su presencia.

La chica sonrió con disimulo a Eliot quien yacía a un costado de ella en los columpios de la zona de juegos, todos los niños estaban en la clase de artes plásticas a la cual se les pidió no entrar desde el último incidente donde Kat pego la mejilla de Eliot a la mesa, un clásico. Eliot le devolvió la sonrisa mientras los costados de sus ojos se arrugaban de una manera tierna.

Aunque claro, después de un rato algo tenía que pasar, una pena que ese algo sea la incapacidad de estar en momentos románticos de Kat.

-¿Qué me ves?

-Lo fea que te vez- La boca de la pelirroja formo una perfecta o en respuesta al castaño, pero inmediatamente cambió su expresión a una retadora.

-Eres un tonto.

-A mucha honra

-Piérdete.

-¿Contigo? A donde sea.

-¿Quieres callarte? Me lo complicas, trato de ser romántica y siempre lo arruinas todo.

Ahora el sorprendido era Eliot.

-¡¿Romántica?! Me estas insultando niña mimada.

-No es cierto tonto.

-¿Sabes qué? Al diablo, no se puede hablar contigo.

-¿Y qué vas hacer con eso? ¿Llorar?- Una risa burlona salió de los labios de Kat pero en segundos se silenció cuando Eliot se aproximó a ella y en medio del columpio tomo su rostro y la beso.

Fue un beso largo, en verdad largo. Para cuando se separó el chico fue el primero en hablar.

-No llorare, te besare cada que me insultes, así los dos ganamos.

-Técnicamente tú empezaste ¿Y qué te hace pensar que te dejaré hacerlo?

-¿Lo impedirás?

Kat miro al cielo sin responder, fue entonces cuando se vieron interrumpidos por Tom, Maggie y Parker que venían cubiertos de coloridos brillos.

-Tú empezaste inútil.

-Cállate pareces un animal salvaje- Parker no se inmuto al decir esto, únicamente miro sus uñas con altanería.

-¿Y?- Maggie en cambio estaba roja de enojo, sus ojos castaños estaban entrecerrados en dirección a los verdes del chico y sus puños estaban cerrados.

-Que eso no es muy femenino de tu parte.

-Tampoco lo que te pienso hacer- En ese momento Maggie se abalanzo por segunda vez sobre el cuerpo del chico quien únicamente alcanzo a gritar un agudo "¡Mami!"

Tom (Que hasta el momento no había dicho nada) se dispuso a separarlos con ayuda de Eliot mientras Kat reía aún en su columpio.

Eliot admiraba la manera que tenía la chica para no inmutarse ante situaciones como esa, o ante cualquier situación en general, fue entonces cuando descubrió que no admiraba solamente eso en ella, admiraba infinidad de cosas que si las mencionaba todas no terminaría en los próximos meses.

Cuando por fin lograron separarlos ambos comenzaron a discutir nuevamente en un acalorado debate.

-¿Qué está pasando?- Pregunto Kat dudosa, Tom suspiró con rendición.

-En la clase de Carpintería....

-¡Esta changa mitad cavernícola me corto el dedo!- Interrumpió Parker mostrando una ligera abertura en su pulgar.

-Silencio, yo estoy hablando- La mirada amenazante de Tom hizo saber al chico que no estaba jugando, entonces se hizo el silencio. -En clase de Carpintería hicieron unas casitas para pájaros y no sé cómo este par logró capturar un loro, en fin, Parker insiste en dejarlo libre y Maggie quiere conservarlo.

-Todos los animales deben de estar libres, es su naturaleza- argumento Parker molesto.

-Pero esta domesticado y el bosque no es el mejor lugar para que viva.

-Pero es preferible a tenerlo en una jaula, es horrible.

- Y tu sabes mucho sobre jaulas, seguro la única que tienes es mental.

-Mi abuelo se dedica a proteger especies endémicas, una de mis tantas cualidades, es ser su familiar.

-Eso no cuenta como cualidad, además, ¿Por qué los Carter son tan egocéntricos?- Todos voltearon a ver a Kat, Eliot sonrió.

-Porque somos guapos- Parker asintió ante las palabras de Eliot pero Maggie interrumpió.

-Son feos como el infierno, les juro que cuando sus mamás los vieron por primera vez pensarón que era una mala broma de los doctores

-Es mas- Siguió Kat. -El doctor les tuvo que decir a su mamá que si no lloraban eran un tumor.

Maggie rió chocando las manos con Kat. Habían pasado la tarde buscando chistes sobre feos en el celar y ahora están contentas de encontrar la situación perfecta para usarlos.

-¡Uy! perdonen señoritas miss universo- Ambas sonrieron ante las palabras de Eliot.

-Perdonados- respondieron unísono.

Eliot resopló mientras Tom reía tan escandalosamente que Parker no pudo evitar pensar que le daría torticolis.

-En fin, ¿Qué harán con el loro?- Maggie se encogió de hombros después de que Kat pregunto eso.

-Yo supongo que está bien quedárnoslo- Argumento la castaña. -Hasta el momento no tenemos ningún animal en el campamento.

-¿Qué hay de Eliot?

El chico frunció el ceño hacia la pelirroja.- ¿Por qué no demuestras tu amor como una de esas chicas de las películas? Ellas si son lindas con sus chicos.

-Pero a ellas les pagan y a mí no.

El ceño de Eliot volvió a fruncirse, a este paso ya parecía más que nada un perrito pug.

-Entonces, ¿El loro se va o se queda?- Todos miraron a Tom mientras él decía esto.

-Anastasio se queda- Concluyo Maggie.

-Se llama pulga- Maggie le hizo una mueca a Parker mientras él decía esto. -Y se va, tiene enfermedades que pueden se malignas y contagiosas a las personas como yo, que no están acostumbradas a una vida tan primitiva.

Y por tercera vez en el día Maggie estaba gritándole.

Hey! Tu, perdedor (Kat & Eliot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora